La vida virtual y la real se mezclan en un documental cargado de emoción de la mano de Netflix y su nuevo documental llamado “La Singular Vida de Ibelin” o “Ibelin”, que retrata los 25 años en los que Mats Steen vivió con una enfermedad terminal llamada Duchenne, una distrofia muscular que no tiene cura. Esta cinta no habla de la muerte sino de todo lo contrario y lo hace a partir del enorme descubrimiento que hicieron los padres post mortem: Mats no estaba solo en este mundo. Había formado parte de una comunidad en el juego World of Warcraft y allí tenía amigos, novias y muchísimos lazos con personas con las que se rió, a las que ayudó y también, con las que discutió. A través de una narrativa espectacular, nos vamos sumergiendo en la historia mezclada entre la vida real y la del videojuego que, sin quitarle ningún mérito, para Mats era más real de lo que podemos imaginar.
Netflix y los documentales vienen arrasando este 2024. Primero fue “Will and Harper”, al cual ya le dediqué una crítica, y ahora vuelve a la carga con otra emocionante y peculiar historia noruega que emocionó al mundo entero: se trata de “La Singular Vida de Ibelin”, dirigida por Benjamin Ree, el cual podemos dividir en dos secciones claras (un recurso que personalmente me encanta cuando está bien utilizado): los primero 20/30 minutos se nos cuenta detalladamente la historia de Mats Steen, quien nació con la enfermedad de Duchenne, una distrofia muscular que empeoraba su vida año a año. En videos caseros de toda su vida, lo vemos siendo un bebé con algunos problemas al caminar y su transición a estar en silla de ruedas y perder los movimientos de todo su cuerpo poco a poco. A los 25 años, Mats murió luego de irse a dormir, lo que significó un golpe durísimo (obviamente) para sus padres y hermana. Pero si existía algo más doloroso para ellos que la muerte, era el sentir la culpa de que su hijo nunca pudo tener una vida “normal”, en la que podía tener una novia, enamorarse, tener amigos y jugar con otras personas.
En este pequeño tiempo también se nos cuenta que él encontraba mucha alegría en pasar horas y horas jugando con su computadora (o cualquier aparato electrónico como una Gameboy), pero particularmente le dedicaba muchísimo tiempo al reconocido “World of Warcraft”, uno de los MMORPG más conocidos de la historia. Sus padres se lo permitían a pesar de no estar tan de acuerdo con esa vida, pero en el fondo entendían que, quizás, era la única manera de que pueda divertirse por completo. Además de esto, también sabemos que Mats escribía en un blog sobre toda su vida y cuando murió, sus padres publicaron la triste noticia en él con el deseo que alguna persona pudiera leerlo pero sabiendo que casi nadie lo leería. Para su sorpresa, una catarata de mails comenzaron a llegarles de muchísimas personas de otros países quienes le daban su más sentido pésame y lamentaban la triste noticia. Aquí empieza la verdadera historia de Ibelin y su vida real.

Este documental descarta rápidamente esta parte de su vida porque lo que importa no es la muerte, sino la vida oculta que tuvo en un mundo donde podía caminar, correr, hablar con otras personas y ser lo que, lamentablemente, en la realidad no podía. El miedo de que jamás haya sentido el amor y una conexión real desapareció cuando al recuperar 42.000 páginas de los chats que mantenía Mats bajo el tag “Ibelin” descubrieron que tenía una identidad completamente diferente. Con la ayuda de los participantes del gremio al que pertenecía en el juego llamado “Starlight”, donde toda la comunidad hacía juegos de rol, descubrieron que él era un investigador privado y ayudaba a todo el mundo. La sensibilidad con la que escribía a otros participantes, aconsejaba y le daba “vida” a su personaje eran tan reales como uno puede imaginar. Con una paciencia única y una calidez pocas veces vista, Ibelin ayudó a muchas personas con un impacto muy real; por ejemplo, con sus consejos pudo romper la barrera afectiva que tenía una madre y su hijo con autismo y gracias a él, pudieron reconectarse emocionalmente a través de los juegos y luego, en la realidad. Lo mismo con su novia, quien tenía problemas en la escuela con las bajas notas y fue castigada: Mats se encargó de escribir una carta y que la lean para que entiendan lo que realmente estaba sucediendo.
Toda esta historia está contada con las animaciones originales del juego y puestas con voces muy parecidas a todos los participantes. Lo mismo sucedía con las entradas del blog de Mats, que son leídas en off constantemente. Esto logra sumergirte aún más en este mundo que viaja en lo ficticio, a lo que se le suman los testimonios reales de las personas en la actualidad con las que Ibelin tenía contacto. Entre estos testigos estaban los que mencioné antes (la madre, su hijo y su novia), como también el líder de la comunidad a la que pertenecía. Todos hablaban maravillas de una persona que nunca conocieron y que realmente vivía a cientos de kilómetros de ellos. Pero, lo más maravilloso de esta historia es que no todo parecía ser color de rosas en esta ficción: Mats también discutía con los demás, llevaba sus problemas hacía allí y hasta “engañaba” a su novia con otros personajes. Él realmente trasladaba sus verdaderos sentimientos y vivió una vida completamente única, sintiendo todo al máximo con toda su alegría, su amor y también su enojo.

Durante ocho años, Mats “Ibelin” Steen encontró su verdadera vida en una computadora, escribiendo cada sentimiento y trasladando lo que imaginaba que podría llegar a ser sin su enfermedad a través de los videojuegos, un tema que está demonizado desde siempre. Con un uso controlado, queda demostrado que pueden ser de gran ayuda para personas con una discapacidad o una enfermedad y darles algo que nunca podrían tener y, al menos por un tiempo, permitirles soñar con una vida real con conexiones verdaderas con el mundo.
Tan real fue para él que cinco miembros de esa comunidad pidieron estar en el día de su funeral para leer unas palabras y darle las gracias por todo lo que hizo. Y esto fue lo más reconfortante para su familia, ya que esfumó su mayor miedo de culpabilidad de no haberle dado lo que creían que le faltaba; pero el amor, la empatía y el apoyo de sus padres y hermana se sintió en cada palabra que el joven le brindó a cada una de las personas que logró conocer virtualmente. Este documental no se trata solo de él, sino del impacto que podemos generar en nuestro alrededor y que, por más pequeño que creamos que es, puede cambiar vidas. Nos sirve como herramienta para concientizar sobre lo que valemos por y para nosotros mismos y para estar atentos a nuestro entorno.
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