Si hay un subgénero que parece haber agotado sus posibilidades narrativas es el de las producciones centradas en la Alemania nazi. Desde La lista de Schindler hasta El lector, pasando por las innúmeras variaciones de uniformes grises, gestapos susurrantes y heroísmos imposibles, la pregunta de qué más puede aportarse a esta épica global parece haber sido contestada. Sin embargo, Andreas Dresen, con su característica sensibilidad, desafía esta fatiga colectiva en From Hilde, with Love. Su propuesta no apunta a la grandeza de los acontecimientos ni al escándalo de las revelaciones, sino a lo pequeño: la resistencia en el íntimo, en la devoción cotidiana por sostener la dignidad humana frente al abismo.
La película, protagonizada por una magnética Liv Lisa Fries como Hilde Coppi y un sutil Johannes Hegemann en el papel de Hans, transcurre en Berlín durante el verano de 1942. Hilde y Hans, integrantes de la Orquesta Roja—un grupo de resistencia antinazi—, encuentran un oasis de felicidad en medio del horror. El film sigue su historia de amor, marcada por el compromiso político y una inminente tragedia. Arrestados por la Gestapo, Hilde—embarazada—enfrenta el nacimiento de su hijo en prisión, y su destino, como el de tantos otros, se convierte en un símbolo del costo humano de oponerse al totalitarismo.
La Orquesta Roja—denominación despectiva acuñada por la Gestapo—no fue un movimiento armado ni masivo, sino una red de intelectuales, trabajadores y ciudadanos comúnmente olvidados por la historiografía. Hilde y Hans Coppi eran piezas clave de esta resistencia silenciosa, cuya principal arma era la información. A través de panfletos y mensajes cifrados, lucharon por romper el cerco de propaganda del régimen. Este enfoque minimalista es, sin dudas, una apuesta arriesgada en términos cinematográficos, pero Dresen logra convertirlo en su mayor fortaleza.

Con una filmografía que incluye Summer in Berlin (2005) y Stopped on Track (2011), Andreas Dresen ha demostrado ser hábil para capturar la poética de lo banal. Sus personajes no son héroes ni villanos, sino seres humanos enfrentados a las contradicciones de sus propios deseos y circunstancias. En From Hilde, with Love, su mirada se desplaza hacia un escenario histórico, pero mantiene intacta su vocación por lo humano. La cámara, siempre cercana y íntima, convierte las pequeñas rutinas de Hilde y Hans en actos de resistencia monumental.
Lo que distingue a esta película de sus predecesoras es su rechazo a la espectacularización del sufrimiento. En lugar de escenas cargadas de violencia explícita, Dresen nos regala planos llenos de luz natural, gestos sutiles y silencios que dicen más que cualquier diálogo.
Fries y Hegemann ofrecen interpretaciones contenidas pero profundamente conmovedoras. La química entre ellos es palpable, y su amor—por breve que sea—se siente eterno. En el horror, Dresen encuentra belleza; en la tragedia, arte. From Hilde, with Love no es solo un relato histórico, sino un recordatorio de que incluso en los momentos más oscuros, la humanidad puede prevalecer.
El estreno de la película en la competencia oficial de la Berlinale 2024 adquiere una resonancia particular en el contexto de la creciente influencia del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD). En un momento en que el discurso de odio y la negación histórica amenazan con reescribir el pasado, la elección de From Hilde, with Love como contendiente por el Oso de Oro es una declaración política en sí misma. Dresen no solo nos invita a reflexionar sobre el costo de la resistencia, sino también sobre la necesidad de preservarla como un acto cotidiano en tiempos de complacencia.
La siguiente entrevista exclusiva e inédita con Andreas Dresen fue realizada en el hotel Scandic Berlin Potsdamer Platz en el marco de la Berlinale en febrero 2024 gracias a la invitación del publicista representante de la película, Charles McDonald.
¿Cómo fue el proceso para construir a estos héroes que operan en un registro mínimo y ordinario pero sus acciones fueron significativas?
Soy un gran fanático del cine de Ken Loach, por ejemplo, y el siempre habla de este tipo de personas ordinarias, la sociedad es impulsada por las personas ordinarias y no por los superhéroes. Pero si creo que tenemos esta idea, de este tipo de héroes grandilocuentes. Creo que eso es algo que viene de las grandes producciones estadounidenses. Ellos lo procuden y nosotros lo reproducimos. Aquí en Alemania tenemos una especie de cliché acerca de los luchadores de la resistencia que son representados como superhéroes en cierto sentido. Yo crecí en lo que era Alemania del Este o la República Democrática Alemana. Y allí teníamos por supuesto estos luchadores de la resistencia comunista cuyas acciones eran mucho más grandes que sus vidas. Yo me decía a mi mismo que jamás podría ser tan valiente como ellos, que yo era demasiado pequeño. Y eso era útil para el sistema, porque si pensas que no podes hacer algo, no lo haces. Pero por suerte en 1989 algunas personas salieron a las calles en lugar de no hacer nada. Y para mi fue un momento fantástico cuando encontré la historia de Hilde y Hans. Cuando descubrí sus fotografías me encontré con algunas de estos grupos de los que formaban parte y estaban sentados en un lago, navegando o comiendo helado. Y todo parecía luminosos y divertido. Como un día soleado de verano. Y lo que sentí es que estas personas eran jóvenes y soñaban con una vida cliché. Hijos, una casa, un jardín. Todos en algún momento soñamos con eso. Se sintió muy cercano, y sentí que yo podría ser como ellos. Y esa fue la manera en la que queríamos mostrarlos en la película. Como personas de las que posiblemente podríamos ser amigos.

