Análisis pormenorizado de la filmografía de un distinguido y prolífico actor
En algún momento este cronista ya había contemplado la posibilidad de revisar con cierto detalle la carrera artística de uno de los principales actores de Hollywood. Nacido en San Bernardino, California, el 30 de enero de 1930, tuvimos hace días (concretamente el 26 de febrero pasado) la triste noticia de su muerte, a la edad de 95 años.
Fueron cuarenta años y ochenta películas, donde casi no pasaba un año sin que algun film suyo estuviera en las pantallas de las salas de cine. Se ha optado por dividir el análisis por décadas, en cada una de las cuales siempre hubo al menos un hito.
DECADA DEL ‘60
Aunque aún no aparecía con crédito, su primera película coincide con el inicio de la década (1961) en un film menor (Mag Dog Call), que en Argentina se conoció como Pasión de matar de Burt Balaban.
Ya en su segunda participación, tres años después, acompañaría a Warren Beatty (y Jean Seberg) en Lilith, obra póstuma de Robert Rossen. Seguramente el encuentro con el hermano de Shirley MacLaine sería el catalizador de futuros cruces, como el que ocurrió en 1967, cuando interpretaría a Buck Barrow, el hermano del que junto a Faye Dunaway serían los famosos Bonnie and Clyde, en la acertada visión de Arthur Penn.

En 1969 sobre cuatro largometrajes, en tres acompañaría a grandes nombres: Burt Lancaster y Deborh Kerr en The Gypsy Moths (Llegan los paracaidistas) de John Frankenheimer; Robert Redford en Downhill Racer (Monte abajo), de Michael Ritchie y Gregory Peck en Marooned (Abandonados en el espacio), del gran John Sturges (Gunfight at the O.K. Corral).
Completando una década inicial auspiciosa, en 1970 su primer coprotagónico (aunque nominado como actor de reparto) fue en el emotivo I Never Sang for my Father (Mi padre, un extraño) con Melvyn Douglas (también nominado) como un padre que se victimiza por el presunto abandono de su hijo, cuando fallece de un infarto su madre. Dirigió el poco conocido Gilbert Cates, con gran sensibilidad y sabiduría.

DECADA DEL ‘70
Se la puede considerar la década consagratoria al ganar un Oscar y filmar en promedio dos películas por año, con “picos” de cuatro (1975).
En 1971, William Friedkin logra una magistral interpretación en The French Connection (Contacto en Francia) como el violento policía Jimmy “Popeye” Doyle, que junto a su compañero Buddy (Roy Scheider) deben atrapar a Alain Charnier (Fernando Rey), el peso pesado del tráfico de heroína que planea desembarcar en Nueva York. Friedkin, de apenas 32 años, ganó uno de cinco premios Oscar, que incluyeron al de mejor película, director, actor (Hackman), guion (basado en un hecho real) y edición.

De los primeros años de la década, vale también mencionar The Poseidon Adventure de Ronald Neame (1972) y Scarecrow (Espantapájaros), de Jerry Schatzberg, donde comparte protagonismo con Al Pacino, este en el papel de un simpático “hobo” y que logra con esfuerzo superar la acritud de Max (Hackman), ex convicto y su compañero de ruta (trenes principalmente). Scarecrow ganó en Cannes la Palma de oro en 1973, ex aequo con la inglesa The Hireling.
En 1974, tuvo un papel menor pero destacable en Young Frankenstein de Mel Brooks y sobre todo el rol central en The Conversation (La conversación), uno de los films más personales de Francis Ford Coppola. Hackman es Harry Caul, cuadragenario taciturno, encargado de grabar charlas telefónicas privadas de una pareja. Cuando descubre que los que son espiados tienen motivo para temer ser asesinados, la angustia invade al propio Harry, quien experimenta un sentimiento de culpabilidad. Notable como anticipatorio del escándalo de Watergate, volvió a tener al actor en un film ganador de la Palma de oro de Cannes, apenas un año después de Scarecrow, en 1974.

Night Moves (Secreto oculto en el mar) es su segundo encuentro con Arthur Penn, en un thriller estrenado en 1975, aunque rodado dos años antes. Protagoniza a un detective privado que es contratado por una estrella decadente de Hollywood (Janet Ward) para encontrar a su hija Delly (Melanie Griffith, en su primer rol importante). Esta búsqueda lo sumerge en un mundo de misterio, violencia y muerte, en film que fue bien recibido por la crítica, no así por el público.
La notable versatilidad del actor lo encuentra interpretando en varias oportunidades al “malo” (Lex Luthor) de la serie de films que se inician en 1978 con Superman: The Movie, de Richard Donner. Fue encarnado por el recordado Christopher Reeve, hasta ese momento poco conocido, junto a Margot Kidder (Lois Lane), acompañados en este primer capítulo por Marlon Brando, como Jor-El y a quien Hackman confesó que, de chico, admiraba por su composición en Un tranvía llamado deseo (1951). La secuela, Superman II, fue iniciada por Donner y terminada, por desacuerdos de producción, por el inglés Richard Lester, aunque en 2006, el director original pudo realizar su propio corte.

