Hoy nos hacemos la peli con estos tres cineastas mexicanos: Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro.
Lo cierto es que son tres exponentes del cine mexica de autor exponente del cine contemporáneo y, lejos de competir entre ellos, los directores se apoyan y componen tres caras de un mismo prisma, y a mucha honra.

González Iñárritu debutó con Amores Perros en 2001, candidata al Globo de Oro como mejor cinta en lengua extranjera, categoría en la que un año después compitió Cuarón con Y tu mamá también y en 2007 fue el turno de Del Toro con El laberinto del fauno.
Ese año Alejandro estuvo a su lado, candidato a mejor director por Babel, Globo de Oro que Cuarón conseguiría en 2014 con Gravity y repetiría en 2019 con Roma, película que además ganó el premio a mejor cinta en lengua no inglesa y por la que quedó nominado a mejor guion.
González Iñárritu también consiguió el Globo de Oro a la mejor dirección con The Revenant en 2016, tras defender esa candidatura el año anterior con Birdman, con la que ganó la estatuilla a mejor guion, y salir candidato en 2011 a mejor película en lengua no inglesa con Biutiful.
Guillermo del Toro fue el último en alzarse con el Globo de Oro a la mejor dirección, pero por fin lo consiguió en 2018 con The Shape of Water, por la que también aspiró a mejor guion.

Estos tres amigos, como les llaman en Hollywood, entraron a la industria a cambiar las reglas del juego para siempre.

Tal vez las palabras de Del Toro resuman a la perfección el vínculo entre estos tres grandes mexicas que hacen su propio cine:
“Si te fijas hablamos mucho de divisiones. Alejandro en Babel, Alfonso con Children of Men, yo con El laberinto del fauno. Divisiones intangibles o a veces que se ven y que nos obsesionan como el concepto de fronteras. Y preferimos unirnos por lo que nos hace humanos”, el director elige idealizar lo que significa ser director en el siglo XXI, un momento en el que los realizadores han dejado de tener fronteras.
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