¿Cómo te encontraste con estas fotos? ¿Fue algo accidental o estabas buscando algo para la historia?
Laila Stieler, quien escribió el guion, hizo por supuesto un montón de investigación antes de empezar a escribir. Y fue ella quien descubrío las fotografías. Cuando yo entré al proyecto claramente revisé eso y en ese momento me enamoré del personaje de Hilde. Porque leí el guion y me atrajo esta joven timida que jamás se llamaría a si misma una luchadora de la resistencia. Teníamos una gran cantidad de cartas de Hilde que eran fantásticas y muy poéticas, y ella siempre escribía que estaba asustado de todo como persona. Tenemos algunos diálogos que vienen de esas ideas en la película, que adaptamos de estas cartas. Pero por otro lado era una persona sumamente valiente, y eso era super interesante de explorar.
En la película recurris al uso de flashbacks pero de una manera no cronológica. Los cuales creo que mejoran mucho la narrativa. ¿Cómo llegaste a esta decisión para organizar el relato?
Cuando recibí el guion, el primer boceto, era para una serie de televisión. En teoría iba a ser una serie de televisión acerca de seis mujeres de la resistencia, lo cual hubiera sido muy interesante seguramente. Y el episodio piloto de este proyecto era el de Hilde y todos los que estaban involucrados coincidían en que era una historia más para cine. Así que llegó a mí la historia estaba contada cronológicamente, pero mi primera impresión fue que yo amaba al personaje pero no amaba la forma en la que la historia estaba contada. Así que fui con Laila y le dije que si lo hacíamos de esa manera, la película se dividiría en dos partes diferentes: la primera mitad de la película sería la historia de amor de Hilde y Hans y la resistencia, y la segunda mitad sería la prisión, el parto y la ejecución. Y como resultado la historia se iría tornando cada vez más oscura a medida que avanzaba. Así que le propuse a Laila hacer una mezcla de las dos cosas. Iniciar con el arresto de Hilde y entonces ir para atrás hacia la historia de amor de Hilde y Hans. Y al hacer esto haríamos coincidir lel horror de la ejecución de Hilde con el comienzo de su historia de amor con Hans. Y al combinar este horror con momentos mucho más esperanzadores la historia no se volvía tan oscura, con una versión más positiva acerca de la posibilidad de enamorarse y lo bello que es, y de lo incierto que puede ser el destino.

También funciona como si fuera la mente de Hilda imaginando lo que fue su vida.
Si, como si estuviera recordando, como si estuviera en la prisión pero mirara al cielo y al sol y pensara en los días que vinieron antes de llegar a esa situación. Sí. Y por otro lado era un poco alentador que al estar sumida en lo gris y en la oscuridad y viera por esta ventana se diera cuenta de que hay un bello verano, luminosos, colorido, están subidos en una motocicleta, y van a nadar, y es hermoso. Incluso si todo esto sucedía durante el tiempo de la guerra. Y para mi es interesante, por ejemplo, como ahora hace casi dos años que tenemos esta terrible guerra en Ucrania, es verdad, pero por otro lado ves fotografías de Kiev, y la gente esta sentada en las calles tomando café. Y como a veces en los momentos oscuros también hay una vida normal, y es horrible pensar en el hecho de que nos acostumbramos al horror. Creo que deberíamos estar siempre conscientes de no acostumbrarnos a estas situaciones horribles. Como Hilde y Hans. Ellos no se acostumbran a este horror, y por eso actúan. Y creo que es por eso que aunque no se llamen luchadores de la resistencia, claramente lo fueron.
¿Cómo definirías a un héroe?
Creo que como nada demasiado grande. Creo que puedes ser un héroe en tu vida cotitiana, puedes ser un héroe diciéndole la verdad a tu jefe sobre como te sientes. El no adaptarse, y no hacer esto de una manera oportunista, solo de manera amigable porque no queres ningún problema. Creo que eso podría ser una situación heroica. Y un héroe también es alguien que tiene su propia brújula acerca de lo que esta bien y lo que esta mal y no tiene miedo a actuar. Como Hilde por ejemplo, puede que no sea el héroe promedio porque es pequeña y delagada. Pero cuando se vuelve responsable de su bebe en la prisión, se vuelve cada vez más fuere. Porque no solo siente responsabilidad por su bebé, siente responsabilidad por otras prisioneras a las que ayuda. Y al final termina incluso ganándose el respeto de los guardias. Y creo que esa es una de las cualidades que la definen como una heroína.

