No es fácil hablar sobre la historia de los volcanes y los humanos. Los volcanes son silenciosos e imponentes, y existen desde épocas inconmensurables. Si los comparamos con los seres humanos, ellos incluso han beneficiado a la tierra. Han proporcionado islas y suelo fértil, regulan el clima y la temperatura. Pero además de observarlos en la distancia, ¿pueden ocurrir historias entre nosotros y ellos?
"Volcanes: la tragedia de Katia y Maurice Krafft", nominada a los Oscars como mejor largometraje documental, muestra lo que ocurre cuando los humanos se encuentran con los volcanes. La película, dirigida por Sara Dosa, se centra en la historia de Katia Krafft y Maurice Krafft, una pareja de vulcanólogos obsesionados por los volcanes. Luego de conocerse en la Universidad de Estrasburgo, jamás se separaron. Se conocieron por los volcanes y finalmente fueron aniquilados en ellos.

En el mismo año en que "Volcanes..." fue lanzada, el director alemán Werner Herzog realizó otra película sobre volcanes: "The Fire Within: A Requiem for Katia and Maurice Krafft, también basada en la historia de la pareja Krafft. Aunque el tema es el mismo, ambas películas tienen colores completamente diferentes.
Si la epopeya romántica de Sara Dosa evoca al cielo, la historia de Herzog comienza con la muerte. Los dos vulcanólogos desafían al infierno y en ambas películas se pueden ver las dos caras de una misma historia.
La mayor manifestación intuitiva de las diferencias entre ambas está en el color. Ambos directores y vulcanólogos son sensibles a este. Los vulcanólogos creen que solo existen dos clasificaciones importantes: volcanes rojos gentiles y volcanes grises como la ceniza, peligrosos. Curiosamente, esta clasificación también se distingue en las dos películas, "Volcanes..." en rojo mientras que "The fire Within" en gris.
Rojo y gris, dos colores
En "Volcanes...", el rojo es el color que más llama la atención, pero los volcanes y el magma raramente se representan con ese color. La gente cree, casi por instinto, que estos son de un tipo diferente de rojo, y lo que la pareja Krafft fotografió fue este rojo, más fuerte que el rojo escarlata.
Las imágenes volcánicas capturadas por la pareja sobrepasan todos los efectos especiales realizados por computadora, y también la imaginación humana. Sara Dosa muestra estas imágenes mientras ocurre este fatídico romance, entre ellos y los volcanes.

El póster de "Volcanes: la tragedia de Katia y Maurice Krafft "
En la película de Herzog: "The Fire Within", el color que más llama la atención es el gris de la muerte. Con frecuencia se pueden ver animales muertos, restos humanos y las cenizas volcánicas que silenciosamente mataron esas vidas. En comparación con el sentido de vida que fluye en "Volcanes", "The Fire Within" está mucho más próximo a la muerte. Herzog, por ejemplo, muestra los momentos más cercanos a la muerte de la pareja, la erupción del volcán Una-Una en 1983 y la del volcán San Agustín en 1986.

El póster de "The Fire Within: A Requiem for Katia and Maurice Krafft"
"The Fire Within" también detalla el trágico fin de la pareja Krafft en Japón, en donde Harry Glicken, un vulcanólogo sobreviviente del Monte Santa Helena, murió junto a ellos en 1991. Todos muestran un gris tenebroso.
Historia en crecimiento, espacios divididos
Detrás de estos dos colores, las historias de ambas películas se desarrollan gradualmente y la vida compleja y épica de la pareja Krafft está llena de fantasía. A medida que el espectador se enfrenta a estos materiales impactantes, él mismo puede resolver la trama mediante la intuición y la experiencia sin necesidad de conocer sobre el tema.
"Volcanes... " pertenece al género romántico y la película está narrada por una voz en off que cuenta la historia de amor. Por tanto, al principio de la película, la directora entrelaza el material documental y el comienzo de la historia de amor entre Katia y Maurice, que se remonta al momento en que los dos comenzaron a obsesionarse con los volcanes.
En su adolescencia, Katia vio el Monte Etna y confirmó su pasión por los volcanes. Maurice, por su parte, visitó el volcán Stromboli a los siete años y volvió a hacerlo a los diecinueve, solo y feliz. En la narrativa de Sara Dosa, esta soledad fue lo que hizo que ambos se encontraran.
Su amor aparenta ser un tipo de amor que va en contra del mundo civilizado. Ambos sufrieron la guerra en su juventud y se decepcionaron con la naturaleza humana, por eso decidieron dedicarse a la naturaleza. Se conocieron por los volcanes e incluso celebraron su boda en un volcán para que este pudiera ser testigo de su matrimonio.

