THE LAST OF US ¿Una más de zombies o una serie sin igual?

Nos hacemos la peli con la serie que nos retrotrajo al apocalypsis a través de una historia basada en un videojuego: THE LAST OF US. La premisa es concisa y verosímil: un hongo que se esparce por el cuerpo de la persona que tiene cercanía y lo mata para luego transformarlo en zombie aterrador.

Lo interesante es que la serie nos abre al día exacto en que este virus se propaga y nuestro protagonista representado por el one and only Pedro Pascal pierde a su hija a consecuencia de un ataque monstruoso. Y lo que le agradecemos es que haga ese salto temporal de veinte años situándonos en un mundo postapocalíptico, arrasado por la tragedia, las consecuencias de pérdidas irreparables, y los pocos seres humanos que quedan están rotos, con poca esperanza de encontrar amor inesperadamente en extraños.

Neil Druckmann, director y escritor del juego original participó co-creando la serie junto a Ali Abbasi, con la gran colaboración de Craig Mazin, guionista extraordinario que conocemos de la miniserie Chernobyl de HBO, de películas como The Hangover II y Scary Movie 3.

Es meritorio el momento que atraviesa Pedro Pascal en su carrera, pasando de sexsymbol a meme, mientras trabaja en las series más vistas de los últimos tiempos. Lo cierto es que es uno de los actores más solicitados a la hora de convocar protagonistas que garanticen el visionado de un contenido.

Por su parte, Bella Ramsey ha demostrado la gran actriz que es desde muy niña pues su talento para construir personajes firmes y maduros a su edad es llamativo. En la serie, ambos actores trabajan juntos de manera ecuánime conformando uno de los duetos más icónicos de las series del momento, los vimos transformarse en un Joel y una Ellie perfectos.

Pero aquí nos topamos con la pregunta ¿Es The Last of us una más de zombis, en este caso fúngicos, o estamos ante una serie revolucionaria?

Vamos a desglosar un poco el asunto: La serie comienza como cualquier otra, epidemia zombi, destrozos y un encargo para un sobreviviente guerrillero que debe llevar una niña del punto “A” al punto “B”. Esta niña se descubre que es completamente inmune a eso que acabó con el mundo ¿Por qué ella? ¿Podría lograr la cura? Esta es una de las preguntas que sostienen nuestro interés durante los episodios.Lo que definitivamente nos para frente a una serie distinta es el vínculo que se forja entre Joel, que está roto internamente y ha tenido que apelar a la violencia por encontrarse en un marco de supervivencia tan hostil. Recordemos la injusta, cruel y dolorosa muerte de su hija en pleno inicio del apocalipsis y cómo Joel no volvió a ser el mismo tras aquél episodio. Sabemos incluso que intentó quitarse la vida y que ha perdido contacto con su hermano tras años de llevar una vida como mercenario en aquél mundo que ya no es humano.

Como en ninguna otra serie somos testigos de la particular evolución de la niña con el adulto que ya no cree en el amor ni en su humanidad. Joel termina preocupándose y encariñándose con esa niña, casi como si se tratara de una transferencia a causa de la pérdida de su hija. Una relación de padre e hija que crece y nos poné las lágrimas en los ojos a flor de piel. Pero tal vez lo más meritorio de la serie es que logra estos climas con un contraste bestial en medio de las sangrientas matanzas.

La dulce paternal sonrisa al final de la temporada mientras le cuenta a Ellie sobre Sarah, su verdadera hija es poco tiempo después de verlo asesinar a sangre fría a incontables personas, miembros de las Libélulas, por salvarla a ella de una muerte, un sacrificio, que podría haber salvado al mundo…

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