Nos hacemos la peli con esta figura indiscutible de los años de oro de Hollywood: Gene Kelly, un actor criticado, odiado y aclamado.

El rey de los musicales es un título que se ganó este artista que alcanzó la fama mundial y formó parte de un grupo selecto junto a Frank Sinatra, Fred Astaire y Ginger Rogers.
Pero es interesante ver la otra cara de Gene Kelly que durante el rodaje de un comercial en España permaneció atento y amable con el equipo, no dudó en despedir a un pianista y rechazar las partituras que Augusto Algueró, marido de Carmen Sevilla, le ofreció para el proyecto.
Y es curioso que sus inicios en el cine tampoco cuentan con una reputación tan respetable ya que este maravilloso bailarín escaló muchas veces a costa del maltrato hacia sus compañeras de baile. Son muchos los que recuerdan su lado egocéntrico, cruel y tirano.
En la biografía He's Got Rhythm, las hermanas Cynthia y Sara Brideson destaparon el lado oculto de Gene. Ellas sostienen que la única forma de superar su tremenda inseguridad era tratar a sus colegas como esclavas.
El testimonio de Debbie Reynolds, madre de Carrie Fisher, es clave: la actriz llegó a sangrar por los pies cuando grababan la canción Good Morning en Cantando bajo la lluvia.
Por su parte, Esther Williams se quejaba de sufrir lesiones de escoliosis en la espalda porque el actor no soportaba que fuese más alta que él y la obligaba a hacerse más pequeña.
El gran secreto es que estos comportamientos excéntricos y ególatras vienen de complejos desde la infancia cuando los niños se reían de él por dedicarse al baile.
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