El HOLLYWOOD que IMAGINO TARANTINO: Once Upon a Time.. in Hollywood

Quentin Tarantino es una eminencia para la cultura popular, amado por unos y desestimado por unos cuantos, no es de extrañarse que por ahí hayan escuchado que este director esta sobrevalorado por el simple hecho de que todos lo conocen y lo aprecian. Tal vez no es el Dios de la cinematografía, pero, es un director y guionista magnifico, un maestro para hacer personajes, dialogo, casting, para la creación de tensión y escenas de acción y violencia tan divertidas como perturbadoras. Todos pueden identificar su estilo único en todas y cada una de sus películas, pero ¿y si hiciera algo que se sale totalmente de su estándar?

Once Upon a Time in Hollywood es quizás la película más ambiciosa del director, una cinta en la que se atreve a explorar otros caminos narrativos para contar a su historia. Valientemente arriesga un poco la expectativa que la gente tiene de él y sus cintas y decide contar una historia con un ritmo narrativo mucho más pausado y adentrándonos más, una historia que lleva el peso dramático hacia el conflicto interno de los personajes más que conflictos externos. Vamos a hablar de las maravillas del filme y de las cosas que algunas personas podrían decepcionarlos o no gustarles.

La historia va sobre Rick Dalton, un actor de televisión a finales de los 60 que está experimentando una caída en su exitosa carrera. Se da cuenta de cómo la industria funciona, como las épocas de brillo de los actores duran poco y después son reemplazado por alguien nuevo, un nuevo actor o programa. Al mismo tiempo se desarrolla su amistad y relación con su chofer y doble de acción Cliff Booth, un personaje algo descompuesto y solitario, pero, que le es leal a Rick. Es importante recalcar que esta es la cinta de Rick Dalton y Cliff Booth, no es un drama histórico en el que se representa como núcleo de la trama el asesinato de Sharon Tate. ¿No saben quién es Sharon Tate?

Sharon fue una hermosa actriz casada con el director Roman Polanski, ya saben Barrio Chino (1974), El Pianista (2002), Él Bebe de Rosemary (1968). La bella mujer que estaba embarazada fue brutalmente asesinada junto a amigos suyos en su residencia el 8 de agosto de 1969 por la banda de hippies llamada “La Familia” liderada por Charles Manson, los asesinatos fueron horribles, tan solo Sharon recibió 16 puñaladas, una noticia que conmociono a Hollywood y a la fecha es un acto atroz y asqueroso. Bueno, la trama de la cinta esta situada en esos dos años y con la subtrama de Tate como parte importante, pero, la historia no es el evento en sí, sino el viaje de Rick Dalton.

Lo primero que notaran al ver esta cinta es que probablemente algunas personas se queden dormidas y no lo digo como algo totalmente malo, la gente espera cierto ritmo y tono por anteriores trabajos de Tarantino y este filme se sale totalmente de esa convección y estilo. No les voy a decir que la primera hora y media no se me hizo lenta, porque lo es, pero, eso no es necesariamente malo, casi todos los progresos o evolución son para el personaje de Rick. Si comparamos con otras películas de Tarantino esta es la primera en la que el objetivo de los personajes no es algo tan tangible y lleve situaciones de acción o violencia. En absolutamente todas las anteriores tenemos secuencias de acción, comedia o tensión distribuidas a lo largo del filme, al menos una en cada acto pues en esta casi no, al menos no como tal. No creo que sea adecuado usar la palabra aburrida pues la narrativa siempre se mantiene interesante combinando escenas de las películas y series que protagoniza Rick Dalton para hacer momentos cómicos o usar flashbacks con el mismo propósito y además comprender bien a los personajes.

A pesar de esto creo que se puede afirmar que esta es la cinta más lenta de Tarantino, independientemente del tono y género. Probablemente se deba que el corte original es de 4 horas ya que el director de verdad metió gran cantidad de cosas en ella. Supongo que de cierta forma merece el derecho de experimentar y hacer lo que quiera a estas alturas del partido. Por lo tanto, esta cinta al igual que La Forma del Agua de Del Toro o Roma de Cuarón es como un homenaje suyo para el cine. Ahora, ¿esto hace a la película mala? En lo absoluto.

El final logra un sentimiento tan bonito que te hace querer volver a verla con una nueva perspectiva, pero, sí que hará que la gente que es fan casual de Tarantino diga que es su peor película simplemente por ser muy diferente. Es claro que es una película que no es para todos, me atrevo a decir que es para un público muy de nicho y que incluso el mismo Tarantino lo sabía. Bueno, ahora si vamos a hablar del final de la película y de lo que de cierta forma le da sentido al filme, pero, para hacer esto tenemos que hablar con SPOILERS.

