Una historia que no olvidarás
En busca del destino, una película clásica del año 1997, cuenta la historia de Will Hunting, un joven conserje con un increíble talento para las matemáticas, pero que lucha por encontrar su lugar en el mundo. La película trata sobre superar el miedo y revela lo mejor del cine: una buena historia. No es una película con técnicas cinematográficas elaboradas, pero aún así se mantiene como una obra de arte atemporal.
Will Hunting es un matemático brillante con un pasado marcado por el abuso. A pesar de sus habilidades intelectuales, él lucha por formar vínculos estrechos y suele acudir al sarcasmo para mantener a las personas alejadas. El profesor Lambeau reconoce su talento y consigue que él sea liberado de prisión bajo la condición de recibir supervisión y terapia.
Sin embargo, Lambeau descubre que Will se muestra a la defensiva y suele perderse sus sesiones de terapia y sus reuniones de trabajo. Es por eso que Lambeau acude a un viejo amigo llamado Sean, un psicólogo talentoso que trabaja para un colegio comunitario, con el fin de que ayude a Will. Aquí es donde comienza la historia y donde la vida de Will cambia para siempre.
Hay otro camino
Will Hunting tiene talento, pero desafortunadamente perdió todas las esperanzas. A pesar de tener un trabajo básico y trabajar incansablemente para subsistir, él pasa la mayoría de su tiempo libre en un bar y solo a veces lee libros de la biblioteca. Incluso cuando surgen oportunidades nuevas, suele rechazarlas, porque cree que no son confiables. Quizás es por eso que prefiere tener un trabajo manual más que intelectual -Los resultados tangibles del trabajo hecho con herramientas como martillos o mopas muestran resultados inmediatos. Por otro lado, la mente humana y el corazón no son tangibles y es por eso que no resultan confiables para él.
Una persona sin esperanzas, como Will Hunting, puede parecer fuerte en apariencia, pero ser frágil por dentro. Puede mostrarse a la defensiva porque cree que las personas en las relaciones terminan lastimadas. Él cree que solo puede lastimar a los demás antes de que lo lastimen a él.
Para Sean, Will es simplemente un joven que no logra entenderse a sí mismo. Para conectar con Will, lo deja hablar primero a él para que no sienta la necesidad de defenderse. Sean siempre se interesa por Will y quiere entender las razones detrás de su comportamiento. Además, Sean no ve a Will como una persona problemática, sino como a un joven que puede haber sido llevado por mal camino. Sean ve a Will como una persona normal, y le permite que se sienta empoderado para tomar sus propias decisiones y encontrar su propia manera de salir adelante, en vez de hacerle sentir la necesidad de ser corregido.
No eres perfecto
Nadie es perfecto, ni siquiera los genios. Sin embargo, no muchas personas son honestas con Will sobre esto. En cambio, lo veneran como a un dios o lo ignoran como si fuera un raro. No es extraño que Will se sienta confundido e incomprendido. Para las personas que lo rodean, él es un loco que vive una vida caótica e insana. Como mecanismo de defensa, Will recurre al sarcasmo para no tomarse nada muy en serio, pero esto suele aumentar sus sentimientos de soledad y hasta hacerlo sentir menos comprendido.
Las personas con contradicciones no suelen decir lo que piensan, ya que no están acostumbradas a una comunicación honesta y confiable. Ellos suelen anticiparse a lo peor y generan emociones negativas que se acumulan de traumas pasados, incluso aquellas que ya han olvidado con el tiempo. Esto se debe a que el presente los supera y los asusta las posibles consecuencias.
Sean es lo suficientemente sabio para enfrentar en comportamiento de Will y tiene la paciencia para escuchar sus problemas emocionales para luego guiarlo. Más que obligar a Will a superar sus traumas, Sean lo trata como a cualquier otra persona.
Con el fin de lograr resultados, Sean emplea una serie de métodos terapéuticos no convencionales. Por ejemplo, enfatiza en expresar el enojo cuando es necesario, que no solo ayuda a Will a entender las consecuencias de su comportamiento imprudente, sino que le demuestra que Sean intenta ser honesto con él.
Además, Sean comparte chistes inapropiados con Will como una forma de construir una amistad y relacionar su vida personal con él como si fuera un padre. Estas acciones lo ayudan a establecer un fuerte vínculo con Will, para facilitar que se abra con él y le comparta sus pensamientos y sentimientos.
Adevertencia: El contenido siguiente contiene spoilers
No es tu culpa
Uno de los momentos más emotivos de la película se da cuando Sean le asegura a Will que no es su culpa. Así Will acepta la ayuda honesta de Sean. La escena está filmada de una forma simple y directa, sin movimiento para mostrar a Sean acercarse paso a paso a Will hasta abrazarlo, a pesar de su resistencia inicial.
En mi opinión, este momento es impactante porque no resuelve el conflicto principal, pero elige dejarlo ir. Will es una persona de corazón noble que carga con sus traumas y dolores en soledad. No se encuentra mal, pero sí esconde su dolor con una imagen rebelde. Sanar su dolor es difícil, porque tiene miedo de revelarlo, pero es solo cuestión de encontrar a la persona indicada y dejarlo ir. En vez de enseñarle a la audiencia cómo enfrentar problemas individuales, la película muestra cómo entender y conectar con ellos. Es un hermoso mensaje para destacar.
En busca del destino es una película emocionante que mezcla diálogos inteligentes, humor y drama para tratar temas atemporales como la amistad, el amor, la identidad, la aceptación, la genialidad, la educación y la felicidad. Si todavía no la viste, debes sumarla a tu lista de películas imperdibles. Seguro te alegrará el día.
¡Comparte lo que piensas!
Sé la primera persona en comenzar una conversación.