¿Cómo llegaste a estos actores jóvenes?
A Liv Lisa Fires por supuesto la conozco porque hizo Babylon Berlin y también participó en muchas otras producciones en Alemania. Inclsuo en producciones de cine. Ella fue mi primera elección para el rol porque tenía la sensación de que no solo tenía la constitución y la edad del personaje, sino que también tenía una cosa que para mí, como director, era realmente interesante, y era el hecho de que cuando miraba a su cara al actuar podía ver toda su alma. Como que podía ver a través de ella. Y eso es un gran regalo para una actriz. Esto me permitía, como director, tener la posibilidad de tener planos realmente abiertos alrededor de ella, donde no necesariamente tenía que recaer en un primer plano, podía mantener la distancia pero ella es suficientemente fuerte para mantener la atención del espectador en ella. Es un milagro como hace eso.
Y para Johannes Hegemann, que interpreta a Hans Coppi, el era uno de mis estudiantes. Soy docente de actores en Hochschule für Musik und Theater Rostockat, una escuela de actuación. Allí enseño los primeros pasos acerca de la actuación en cine. El luego de eso se dedicó al teatro, y cuando hicimos el casting para la película el participó y me acordaba de el. Este es su primer rol en una película y creo que fue perfecto.
Durante la función, se apreciaba muchísimo el diseño de sonido de la película. Creo que hacer un trabajo hermoso porque es delicado pero logra transmitir mucho. Particularmente como el uso del sonido en fuera de campo y de manera sutil. Incluso en la escena de la ejecución, donde si bien no vemos, escuchamos lo que sucede, lo cual lo hace mucho más horrible ¿Cómo fue tu acercamiento al sonido de la película?
Esa fue una pregunta realmente interesante. Nadie me ha preguntado eso hasta ahora, pero me alegra que lo hagas porque dedicamos mucho trabajo en eso. Porque no tenemos mucha música en la película, quizás apenas tenemos dos piezas y listo. No hay música. Así que desde el inicio sabía que iba a ser una película realmente silenciosa. Y es muy difícil hacer la mezcla de películas así porque sentís cada intereferencia del grabado de las voces. Incluso tuvimos que hacer mucho ADR (Redoblaje automático de diálogos) para recrear las voces y que sonaran bien. Y aparte, si te detienes a escuchar la película, cada sonido tiene un significado. Esto creo que es interesante porque usualmente las películas de están volviendo más y más abrumadoras, y de edición rápida, y de mucha música, de ruidos. El sonido sale de todos lados. Y si pausas la película por un instante, es como si volvieras a escuchar de repente y te das cuenta que los sonidos tienen significado. Creo que en el arte todo debe tener un significado. Incluso si escuchas caer una gota de agua. Debe haber una especie de intención detrás de eso. Y en esta película tenemos mucho de eso, por ejemplo, todo lo que tiene que ver con la naturaleza era muy importante para nosotros. Porque por un lado mostrábamos la prisión, claustrofóbica, incluso en el diseño de sonido. Y por el otro lado teníamos los espacios abiertos, el lago, el bosque, las aves. Lo que nos genera una contraposición sonora de una idea de libertad.
Ayer cuando la escuché en una gran sala de cine, estaba muy contento con el resultado, porque no sabía que iba a pasar. Estaba temblando incluso, pero funcionó, y eso me alegró mucho.

