Creo que llevaba tiempo esperando este momento para escribir sobre uno de los finales más inesperados y "odiados" que he visto en mi vida. Este final no califica como cinéfilo, pero es parte de una producción audiovisual, y voy a aprovechar este momento para sacarme del pecho este mal sabor que lleva años, además de que tiene cabida en la actualidad porque dicha producción está de vuelta.
Hablo nada más y nada menos que de una de las novelas más famosas de Latinoamérica, que ha sido versionada una cantidad considerable de veces: "Betty la Fea".

Debo decir que he visto esta novela entre 5 y 8 veces, completa. Es la segunda "serie" que he visto tantas veces, después de "Friends". Es una genialidad y fue una producción que rompió esquemas en su tiempo.
Los personajes, tan variados y tan bien ejecutados, te cautivan. El tema, tan fuera de lo común en novelas, pero al mismo tiempo tan real y cercano a muchas realidades de personas que no son "estereotípicamente" lindas, la convirtió en un verdadero BOOM.
Lo primero que recuerdo de esta novela es el intro. Automáticamente te mantiene en un "querer saber" con una cámara subjetiva que te va llevando por los pasillos de ECOMODA, lo que será el día a día de la historia, presentándonos un poco de cada uno de los personajes, sin mostrarnos al más importante de ellos, Betty (interpretada por Ana María Orozco).

Luego, el desarrollo de la historia y cómo automáticamente empatizamos con Betty, que es la representación del esfuerzo, el trabajo duro, la preparación, pero que todo eso queda eclipsado por un tema estético y superficial: la apariencia física.
De donde vengo, que casualmente es muy parecido a la cultura colombiana, también tenemos un culto por la belleza y medimos a la gente por cómo se ve, más que por lo que es. Entre concursos de belleza, peluquerías, gimnasios, retoques y cirugías estéticas transcurre buena parte del tiempo de una mujer, dedicándose más al físico que al intelecto porque el primero suele dar resultados más instantáneos que el segundo. Así que no era de extrañar que, sin importar de qué lado de la historia estés, "Betty la Fea" capturara nuestra atención.
La história está llena de momentos inolvidables, pero, el clímax (no sé si acá aplica "spoiler alert" porque esta novela ya tiene bastante tiempo, ya que su primera emisión fue en 1999) donde Betty queda totalmente devastada por el engaño, y todos sufrimos con ella la gran injusticia, para mí es, sin duda el mejor. Al mismo tiempo, todos odiamos a Armando (Jorge Enrique Abello) por aprovecharse de ella y jugar con sus sentimientos. Para mí, esta es la mejor parte de la novela porque vemos a una protagonista totalmente fuera de serie, vengativa, utilizando su virtud para hacer justicia por su cuenta, y es, al mejor estilo Tarantino, un alivio para el corazón.

Luego viene la parte introspectiva, cuando la venganza ya no es suficiente para mitigar el dolor. Esto ocurre cuando Betty decide viajar por trabajo a la costa, donde conoce a un francés (Michael, quién es interpretado por Patrick Delmas) que no solo muestra interés en ella, sino que la ve transformarse en una mujer más segura, más dueña de sí misma, menos temerosa y más dispuesta a vivir. Este hombre le invita a quedarse y a que juntos puedan construir algo lejos de todo lo que le hizo tanto mal.

Realmente, la primera vez que la vi pensé que la mejor venganza era quedarse en la costa con este francés y vivir una vida de ensueño, lejos de todo el caos que había vivido en la capital. Pero al creador Fernando Gaitán se le ocurrió arruinarnos la historia cuando la mandó de vuelta a la empresa y decidió convertir a "Betty la Fea" en una santa, que perdona a su verdugo y además ¡SE CASA CON ÉL!
¡Para mí, esto realmente fue inconcebible!
Después de ver esa faceta vengativa del personaje, lo mínimo que esperábamos era que le otorgaran un poco de dignidad al personaje, permitiéndole rehacer su vida con una nueva persona, no con quien la hizo sentir una idiota (como verán, me enganché mucho con este final totalmente inesperado). Sin embargo, después de haber creado una historia fuera de serie, la terminan con un final "de cajón", de una novela común y corriente, donde la protagonista tiene que ser tan buena, tan buena, pero tan buena, que ni se queda con la empresa (lo cual está bien, una cosa es la venganza y otra cosa es ser ladrón), ni tiene una nueva oportunidad con una persona que realmente la valora. En cambio, la devuelven con el mismo que la traumatizó y pretenden hacernos creer que ella "va a ser feliz por siempre". Es que hubiese sido más “comprable” que la dejarán sola, pero con su dignidad intacta.
Al menos tuvieron la cortesía de crear una nueva historia “Betty la fea, la historia continua”, con casi todos los personajes de la primera versión. Espero que al menos en esta, después de tanto tiempo y de que los conceptos sobre el bien y el mal han cambiado tanto, Betty sí tenga la justicia poética que se merece.
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