Cuando miras una película a la medianoche pueden ocurrir dos cosas: que el sueño te gane a pesar de ser una buena película y continúes viéndola al día siguiente (tal vez empezando de nuevo porque pestañeaste en algunas escenas), o que pase lo que me sucedió con “The Dry”, una película que va un poco más allá de ser simplemente buena. Y es que el hecho de no solamente quitarme el sueño, sino causarme un poco de insomnio al quedarme pensando en ella, hace que definitivamente sea una cinta para recomendar.

“The Dry” es una película que no solo cuenta una historia, sino que te envuelve por completo en su atmósfera desde el primer momento. Basada en la novela de Jane Harper, este thriller protagonizado por Eric Bana sigue a Aaron Falk, un agente federal que regresa a su pueblo natal tras años de ausencia para asistir al funeral de un amigo de la infancia. Lo que parecía un regreso rutinario pronto se convierte en una intriga asfixiante cuando se le pide investigar la aparente muerte de su amigo, que podría no ser tan sencilla como parecía.

Lo que realmente destaca en “The Dry” es su capacidad para manejar dos líneas de tiempo sin que el espectador se pierda. La película mezcla el presente con flashbacks del pasado de Aaron, y ambos se entrelazan de manera magistral para crear un cuadro completo del misterio. A cada paso que Aaron da en el presente, los fantasmas del pasado regresan para desvelar secretos largamente guardados, y esto no hace más que añadir capas a la tensión que se construye a lo largo de la película.

The Dry no es una película que te arroja respuestas desde el principio. Su ritmo es perfecto, cocinando a fuego lento la tensión y el suspenso mientras Aaron trata de descubrir la verdad detrás de la muerte de su amigo, todo en un entorno pequeño, sofocante y rodeado de secretos. Aquí no hay prisa por resolver el misterio; cada pieza del rompecabezas se revela con precisión, permitiendo que los personajes y las situaciones respiren.
El pueblo en el que se desarrolla la trama está afectado por una terrible sequía, y esa misma sequedad parece filtrarse en la vida de sus habitantes, llenándolos de resentimientos, miedos y viejos rencores. A medida que avanzas en la película, sientes cómo el calor y la tensión aumentan, y es imposible no sentir la presión a la que Aaron está sometido mientras trata de resolver no solo un misterio, sino también su propio pasado.
Lo que más me impresionó de The Dry es cómo maneja el suspenso. No hay persecuciones a alta velocidad ni tiroteos estridentes, pero la película no los necesita. El suspenso aquí es más psicológico y emocional, y cada conversación, cada mirada, está cargada de tensiones no resueltas. A medida que Aaron se adentra más en los secretos del pueblo, empiezas a sentir que cualquiera puede estar mintiendo, y es esa sensación de incertidumbre lo que te mantiene pegado a la pantalla.

Los giros de la trama son manejados de forma excelente, sin sentirse forzados. Cada revelación es un golpe que te deja reflexionando, y lo mejor de todo es que el director, Robert Connolly, sabe exactamente cuándo dejar caer cada bomba. Y cuando llegas al clímax, te das cuenta de que la historia no era solo lo que parecía al principio, lo que eleva la película a un nivel completamente diferente.

Y hablando de giros, The Dry tiene algunos que son genuinamente impactantes. Sin entrar en spoilers, solo puedo decir que los plot twists de la película están manejados con tal sutileza que cuando finalmente se revelan, te das cuenta de que las pistas estaban ahí desde el principio, pero nunca de forma obvia. No son los giros típicos que parecen añadidos para sorprender, sino que están tan bien construidos que, cuando llegan, te hacen sentir una mezcla de sorpresa y satisfacción por cómo todo encaja.
Si eres de los que disfrutan de un buen thriller que no solo te entretiene, sino que te desafía a pensar y a seguir las pistas junto con los personajes, The Dry es la película perfecta para ti. Con un ritmo impecable y una narrativa intrigante, esta es una película que sin duda te mantendrá despierto y enganchado hasta el final.
Si estás buscando una película para tu fin de semana, olvídate de los típicos thrillers de fórmula y dale una oportunidad a The Dry. Te prometo que no te arrepentirás de cada minuto invertido en esta joya cinematográfica que, además de ser envolvente y entretenida, te dejará pensando durante horas. ¡Recomendada totalmente!




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