En su libro Los ángeles que llevamos dentro, el profesor de psicología de la Universidad de Harvard, Steven Pinker, presenta una perspectiva interesante sobre el comportamiento humano. Steven Pinker sugiere que la historia evolutiva del ser humano ha moldeado los patrones fundamentales del cerebro, que influyen en las funciones cognitivas y emocionales. Este proceso ha dado lugar a la coexistencia de un lado oscuro y violento y de un lado más pacífico y cooperativo dentro de las personas.
A lo largo de la vida, las personas suelen luchar con estas fuerzas opuestas. El entorno, junto con las circunstancias que se deben enfrentar, determinan si en las personas prevalece la violencia o la cooperación. Si bien la sociedad moderna puede suprimir la violencia a través de la ética y las leyes, sigue formando parte de la naturaleza humana. Relatos salvajes explora seis historias en las que los demonios que se llevan dentro triunfan sobre los ángeles.
¿Por qué muchas personas hacen catarsis al ver esta película? Porque liberar la ira se alinea con la naturaleza humana, mientras que restringirla va en contra de ella.
La primera historia llamada Pasternak, es el segmento más corto y el más absurdo. Comienza con algunas frases de conquista cumunes, mientras el público descubre de forma gradual la vida fallida de Pasternak a medida que el director desvela su historia. La vida fallida de Pasternak se desvela a medida que avanzan las conversaciones, que revelan las críticas de su profesor, el bullying de sus compañeros de clase y la traición de su novia.
Al final, con todos los involucrados a bordo, Pasternak estrella el avión contra el suelo, también llevándose consigo a sus padres que dieron forma a su existencia.
A lo largo de la película, Pasternak, quien nunca aparece físicamente, se convierte en una figura divina con el poder de controlar la vida y la muerte. Sirve como una metáfora de la narrativa general de la película: pequeños errores encienden el odio de manera inadvertida, donde la venganza obsesiva conduce a situaciones absurdas. El hilo del destino, al igual que Pasternak, se esconde dentro de las vidas de todas las personas.
Los segmentos Las Ratas y El más fuerte ofrecen una crítica social conmovedora y hace reflexionar a los espectadores sobre las consecuencias de la venganza. Se examina la corrupción y la justicia, se satirizan las relaciones de clase e incluso se ridiculiza el amor. Sin embargo, en el centro se mantiene el tema principal de la venganza.
En el segmento titulado El más fuerte, la película introduce otro patrón: el grito de no poder soportarlo más. En los siguientes cuatro segmentos, cada personaje lucha por mantener el autocontrol, solo para sucumbir de ira.
El más fuerte es una historia que resuena en muchas personas, ya que comienza con un incidente menor que tiene consecuencias brutales. El final muestra la parte más absurda, donde dos individuos pelean dentro de un automóvil, decididos a matarse entre ellos. El automóvil explota, dejándolos como dos esqueletos entrelazados, como dos amantes que no pueden estar juntos y deciden morir. Lo que algunos pueden percibir como una venganza intensa, puede resultar una broma para otros.
De todas las historias, Bombita puede no proporcionar la misma catarsis. La narrativa pasa de coincidencias surrealistas o irreales al mundo sofocante de la clase media urbana. Cada detalle en la historia de Bombita refleja la burocracia en la realidad. Cuando el sistema no comprende ni acepta a una persona, la destrucción se convierte en un destino compartido. Irónicamente, el ingeniero que pasa desapercibido en la vida, gana la comprensión y el respeto de su familia cuando está en prisión.
Bombita sirve como punto de inflexión en la película, donde el director guía a la audiencia a centrarse en las consecuencias de la venganza. Lo absurdo yace en la incapacidad para controlar las consecuencias de la venganza o predecir las consecuencias del perdón. Bombita comienza con temas triviales y termina de manera explosiva, mientras que La Propuesta empieza con una cuestión de vida o muerte y genera odio en la audiencia por la falta de consideración hacia la vida, para luego pasar a negociar.
Las vidas humanas no solo se sacrifican para la corrupción y el poder, también se transforman en fichas en el juego de la avaricia y la vanidad. La dignidad de la difunta es pisoteada en el juego de poder de los vivos. El encanto cómico yace en la representación del proceso de planificación y en las transacciones corruptas que suelen minimizarse en las tragedias. En medio de estos detalles crueles, lo absurdo aparece en cada giro.
Dentro de la mansión, un conjunto de enredos atrapa a la audiencia, con sus destinos entrelazados con los del criminal y conducidos por el interés propio. No es hasta que el esposo de la difunta le da un golpe al chivo expiatorio que se puede comprender que la tragedia debería haberse centrado en la verdadera víctima. En una entrevista, el director reveló que el segmento Bombita iba a ser el segmento final, para mostrarle a las personas la verdadera tragedia de la vida.
Sin embargo, en una decisión sorpresa, el director decidió terminar la película con el segmento de la boda judía titulado Hasta que la muerte nos separe, en la que se ofrece una visión profunda del matrimonio y el amor. AL principio se muestra la armonía y el encanto de la boda, que representa la noción idealizada del amor y del matrimonio. No hay conflicto ni presiones, solo el principio de la unión de una pareja.
Sin embargo esta historia revela una verdad más profunda: el verdadero matrimonio ocurre cuando llega el fin del idealismo romántico, al presenciar los lados más humildes, malvados y detestables del otro y elegirse de todos modos. Esa es la realidad del matrimonio.
Los errores, los resentimientos y la venganza que se muestran en la película no terminan en actos exitosos de venganza, sino que se disuelven en un frenesí. Toda la ira acumulada y la impotencia de los segmentos anteriores culminan en un estado de pérdida de control total y absoluta irracionalidad, que lleva al clímax de la película.
Además, esta narrativa sugiere que todas las formas de venganza, que no conduzcan a la destrucción mutua, dan lugar a las banalidades de la vida cotidiana. La liberación de la ira y el amor por la vida son dos caras de la misma moneda. A medida que la película llega al final, donde lo absurdo alcanza su punto máximo, surge otro aspecto de la naturaleza humana: la pasión por la vida resurge.
Este enfoque sutil del mundo es el modo en el que el director genera reflexión y comprensión, recordando a la audiencia las complejidades y las contradicciones inherentes a la existencia humana.
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