Ésta es la pregunta que me queda en la cabeza la película autobiográfica de Spielberg "Los Fabelman"

Los Fabelman es una película dramática semiautobiográfica dirigida por Steven Spielberg. La película explora la historia de la madurez del joven llamado Albie Fabelman acompañado de su familia y se centra en el desarrollo del gusto y formación de él como cineasta, atravesado por las experiencias y problemas conyugales de sus padres que moldearon su infancia con diferentes sucesos que sin querer logra captar la cámara mostrándole a Albie una realidad que habitan otros planos más allá de lo que loogra captar el plano de su realidad.

La película arranca mostrándonos la fascinación de Alvie por la primera película que ve en cine en compañía de sus padres “The Greatest Show on Earth” de Cecil B DeMille, dejándonos ver como el niño queda impactado con la escena del choque del tren y hace que la rebobine en su cabeza una y otra vez hasta el punto de querer replicarla, logra hacerlo a una escala menor con el tren que le es regalado por sus padres durante Hannuka; su replica logra causar el mismo impacto en su cabeza que el real al descubrir que él también puede encapsular momentos en una cinta.

Bien, así como Alvie quedó impactado repitiendo una y otra vez esta escena del tren, yo no puedo dejar de pensar en cada escena de Los Fabelman en que nos dejan ver la fascinación de Alvie cada vez que logra ver el resultado de su trabajo en la pantalla, sea cuando recrea la escena del tren, el corto western casero con sus compañeros exploradores o la película de la playa para el prom de la secundaria, esta cinta al lograr transmitir esa sensación de plenitud, felicidad y asombro que siente Alvie por el cine me hizo pensar en mi niña interior y cuestionarme que estoy haciendo ahora si lo contrasto con lo que mi yo de 7 años se asombraba, y pienso en lo mucho que me hacían felices las manualidades, los viajes exploradores, la fascinación por recrear una cocina y hacer banquetes para todos mis invitados comensales que en ese momento eran mis muñecos de felpa, ¿estoy alimentando esa niña ahora que soy una adulta?

Pienso esto porque veo la cinta y me parece hermoso, poético y brillante como Spielberg hace esta película a sus 76 años, sin ninguna pretención de ponerse como el ombligo del universo o como un estrella hollywoodense, por el contrario, realmente siento que su cinta es una carta capturada en movimiento a su porpio niño interior, es una carta que honra su fascinación y asombro por la vida en forma de cinta que descubrió a escasos 6 años, es un guiño a aquel niño diciéndose: -- ¡Lo logramos!, y me causa la más grande de las admiraciones, no es que ya no lo admirara por todos sus éxitos cinematográficos, por supuerto. Solo que ahora lo admiro más como humano y lo siento más cercano, no solo un exitoso director, ahora lo siento como un humano que hizo de su diversión de niño su trayectoria de vida y realmente eso me hace estremecer de emoción y completa admiración. Su historia me hizo pensar en cuál es la mía, en qué me voy a contar cuando este en ese punto de mi vida, pero sobre todo en que estoy haciendo en el presente para vivirla.

Así que, ¿Qué historia quiero contar a mis 76 años cuando me escriba esa carta de agradecimiento a mi niña interior por soñar y llevarme a vivir una vida de asombro y pasión? Realmente esa es la pregunta que me dejaron los 151 minutos de la semiautografía del mejor contador de historias de los últimos tiempos Stiven Spielberg.

¡Vaya pregunta, ¿verdad?!

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