Si miramos hacia atrás, podemos darnos cuenta de que la inesperada popularidad de la serie "Rápidos y Furiosos" fue sorpresiva.
"Rápidos y furiosos" comenzó siendo una película de subcultura de grado B con un tema divertido, pero de forma inesperada ganó popularidad entre el público norteamericano.
En retrospectiva, al observar la primera película, descubriremos que es muy diferente de sus secuelas.
La primera entrega está llena de distintos elementos anti-mainstream, no sólo en términos de la historia, ambientada en un barrio caótico poblado por minorías étnicas, sino también en la representación real del reconocimiento generalizado de los marginados.
El protagonista, Brian (interpretado por Paul Walker), es un oficial de policía blanco que se infiltra en el mundo de las carreras callejeras. A través de las interacciones con Dom (interpretado por Vin Diesel), ambos logran desarrollar un respeto mutuo y, al final, Brian deja libre a Dom y se convierte él mismo en un fugitivo.
Este es el punto de partida de la serie "Rápidos y Furiosos". Las películas posteriores (excepto la tercera) siguen con esta idea, y continúan con el viaje de Brian para "unirse a la banda".
Además del atractivo de la "cultura familiar" de Dom, Brian también está desilusionado por la "política de oficina" de la fuerza policial. Hasta el clímax de la cuarta película, cuando la policía traiciona su promesa de dejar ir a Dom y lo sentencia a 25 años de prisión. En ese momento, Brian no puede tolerarlo más y organiza una fuga de la prisión.
Esta acción, sin duda, pone en peligro su propia carrera y le sirve como una promesa de lealtad a la banda.
La primera entrega de la serie, Rápido y furioso cuenta la historia de un oficial de policía blanco que traiciona su deber y adopta los valores de la lealtad dentro del submundo de la ilegalidad.
A partir de ese momento, Brian se une a la banda de carreras callejeras y se convierte en un hermano cercano de Dom.
Esta es la verdadera esencia de la serie "Rápidos y Furisos", que gira en torno a la rebeldía y la provocación. La actitud general de la película es que las bandas clandestinas tienen más principios y calidez que la "familia" policial.
Irónicamente, fue a partir de la cuarta entrega, cuando Brian se unió a la banda, que la serie se convirtió verdaderamente en un gran éxito. Sus características definitorias son la elevación y la inversión del género.
En términos de género, la serie se apartó de su nicho original de películas de carreras de autos y se transformó en una serie de películas de robos llenas de acción. Desde la quinta hasta la novena película, se centraron principalmente en llevar a cabo misiones.
Esto se ha convertido en una fórmula estándar para las principales películas de Hollywood, donde, independientemente de los antecedentes u orígenes de los personajes, en última instancia, tienen que salvar el mundo. Las series de Marvel, Misión: Imposible, James Bond... todas siguen este patrón. Incluso un grupo de corredores callejeros de Los Ángeles tuvo que asumir esta responsabilidad.
Además, en términos de núcleo ideológico, la serie "Rápidos y Furiosos" abandonó por completo su postura rebelde y se convirtió en defensora de la corriente principal.
Ya no se oponen a la policía, sino que son ellos los que se convirtieron en los miembros no oficiales de las fuerzas del orden, luchando contra el crimen en todas partes. Se expandieron más allá de las calles de los Estados Unidos y dejaron su huella en Londres, Roma, República Dominicana, Río de Janeiro e incluso en el Ártico.
Los datos de Bloomberg muestran una disminución gradual en las escenas de carreras y un aumento en las secuencias de acción a lo largo de las primeras ocho entregas de la serie "Rápidos y Furiosos".
En cuanto al eslogan, ya no es "Mier**", sino "Familia". Según las estadísticas, la mención de "familia" o "equipo" en las películas pasó de menos de tres veces en las primeras cuatro películas a la asombrosa cantidad de 17 veces en la octava película. De esta manera, los antiguos reyes de la calle se han convertido en los faros de positividad de la actualidad.
Especialmente después de la muerte de Paul Walker, el único personaje blanco desapareció y el grupo protagonista quedó completamente liderado por descendientes de africanos, asiáticos e italianos. Sin embargo, el tono general de la serie se volvió más convencional. Este es sin duda el destino común de todas las grandes propiedades intelectuales.
Por un lado, aprovechando la ola de la globalización, la serie "Rápidos y Furiosos" pasó de ser una película de carreras de categoría B a una franquicia de acción de categoría A. Por otro lado, para atender audiencias globales, era necesario minimizar la heterogeneidad y la ofensa.
Así, la serie tuvo que romper con sus raíces y emprender un camino de blanqueo, alejándose a toda velocidad en sus coches.
Este fue el camino hacia el éxito, pero también hacia un callejón sin salida.
Entonces, en Rápidos y furiosos X, vemos que la propiedad intelectual se desmorona por la búsqueda de la seguridad extrema.
Desde el comienzo parece ser una historia desechable. El equipo de corredores callejeros originalmente trabajaba para el FBI, pero como perdieron sus valores, el FBI se volvió contra ellos. Sin embargo, a medida que se desarrolla la historia, se hace evidente que no todas las fuerzas del orden son corruptas, sólo unas pocas personas con motivos ocultos. La narrativa cambia de individuos que desafían al sistema a una vendetta personal entre dos familias, es como una pelea sin fin.
Además, debido a los acuerdos contractuales entre Vin Diesel, Dwayne Johnson y Jason Statham que estipulan que "nadie puede perder", las tres estrellas de acción más cautivadoras de la película no pueden realmente participar en un combate, y mucho menos morir.
En cuanto a las escenas de efectos visuales de la película, además de la parte en la que la bola de hierro gigante causa estragos en las calles de Roma, el resto de la película no logra impresionar. Después de todo, en la novena película, llevaron autos al espacio, por lo que no quedan muchos lugares nuevos para explorar.
Sin embargo, los conceptos de creatividad, seguridad y aburrimiento son prácticamente sinónimos. Cuando decimos seguridad nos referimos al hecho de que una serie pierda su vitalidad creativa. Ya no se pregunta qué más puede crear; en cambio, mira hacia adentro para ver lo que todavía tiene para ofrecer.
La serie "Rápidos y Furiosos" logró pasar de ser una película de categoría B de nicho a un éxito de taquilla de categoría A, pero ahora se ha convertido en una de esas películas pochocleras con bajo valor de entretenimiento.
Debería llegar a su fin. Pero a juzgar por las intenciones de Dom, parece que la serie tendrá al menos dos entregas más antes de la verdadera despedida.
Entonces, uno sólo puede decir que aunque la propiedad intelectual sigue viva, ya está muerta.
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