No finjamos demencia, una de las razones que generaba emoción de este filme es el cómo retrataría Tarantino el asesinato (de Sharon Tate) y lo que hizo fue lo mejor que pudo haber hecho para no caer en el cliché y hacer única a esta película. La cosa es que al igual que en Bastados Sin Gloria esta trama no es fiel a la historia, los eventos ocurren arbitrariamente como Tarantino quisiera que hubieran pasado. Érase Una Vez en Hollywood, el titulo hace referencia a lo que ocurre en su historia, es el cuento que todos hubiéramos querido que ocurriera, la justicia que no existió. La trama de Sharon Tate, como mencionamos, es apenas una subtrama en la película. Al final es cuando por fin se junta y complementa la trama de Rick Dalton y Cliff Booth.

Lo interesante es que la existencia de estos personajes en la historia de Sharon Tate lo cambian absolutamente todo, pues la intervención de estos hace que en ese universo los asesinatos nunca ocurran, pues la banda de Manson decide asesinar a Rick Dalton primero en vez de ir por Sharon Tate. Esto resulta en una secuencia de Tarantino a todas luces. Cliff Booth asesina a los hippies de la manera más brutal, violenta y cruel que te puedes imaginar. Pero, no nos centremos en lo que pasa sino lo que esto significa y lo que nos hace sentir como audiencia. Para mí la secuencia de los asesinatos es una de las mejores de Tarantino por lo que te hace sentir, la catarsis y liberación del momento es increíble, estas sonriendo, el corazón se te relaja y la endorfina se siente en tu cuerpo. Lo que estás viendo es justicia pura, justicia poética que en la vida real nunca veremos.

Lo que logra esta escena es como se construye la expectativa previa, Quentin es consciente de lo que la audiencia conoce, crea la expectativa con base en eso y hasta hay momentos en que sutilmente rompe la cuarta pared haciendo referencia a que todos esperamos ver la escena de los asesinatos. Primero nos dan casi todo el tercer acto de pura tensión en aumento porque parece que ya vamos a ver las muertes que estamos esperando, pero, entonces subvierte en lo que esperamos y tenemos la secuencia en la que mueren los hippies en vez de las victimas originales. Se victimiza al victimario y eso se siente muy bien.

Esta es la forma en que Tarantino a su manera le rinde homenaje a Sharon Tate dándole a los que le privaron de la vida el destino que todos hubiéramos querido que tuviera. El destino que incluso tu como espectador quisieras estar dándoles personalmente. Ver a Cliff destrozando cráneos fue sumamente emocionante, eso es lo mágico de la película y de Tarantino, como con la misma violencia puede perturbarte o como en este caso hacerte sentir felicidad, diversión, violencia catártica de liberación. Es como el final de Django en que disfrutamos cuando esta mata a todos los esclavistas en la casa de Calvin Candie.

Además de que esta es una secuencia divertidísima, cambia toda tu perspectiva de la película y le da sentido, te da ganas de volver a verla por más lenta que sea en un inicio, porque incluso este evento es lo que concluye el arco de Rick Dalton ya que durante toda la película vemos como sufre altas y bajas en su pensar sobre sí mismo, todo el metraje se la pasa sintiéndose indigno incluso viendo a la misma Tate como si no mereciera vivir a su lado y el final cuando inconscientemente la salva a ella, esta lo invita a tomar un trago en su casa, marca el final de ese arco. Por fin es digno de conocerla y saludarla, aunque hayan vivido tanto tiempo juntos. Tal es la importancia de esto que durante toda la película nunca se ven ni interactúan directamente hasta el plano final en el que ella lo abraza y lo invita a pasar a su casa, terminando así la película.

Esto me pareció brillante, le da mucha fuerza al final no solo porque entiendes el tributo a Sharon Tate sino porque el aire de esperanza se puede respirar, eso es lo que prima al final, la esperanza. Rick termina con posibilidades de un futuro ameno y Sharon esta viva. La noche es joven y van a festejar, a pasar un buen rato, esto resulta interesante también porque toda la subtrama de Tate es para mostrártela como un alma pura, un personaje inocente, bueno, blanco, que emana simpatía y amor y todos piensan que eso es para que te duela cuando la maten, pero, no. Es eso lo que te hace sentir tan bien al final porque esa pureza y felicidad se mantiene intacta.

Una historia que todos esperaban fuera oscura y trágica termina siendo bella y cálida, por eso le aplauden 10 minutos en Cannes, por ese final que te hace sentir muchísimas cosas que ningún momento te esperas. Tal vez no sea la mejor película de Tarantino, pero, si es la que más se arriesga y en la que se aleja más de su marcado estilo esto la hace única en su filmografía y gracias al tributo tan original que pudo hacer la vuelve una película que vale la pena totalmente para ver en pantalla grande y repetirla de vez en cuanto, una muy buena película.

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