Pero, a menudo, la muerte también es parte de las historias de amor. A medida que recorren más y más volcanes también se vuelven testigos de más y más muertes. Y si bien intentan salvar vidas mediante sus conocimientos, terminan entregando las suyas.
Sin embargo, a Herzog, la historia de amor no es la parte que más le interesa.
El director pone el foco en la creciente historia de la pareja Krafft como editores de vídeo. En las décadas en las que Katia se desempeñó como vulcanóloga, se dedicó a tomar cientos de miles de fotografías mientras que Maurice se dedicó a editar secuencias filmadas. Ellos fueron una pareja de editores de contenido con un gran interés en la grabación de imágenes, lo que quizás haya sido un deseo para preservar la verdad y pelear contra la muerte.


Por eso, Herzog los describe como "aprendices cinematográficos". En 1968, en Islandia, fueron testigos de una pérdida frente a la cámara. Y aunque en 1970, sus imágenes volcánicas todavía eran simples y toscas, con el tiempo aprendieron a actuar frente a las cámaras. En síntesis, ambos crecieron gracias a los errores que vivieron juntos.


Cada vez que tenían que ir a algún volcán debían ganar dinero. Lo hacían escribiendo libros o participando en programas televisivos, es decir, que tenían que juntar el dinero suficiente para poder visitar el siguiente volcán; algo que podría compararse con la actividad en la industria audiovisual. Con el correr del tiempo, se convirtieron en expertos respetados en el tema. En el comienzo de "The Fire Within", Herzog muestra una imagen impresionante, tomada por ellos, en la que se puede ver a un vulcanólogo vestido con un traje resistente al calor, parado sobre una roca en primer plano, mientras que en el fondo, magma rojo se disipa por los aires. Los vulcanólogos van más allá que cualquier creador de contenido para observar lo que todos desconocemos, el calor interno del mundo entero.

Un arte, dos estilos
Sara Dosa elige un estilo apropiado para retratar el destino del amor y la muerte. A menudo se puede ver narrativas con la pantalla dividida en la película. Ella presenta la composición de ellos entretanto, la imagen de Maurice en un lado y la de Katia en el otro, en representación del momento que construyeron juntos.

La narradora Miranda July cuenta la historia de ellos dos, y por supuesto, Sara Dosa agrega algunos elementos ficticios en la descripción de la relación amorosa. Por ejemplo, imagina a ambos pensando sobre la actividad volcánica en dos lugares diferentes cuando eran jóvenes; o compara a Mauricie con una foca y a Katia con un pájaro. Pero quizás estas fantasías sean nada si se las compara con el romance real o las aventuras volcánicas a costa de sus vidas.

Por otro lado, el estilo de Herzog es más simple y más profundo. No necesita elementos ficticios, imágenes nuevas o técnicas de pantalla dividida. Él tan solo manipula habilidosamente el material existente. Cree que ese material es una gran película en sí misma, pero que todavía no ha sido editada.
De esta forma, Herzog hace el papel de editor, elige cuándo cambiar las escenas, controla el ritmo de la narración y le da un final sublimado.
Luego de haber visto las dos películas y de compararlas cuidadosamente, de repente me he dado cuenta que lo más poderoso no ha sido la creatividad de los directores de los documentales, sino las imágenes volcánicas de la pareja Krafft. En ambas películas, los límites entre la ficción y las grabaciones previas son difusos. La búsqueda de la verdad a través de la teoría o las películas es una ciencia, por supuesto, también un arte.
Bueno y ahora... ¿Cuál de estas dos películas sobre humanos y volcanes te gustó más? ¡Te leo en los comentarios!
Share your thoughts!
Be the first to start the conversation.