
POR JERÓNIMO CASCO
31 DE ENERO DEL 2023, 15.58 PM | UTC-GMT -3
'Babylon' NO es una carta de odio al cine
Antes de ver Babylon me negué rotundamente a ver cualquier tipo de información sobre la película (más allá de imágenes promocionales). Básicamente lo hice por una cuestión personal: comencé un proceso donde dejé de generar expectativas sobre las películas, recurriendo al factor sorpresa.
Tener esa satisfactoria sensación de que luego de los créditos finales podamos crear una opinión basada en lo que uno vio, y no en lo que se fue generando antes de verla.
No podría haber arrancado mejor esta nueva etapa personal, ya que Babylon tiene todos los elementos de esas grandes películas que se quedan con uno mucho tiempo después de verlas.

¿Y porque digo que Babylon NO es una carta de amor y odio al cine?
Sorprendentemente luego de ver la que quizá en un futuro se considere la magnus opus de Chazelle, entrar a sitios de cine especializados, y ver algunas reseñas de los críticos que más respeto… Me encontré con un sinfín de diversas opiniones donde llamativamente preponderaba (en alguna de ellas) una frase que sentenciaba: Babylon es una carta de amor y odio al cine.
“- Wow! Es imposible cuadrar que un director de esta talla pueda crear una carta de amor y odio al cine", me dije para mis adentros.
Está bien, no es lo mismo decir -una carta de amor y odio al cine- que -una carta de odio al cine-. No lo entendía cuando lo leía, pero me decidí a tratar de averiguar y entender porque varias personas la habían descrito así.
Supongo que presentar un ambicioso y ácido guion que haga apología de los descontrolados excesos del Hollywood de 1920 ante una gran productora como lo es Paramount Pictures puede sonar algo provocador e irónico. Puedo refutar eso diciendo que una productora más “chica” probablemente no hubiese invertido en este proyecto.
También puedo suponer que el supuesto “odio” se debe gracias a las circunstancias que atravesó Chazelle en estos últimos años con Hollywood, con lo sucedido con La La Land y las pocas nominaciones que recibió First Man. Entonces, teniendo esas suposiciones en mente, ¿se puede decir que el director hizo Babylon sólo para complacer a los Oscar?

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Puedo decir que SI y NO… ¿Es raro decir eso? Bueno, trato de explicarme.
Puedo decir que SI porque inevitablemente a los Oscar les encanta hablar de ellos mismos, auto-adularse, y el es autoconsciente de los gustos de la Academia.
Y NO, porque claramente en la película no se busca romantizar ni se pretende idealizar sobre lo que significa la industria cinematográfica. Es más, diría que sucede todo lo contrario, se muestra con crudeza y frialdad el contraste que conlleva tener este sueño diurno y febril de las estrellas por llegar a la cima.
La única certeza que tengo es que Chazelle retrató sin filtros lo que significa hacer cine, retrató con adrenalina la pasión, y sobre todo retrató la magia que significa lograr esa toma que tanto se anhela. Lo hizo como pocas veces había visto.
Babylon es un meta-relato sobre el poder que tiene el cine (con sus defectos y virtudes) de cambiar la vida de las personas, de transformarlas y hacerles entender que a pesar de lo mucho que se deje de lado, las estrellas también se apagan. Pero lo que nunca pero nunca se va a apagar, es el CINE como arte.
Y a ustedes, ¿Que les pareció Babylon? Si no la vieron les recomiendo que vayan al cine, que el primer visionado no sea en sus casas.
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