undefined_peliplat

Killer of sheep (1978) de Charles Burnett

Uno de los grandes valores de "Killer of sheep" está en la grandeza de mostrar el día a día de la vida de gente corriente. El segundo factor de importancia estriba en la capacidad por plasmar la realidad de los barrios negros, sus condiciones de vida a mediados de los años 70´, a través de un realismo sin capas, con una cámara increiblemente neutra, que penetra, como un documental, en los barrios obreros, a la que no enturbian las conversaciones, ni los comportamientos, ni ninguna de las acciones (especialmente con los niños) de estas familias humildes.

De lo que nos habla "Killer of sheep" es de esa imposibilidad por decidir, de esa obligación por permanecer donde uno está, sujeto a las rutinas, a las escasas condiciones saludables de sus barrios y sus trabajos, al estar anclados en la pobreza. La película se centra en Stan (Henry Gale Sanders) que trabaja en un matadero y que cuando regresa a casa agotado, sin ganas de hacer nada más, debe solventar problemas domésticos como arreglar el fregadero o atender a sus hijos. También la película se centra en su esposa (Kaycee Moore) que trata de mantenerse bella, pero el cansacio de la vida rutinaria la va ajando el rostro, la va envejeciendo.

La película funciona por episodios. Muestra momentos específicos de la vida de Stan y su mujer, algunos con linea argumental, otros de caracter documentalista, con la intención de mostrar sus actos (por ejemplo, el trabajo en el matadero, un baile en casa o los juegos de los niños) pero sin caracter narrativo. Lo curioso de "Killer of sheep" es que es un film que respira como sus personajes, donde nada conduce a ninguna parte, que se siente atascado en su propia monotonía.

Un guión que prescinde de su incidente incitador, de los objetivos o metas de los personajes, en definitiva, de la dramaturgia, donde realmente no existen conflictos, ya que los personajes solo tratan de vivir en paz, de sobrevivir, al haber abandonado su intención por cambiar mucho tiempo atrás. La secuenciación no sigue una lógica causa efecto. Y esto es, quizá, lo que hace más interesante al film. La fuerza se transmite solamente a través de sus imágenes, de su realismo, de su potencial ontológico: ese día a día de cada persona, marcado por la continuidad, aunque abierto a la casualidad de acontecimientos imprevistos. Como las imágenes de los niños jugando que precondicionan su futuro.

Y es en ese contraste entre adultos y niños donde radica otra de las claves de la película. El entorno les anula, les aisla de la sociedad, les encierra en una existencia corta de felicidad infantil cuyo devenir finalizará como cualquiera de los adultos de la película: bien ante trabajos axfisiantes, como Stan, bien como delincuentes. No hay ninguna escena que sobresalga por su belleza, sino que es el film en su totalidad el que expresa ese estado de involución de estos marginados sociales sin futuro.

Más populares
Más recientes
comments

¡Comparte lo que piensas!

Sé la primera persona en comenzar una conversación.

9
comment
0
favorite
1
share
report