DECADA DEL ‘80
Otra década prolífica con otros veinte largometrajes y el record de cinco films en un solo año (1988). El comienzo lo encontró en Reds nuevamente con Warren Beatty, como actor y director. Beatty interpreta a John Reed, basado en su libro “Diez días que conmovieron al mundo”. Un excelente reparto incluye a Jack Nicholson (como Eugene O’Neill), Diane Keaton (Louise Bryant) y Maureen Stapleton (Oscar de reparto, como la anarquista Emma Goldman). El rol de Hackman es menor.
En 1983 Roger Spottiswoode lo dirige en Under Fire (Bajo fuego). cuyo sólido guion refiere al movimiento sandinista que termina derribando la dictadura de Somoza. Nick Nolte como un fotógrafo, Hackman como un periodista y Joanna Cassidy, comentarista de radio, conforman también un triángulo amoroso, aunque el acento está puesto en la caída del régimen nicaragüense. En roles menores se destacan Jean-Louis Trintignant (espía francés) y Ed Harris (mercenario estadounidense).

No Way Out (Sin salida) fue otro buen film de acción dirigido por el australiano Roger Donaldson en 1987, que transcurre mayormente en el Pentágono, en que el comandante Farrell (Kevin Costner), un oficial de marina es incorporado por el Secretario de Defensa David Brice (Hackman) para un proyecto de un gran submarino. Ambos ignoran que comparten una misma mujer (Sena Young), que muere al caer por un golpe sin intención de Brice, interviniendo la Policía y la CIA para investigar las causas de su muerte.
1988, que como ya se señalara fue el año de máxima actividad cinematográfica de toda su carrera, fue también aquel en que por primera y única vez lo dirigiera Wooy Allen. Another Woman, opus 17 sobre 50 (todo indica que es poco probable que se supere esta última cifra) es una de las obras más “bergmanianas” del director y apenas superada por films como Annie Hall, Manhattan y Hannah y sus hermanas. Notable actuación de Gena Rowlands como una mujer madura que entra en crisis al escuchar sin querer las sesiones psicoanalíticas de otra mujer (quien sino Mia Farrow).

Y el año mágico para Hackman se cierra con Mississippi Burning (Mississippi en llamas), la consagración definitiva de Alan Parker, inspirada en una historia real: el asesinato de tres activistas por los derechos civiles de la comunidad afroamericana en un pueblo sureño en 1964. El joven diplomático Alan Ward (Willem Dafoe) y el ex policía sureño Rupert Anderson (Hackman) son enviados a territorios dominados por el Ku Klux Klan y forzados a recurrir a prácticas de intimidación, a borde de lo legal, para detener a los responsables.
DECADA DEL ’90 (e inicios del siglo XXI)
Este último periodo comprende otros 25 títulos, donde aún se rescatan algunos incluyendo uno que le otorga su segundo premio de la Academia. Nos referimos a Unforgiven (Los imperdonables), dirigida y actuada por Clint Eastwood en 1992, en su obra consagratoria como director. Él es Big Munny, que no es un dechado de virtudes, aunque empalidece comparado con Little Bill Daggett (Hackman), el corrupto sheriff del pueblo. Sobre nueve nominaciones gana cuatro principales: película, director, guion y actor de reparto para Hackman.

De 1995 es Crimson Tide (Marea roja) de Tony Scott, un thriller bélico, que se inicia con una guerra que se desata en Rusia cuando un grupo de militares ultranacionalistas se apodera de una instalación con misiles nucleares. La Marina de Estados Unidos envía al submarino nuclear USS Alabama, comandado por el capitán Frank Ramsey (Hackman). Su relación con el segundo, el teniente coronel Ron Hunter (Denzel Washington) es al principio cordial, pero se deteriora cuando Ramsey quiere apretar el botón rojo para lanzar misiles nucleares, mientras que Hunter se opone, al estimar que deben recibir órdenes más precisas. El peligro de una Tercer Guerra Mundial es el eje de la dramática trama, que tiene a otros militares interpretados por James Gandolfini y Jason Robards e inclusive a Viggo Mortensen en rol menor.

Se rescata también de este periodo The Birdcage (La jaula de los pájaros) de Mike Nichols (1996), remake norteamericano de La jaula de las locas. Como señalara Marcelo Zapata en su crítica, “aunque no sorprenda la jaula divierte”. Nathan Lane y Robin Williams (gran amigo personal de Hackman), asumen los roles de Tognazzi y Serrault, mientras que a Hackman le toca el papel de un senador (aquí norteamericano), superando el que encarnaba Michel Galabru en la versión original.
Su última película importante (de 2001) es The Royal Tenenbaums (Los excénticos Tenenbaums) de Wes Anderson. Todo comienza cuando Royal (Hackman), el egocéntrico padre de una familia disfuncional, es expulsado del hotel en el que vive y descubre que su exmujer Etheline (Anjelica Huston) está a punto de casarse de nuevo. Simula una seria enfermedad y logra reunir a sus tres hijos, en una comedia dramática donde se lucen entre otros Ben Stiller, Gwyneth Paltrow y Luke Wilson, pero quien se llevó un globo de oro será finalmente el propio Hackman.




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