“The Texas Chainsaw Massacre” o “El Loco de la Motosierra” (según su título local), es una de las mejores y más influyentes películas de la historia del cine del terror. Sin este film de Tobe Hooper, el panorama del cine de terror actual sería muy distinto.
Además, tampoco conoceríamos a Leatherface, el asesino que se convirtió en uno de los más icónicos y escalofriantes villanos de la historia del cine.
Aquí repasamos algunos datos curiosos sobre su producción.
El secreto está en la carne

"The Texas Chain Saw Massacre" tiene que ver con la carne. La familia Sawyer son caníbales carniceros que buscan la carne humana de sus víctimas, encerradas en su propio matadero personal. Es casi satírico que la película tenga lugar en Texas, un estado obsesionado con la carne de res y el cerdo, un estado conocido por sus bistecs, barbacoas, costillas y todo tipo de comida a la parrilla. No es de extrañar que el costado horroroso de comer carne fuera lo que inspiró al director Tobe Hooper a incluir imágenes tan visceralmente carnívoras en la película.
PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales) incluyó la película en su lista de "Las 10 mejores películas para dejar la carne", y el propio Hooper dijo que "el corazón de la película es sobre la carne". El director se volvió vegetariano durante la producción, al igual que Guillermo del Toro durante cinco años después de ver la película. Solo se necesita ver la escena en la que Leatherface cuelga a una mujer en un gancho de carne o golpea a un hombre en la cabeza con un mazo para entender cómo las víctimas en "Texas ChainSaw" son ganado parlante.
En una entrevista, Hooper compartió que la idea de la inversión de roles de humanos como ganado surgió de una noche en un restaurante, junto con sus viajes semanales a un matadero real en Texas:
"Una vez tuve una experiencia en un restaurante en el que había un carrito grande con carne de res siendo cortada, y transpuse diferentes imágenes en él. ¿Y si hubiera una linda vaca con una corbata de moño y un cuchillo cortando humanos?. Fui vegetariano durante un par de años después de eso. Y supongo que en el camino de Austin a Dallas los fines de semana, pasaba por un matadero. Es el mismo matadero que está en la película, de hecho. Siempre me molestó. Se convirtió en parte de la psicología de la película".
Estas ideas se convirtieron en la base de la brutalidad de “Texas Chainsaw”. Es un tema que se conecta desde el principio de la película, cuando la víctima Franklin describe en detalle la forma en que los carniceros sacrifican su comida final.
Problemas presupuestarios y un set apestoso

"The Texas Chainsaw Massacre" es una franquicia multimillonaria, pero el set de bajo presupuesto del film original fue un evento terrorífico en particular. Algunas partes del set daban tanto miedo en pantalla como en la vida real para los integrantes del elenco. Buscar un ahorro para poder finalizar la película llevó al departamento de arte a tomar algunas decisiones locas, incluido el uso de cadáveres de animales y huesos humanos reales.
Las películas de terror ahora se basan en efectos digitales, props realistas y prótesis complejas para lograr el máximo gore, pero la película original se hizo en tiempos distintos y con un presupuesto bajísimo (menos de $60.000 dólares)
Así y todo, el equipo se negó a sacrificar la calidad de su utilería. En lugar de usar réplicas de plástico de mala calidad que se verían falsas en pantalla, el director Tobe Hooper y su departamento de arte tomaron una ruta no convencional. "Algunos de los esqueletos eran reales", confirmó Hooper. "El que está empalado en la lápida al principio. Hay un esqueleto humano real ahí".
Pero, ¿por qué usarían huesos humanos reales en lugar de réplicas? La respuesta es bastante simple. "Fue menos costoso importar esqueletos humanos reales de la India que comprar réplicas baratas de plástico", dijo el director.
El uso de huesos humanos y animales reales le dio a "Texas Chain Saw Massacre" una sensación realista, pero tuvo un costo muy desagradable. "Se necesitaba mucha más luz en ese entonces para filmar una película. Entonces las luces artificiales y el sol de Texas cocinaron los huesos", recordó Hooper. Cuando se le preguntó si el set olía mal, el director respondió: "Oh, fue horrible".

Otro experimento del departamento de arte contribuyó al horrible olor en el set. "Alguien tuvo la idea de sacar gatos y perros muertos de la perrera y usar formaldehído en ellos", recordó la actriz Marilyn Burns en una entrevista con el portal Terror Trap. "Todo el mundo estuvo de acuerdo en que era una idea terrible. Así que decidieron que los quemarían y les darían un entierro".
Entre la cremación de cadáveres de animales y huesos humanos cocinados bajo las luces, Burns sintió que el perfil olfativo encajaba con el ambiente de la película. "El olor a carne quemada mejoró la sensación en torno a la película", insistió. "Fue horrible." La cabeza de pollo de la icónica escena de la cena creó problemas similares. "Simplemente no le quitaron la carne", admitió Burns. "Ya sabes cómo huele la comida podrida... imagínate eso en las luces, bajo el calor".
Los muertos no eran los únicos que contribuían al hedor. Gunnar Hansen, quien interpretó a Leatherface, también fue parte del problema. "Gunnar, por supuesto, olía muy mal porque tenía puesto ese disfraz", recordó Burns. "Tuvo que usarlo para la continuidad... nadie podía lavarlo. No se podía soportar después de un tiempo".

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