10 películas premiadas en Cannes que no puedes dejar de ver (Parte 3)

4. Sueño de invierno

Sueño de invierno recibió elogios de la crítica y obtuvo la Palma de Oro en Cannes en 2014. Nicolas Winding Refn, miembro del jurado, la describió como una película espiritual increíble con actuaciones poderosas que lo llevó a otro mundo y hasta lo hizo emocionar.

Dirigida por Nuri Bilge Ceylan, Sueño de invierno es una pieza meticulosamente elaborada que comienza a puertas cerradas. La película gira en torno a los diálogos entre varios personajes: el matrimonio, los hermanos y el propetario con el inquilino. Aydin, un ex actor, administra un pequeño hotel en en centro de Anatolia junto con su joven esposa Niahl y su hermana Necla. A medida que los paisajes invernales turcos reflejan desolación, las relaciones entre los personajes se vuelven cada vez más tensas.

Al igual que en su película El peral silvestre, el director Ceylan enfatiza los diálogos extendidos en Sueño de invierno, como una forma de desafiar ciertas convenciones cinematográficas. A pesar que los personajes hablan incesantemente en la película, no logran comunicarse el uno con el otro. En cambio, las conversaciones intensifican los conflictos entre ellos. La película resalta la distancia inherente en las relaciones humanas y la incapacidad de las conversaciones en sí para cerrar las brechas causadas por las diferencias económicas.Sueño de invierno es un recordatorio honesto que no provee soluciones a los problemas. Las habilidades del director Nuri Bilge Ceylan son evidentes, mientras captura los matices de las emociones y las motivaciones de cada personaje. La película está impulsada naturalmente por los diálogos y eso permite una profunda instrospección y exploración filosófica, que permite a los espectadores reflexionar luego de los créditos.

3. Amour

Amour marcó la segunda Palma de Oro para el director Michael Haneke en el festival de Cannes, tres años después de su aclamada película La cinta blanca. Protagonizada por Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva, Amour cuenta la historia de George y Ana, una pareja de ancianos que disfruta de su retiro en su apartamento. Sin embargo, sus vidas dan un giro drástico cuando Anne sufre un derrame cerebral y sus vidas cambian para siempre.

Haneke respetó el guión estrictamente durante la producción, al filmar cada palabra como estaba escrita. Este enfoque meticuloso le da autenticidad y crudeza a la película. El estilo sobrio y contemplativo que caracterizan a Haneke se hace evidente a través de Amour, a medida que profundiza en los temas del amor y la inevitabilidad de la mortalidad. La película plantea un dilema moral: ¿Vale la pena vivir sin dignidad? La respuesta de Haneke es cruel y refleja la dura realidad de la vida. Obliga a los espectadores a analizar los desafíos de George y verse en el lugar de Anne. La película provoca introspección y cuestiona qué opciones se tienen en una situación semejante.

Amour es una exploración conmovedora de la experiencia humana, y realiza preguntas profundas sobre el amor, el envejecimiento y las complejidades de las relaciones. La hábil dirección de Haneke y su atención al detalle son notorios en cada encuadre de Amour. La cinematografía de la película, caracterizada por tomas extensas y movimientos de cámara sutiles mejoran la intimidad de la atmósfera y permite a los espectadores sumergirse en el mundo de los personajes. El ritmo deliberado de Haneke y el uso del silencio crean movimientos e contemplación, que resaltan el peso de las emociones de los personajes y el profundo impacto de sus decisiones.

2. El árbol de la vida

Terrence Malick, ya sea que aprecies sus películas o no, es uno de los directores estadounidenses más importantes de nuestro tiempo. El árbol de la vida, que obtuvo la Palma de Oro en Cannes, se convirtió en al primera película estadounidense en obtenerlo desde Fahrenheit 9/11. La película entrelaza el origen del universo con la vida d eun niño que crece en los suburbios estadonidenses en los años 50. Es una exploración visualmente increíble con un temática ambiciosa de luz y sonido. Sin embargo, puede resultar difícil entender las intenciones del director. Incluso Sean Penn, uno de los actores principales de la película, expresó incertidumbre sobre su rol y su objetivo, al declarar que no entendió qué se suponía que sumaba al contexto y que el mismo director no supo explicárselo claramente.

Si bien Malick posee una visión clara de la película, gran parte de ella es un paralelo de sus propias experiencias. Al igual que el personaje de jack en El árbol de la vida, Malick creció en una zona rural de Texas junto con sus dos hermanos, quienes murieron de forma trágica. Uno de sus hermanos se suicidó a los 19 años. Sin embargo, estas conexiones personales no logran explicar las numerosas escenas de exploración de la evoución de la tierra. De hecho, algunos cines estadounidenses advirtieron a los espectadores sobre la naturaleza enigmática y no lineal de la narrativa, luego de recibir solicitudes de reembolso en las primeras semanas de proyección de la película.

Por un lado, El árbol de la vida presenta una gran indagación y contemplación de la vida y la existencia humana. Por otro lado, ofrece un examen crítico del patriarcado. Cuando los temas expansivos de la película finalmente convergen en la representación de una familia estadounidense de clase media, el contraste se hace evidente. En esencia, El árbol de la vida representa una mezcla única de instropección personal, exploración filosófica y poesía visual por parte del director Terrence Malick. Invita a la audiencia a reflexionar sobre sus propia existencia, los misterios del universo y la dinámica compleja de las relaciones humanas.

1. El tío Boonmee que recuerda sus vidas pasadas

El tío Boonmee que recuerda sus vidas pasadas puede ser una de las películas asiáticas más importantes desde 2010, al convertise en la primera película tailandesa en ganar la Palma de Oro en Cannes. El director Apichatpong Weerasethakul cree que la película cuenta la historia de los objetos o las personas que se hibridan. En la película, el tío Boonmee, que sufre de una insuficiencia renal aguda, elige pasar sus últimos días en el campo con sus seres queridos. Mientras espera la muerte, el fantasma de su difunta esposa aparece y su hijo perdido regresa a casa en forma de criatura. Ellos viajan a través de la jungla y llegan a una cueva misteriosa donde el tío Boonmee muere en paz.

La visión del director Apichatpong Weerasethakul aporta sensibilidad artística a la película. A través de su magistral dirección, el director crea una atmósfera fascinante que difumina la línea entre la realidad y la fantasía. La cinematografía captura la exuberante belleza de la campiña tailandesa, sumergiendo a la audiencia en el mundo místico del tío Boonmee. Esta es una película muy difícil de definir o describir: abarca temas como la muerte, los fantasmas, los arrepentimientos, la política e incluso escenas extrañas sobre una princesa y un pez. También presenta momentos conmovedores de una familia que se reúne alrededor de una mesa y expresa su cariño mutuo. Las leyendas y la realidad se entrelazan, mezclando el pasado y el presente, en un húmedo sueño tropical.

El director Apichatpong Weerasethakul se esfuerza por retratar la vida interior y las luchas diarias de los personajes, sus temores y represiones de una manera única. De cara a la muerte, la realidad se vuelve irreal, pero la vida continúa una vez que las personas aceptan la muerte. La exploración de la película de la transformación y la hibridación de la película se extiende más allá de su narrativa. También refeja el panorama en evolución del propio cine. La película, según el propio Weerasethakul, es una de las últimas películas analógicas en una era dominada por la tecnología digital. Esto suma una capa de reflexión sobre la naturaleza cambiante del cine y el lamento nostálgico por la desaparición del medio.

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