¿Cómo fue el rodaje de la última escena, la escena de la ejecución de Hilde? Porque es una escena realmente dura.
Esa escena me llevó a mis límites. Porque ¿qué podía decirle a las actrices? Yo no sé lo que es estar en una fila esperando para tu propia ejecución. No puedo imaginarlo, es horrible. Así que cuando las tenía ahí, en cierto punto les dije “Escuchen, no puedo ayudarlas, es muy difícil imaginar que podría pasar en una situación así, me imagino que hay diferentes posibilidades y situaciones. Algunas de estas prisioneras pueden llorar, otras pueden colaprar, otras pelear. Así que son libres, hagan lo que sientan y solo las interrumpiré si creo que esta totalmente mal. Sigan sus emociones”. En la vida real llevó tan solo treinta y cinco minutos para ejecurar a decenas de mujeres. Es espantoso, minutos para cada mujer. Los Nazis tenían protocolos para todo, así que intentamos reconstruir eso. Intentamos hacerlo en tiempo real y mi directora de fotografía, Judith Kaufmann, lo mostró casi como un documental. E hicimos la escena solo dos veces. No podía tolerarlo más. Pero creo que cada actriz hizo un trabajo realmente bueno en ese momento porque yo no fui de ningún tipo de ayuda. Pero es uno de esos momentos en los que llegamos a nuestro límite como equipo de filmación y actores.
¿Filmaste en orden cronológico? Porque por lo que acabas de decir eso también hubiera sido muy intenso para todos.
Siendo sincero, intenté filmar en orden cronológico y fue la decisión equivocada. Muchas veces pensé que no era la mejor idea. No hicimos todo en orden cronológico pero gran parte de la película. Me di cuenta cuando entrábamos a las escenas de la prisión. Porque eran escenas realmente fuertes y difíciles de sobrellevar para el equipo y para la actriz. Tenía la sensación de que era la decisión equivocada. Porque un día estábamos filmando que daba a luz durante tres o cuatro minutos, luego al día siguiente tenía una escena donde tenía que contarle a su madre que estaba sentenciada a muerte, y al sía siguiente tenía una escena donde el sacerdote llegaba y le decía que su esposo estaba muerto. Y eso era difícil de aguantar para Liv, y era todavía más difícil para el equipo. Son escenas emocionalmente muy fuertes. Si tuviera que hacerlo de nuevo, intentaría hacer una mezcla un poco mayor. Quizás no como termina estando en la película, pero al menos más facil para los actores. Pero también creo que eso le aporta para los actores, el hecho de tener que producir emociones fuertes dia tras día. Pero eso no quita que era difícil de poner sobre los pequeños hombros de Liv. Ella hizo un trabajo hermoso.

Todas tus últimas películas son basadas en casos reales. ¿Hay algo detrás de esa decisión o fue casualidad?
Totalmente accidental. Puede que a veces parezca planeado, pero siendo honesto se debe a que muchas veces lleva tanto tiempo hacer una película que nunca sabes cuando entran en producción o cuando se van a estrenar. Por ejemplo a Gundermann la empezamos a desarrollar en 2006 y la produjimos en 2017-2018. Y con Rabiye Kurnaz gegen George W. Bush pasó algo similar, el proyecto inició en 2008 y se terminó estrenando en 2022. Siempre lleva mucho tiempo. Las cosas con From Hilde, with Love fueron más rápidas, tomo solo cinco años. Hacer una película es como hacer un barco realmente grande, aveces lleva tiempo llevarlo al océano. Y eso se suma a que nunca sabes a que situación política se va a enfrentar la película cuando esta terminada y lista para estrenarse.
Y hablando de política, ¿Se te hace raro que los Nazis todavía sean una fuente de inspiración tan grande para el cine?
Creo que eso tiene que ver con los grandes problemas y conflictos que atraviesa la sociedad y que se producen. Si tenes una situación que se da en una sociedad que no tiene democracia, todo se hace más difícil en términos de tomar decisiones. Y creo que por esa razón, se nos hace tan interesante contar historias en tiempos como este. Porque cada decisión tiene una consquencia muy fuerte, es como si la distancia de ciertas situaciones produce conflictos narrativos más fuertes. Eso no significa que cada vez que se reproducen cosas como estas se sienta como entrar a un museo. Pero creo que es una forma de contar historias y llegar a otro tipo de reflexiones. ¿Por qué a la gente le gusta mirar películas como Titanic?. Todo el mundo sabe que el barco se va a hundir. Pero lo importante es que estas sentado en una sala seca y segura, pero mientras mirás estas catástrofes se te pone en un lugar casi filosófico de decidir. Estas en un entorno seguro para pensar que decidirías hacer ¿Soy la persona que toma un bote y se salva? ¿Soy la persona que ayuda a alguien más? O ¿Soy la persona que iria con la orquesta para despedirse del mundo? Por este tipo de decisiones el cine es una buena forma de reflexionar acerca del mundo.




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