En 2006, se estrenaba ‘Hermanos y Detectives’, una serie argentina escrita y dirigida por Damián Szifron en la que se presentaba a dos hermanos que se conocen de manera tragicómica y que, juntos, comienzan a resolver crímenes. En uno de sus episodios, específicamente ‘El Loco de la Azotea’, un oficinista se sube a las terrazas que dan a parques emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires para cometer un asesinato con precisión y elegancia. Este hombre, lleno de ira con la sociedad y sus normas, pudo haber sido la “semilla” que sembró ‘Misántropo’, la nueva -y esperada- película del director argentino.
Luego del rotundo éxito de ‘Relatos Salvajes’ (2014), Szifron se llevó a una vida calma de poca prensa y proyectos. Su último largometraje, en EE. UU. forzosamente ‘To Catch a Killer’, comienza durante la fiesta de Año Nuevo, en donde 29 personas son asesinadas mientras estallan los fuegos artificiales, una táctica para esconder el delito. A partir de ahí, Eleanor Falco (Shailene Woodley), una oficial de bajo rango es reclutada por un agente del FBI, Geoffrey Lammark (Ben Mendelsohn), para resolver el caso y atrapar al homicida.
La gran cuestión de la película es el mal de la humanidad. La línea de razonamiento no es encontrar culpables, sino descifrar el por qué existen hechos aberrantes como los homicidios masivos -lamentablemente característicos de la tierra del sueño americano- y cuáles son los motivos que llevan a las personas a tomar esas decisiones. ¿Es algo instintivo o es algo que se aprende?
En ‘Misántropo’, se repite mucho la idea de saber elegir las batallas que podemos dar. Esto de entender los juegos de poder, cuestionarlos pero siendo estratégicos a la hora de tomar decisiones. En ese campo lúdico, Eleanor, una joven con un duro pasado pero con el entusiasmo y el potencial para dar el salto en su carrera, es el personaje que encierra la ambivalencia del “bien y el mal” que se plantea: aún con problemas de adicciones, intentos de suicidio y depresión intenta dar lo mejor de sí para encontrar al asesino que, casualmente, pareciera tener algunas similitudes con ella.
La crítica ha destrozado esta película, sobre todo la estadounidense, y tiene sentido. Según la BBC, el país ha sufrido más de 130 tiroteos masivos en lo que va del año, por lo cual un relato que comienza con un hecho similar no es del mayor agrado para ellos. La decisión de Szifron de poner este tema sobre la mesa es provocador pero a la vez reflexivo, ya que hace uso de su extraordinario conocimiento del lenguaje cinematográfico hollywoodense para poner en jaque las contradicciones de la sociedad norteamericana.
‘Misántropo’, cuyo estreno será el próximo 4 de mayo en Argentina, quizás no venga a renovar el género porque tampoco lo busca. Solo es una película con grandes cuestionamientos porque Szifron no sólo sabe muy bien cómo entretener sino cómo hacer pensar. Volvió el cine.
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