Oppenheimer: El paisaje de la humanidad y una metáfora de la era

Oppenheimer es, sin lugar a duda, una obra maestra. Desde la perspectiva de la filmografía personal de Christopher Nolan, supera la profundidad, la amplitud de sus películas anteriores y muestra un arte más maduro.

El gran tema histórico, junto con la interpretación profunda de Cillian Murphy, recrea momentos épicos. No solo cambia la vida de un científico genio, sino que también altera el paisaje del mundo. Muestra la lucha de la naturaleza humana, cómo la interacción entre la ciencia y la política afecta nuestra era en profundidad y lleva a las personas a reflexionar sobre las posibles tragedias futuras.

Fisión y fusión

La película Oppenheimer se basa en la biografía de 2005 titulada Prometeo Americano: El triunfo y la tragedia de J. Robert Oppenheimer. La película se relaciona de forma estrecha con la obra original y captura la personalidad contradictoria de Oppenheimer y su compleja influencia en el paisaje mundial.

A diferencia de las películas biográficas tradicionales, Nolan hace uso de su experiencia en múltiples estructuras, en las que deconstruye y reconstruyendo su vida. Oppenheimer tiene dos líneas narrativas distintas: "fisión" representada en color y "fusión" representada en blanco y negro. Ambas narrativas se centran en Oppenheimer y Strauss, quienes enfrentan audiencias tormentosas que se convierten en puntos de inflexión de sus destinos. Oppenheimer se convierte en un mártir por la justicia científica, mientras que Strauss se convierte en el portavoz de la suciedad.

A medida que avanzan las narrativas de "fisión" y "fusión", emergen múltiples líneas argumentales que presentan eventos clave y estados emocionales desde la perspectiva de Oppenheimer, de sus mentores, colegas, esposa y adversarios políticos. Los detalles fragmentados son similares a la fisión, fusión y re-fisión continua de la energía atómica y forman un mapa completo del destino. Esto se corresponde con la línea inicial de la película, pronunciada por un físico: "Este es un mundo lleno de energía y paradojas".

En las películas biográficas épicas, las experiencias personales del protagonista suelen presentarse a través de la progresión de eventos objetivos. Sin embargo, Oppenheimer introduce un nuevo enfoque, que rompe con nuestras expectativas al brindar una perspectiva narrativa diferente.

La cinematografía capta el mundo interior del protagonista, que se ve representado por los libros que lee, la música que escucha y los problemas físicos que contempla. Estos elementos se convierten en una especie de paisaje, que es observado a través de la lente. En Oppenheimer, las gotas de lluvia generan ondas, la energía atómica chispea y divide de forma continua vastas nebulosas y sus imaginaciones. Sirven como metáforas de sus ilusiones internas y luego se manifiestan en la realidad externa. El momento en que la nube en forma de hongo se eleva e incendia la atmósfera, se corresponde con la compleja agitación interna de Oppenheimer durante su crecimiento. Finalmente, genera una energía misteriosa, que lleva a la victoria y a la potencial destrucción del mundo.

De esa manera, la línea del clásico texto indio Bhagavad Gita resuena de forma cotinua en la mente de los espectadores: "Me he convertido en la muerte, en el destructor de mundos".

Fisión y fusión se intersectan constantemente hasta encontrarse en un punto específico. Prometeo toma el fuego y obtiene la gloria, pero luego es encarcelado y sometido a la humillación de Zeus. Él es la alegoría de la vida de Oppenheimer, y la película tiene como fin revelar que este Prometeo, moldeado por Estados Unidos como un mito, finalmente se convierte en mártir de ese mito.

Divinidad y Humanidad

Si solo se distinguieran las líneas argumentales de "fisión" y "fusión" como bondad y maldad, se subestimaría la profundidad del retrato de los personajes en la obra original. De hecho, el autor de la novela original se dedica a explorar su complejo mundo interior. No clasifica al protagonista y a sus rivales como buenos o malos. Al contrario, muchas de las acciones de Oppenheimer son desconcertantes y su complejidad forma la base increíble de esta película.

En la biografía original, el autor expresa su perspectiva: "Las experiencias individuales a lo largo de la vida de una persona determinan tanto su comportamiento público como sus decisiones".

La forma en la que Oppenheimer lidera a un grupo de científicos para crear un arma capaz de destruir el mundo y al mismo tiempo arriesga su propio destino para evitar que el gobierno de los Estados Unidos haga uso de esta superarma, muestra los lados contradictorios de Oppenheimer.

A lo largo del proceso narrativo de tres horas, se siente que cada suceso es una reacción química causada por la fisión del suceso anterior. No solo impulsa nuevos sucesos, sino que también genera energía destructiva. Al igual que la reacción en cadena de la bomba atómica, la reacción en cadena también ocurre dentro de Oppenheimer y afecta el paisaje del mundo. Para manejar la naturaleza dual de los eventos, Oppenheimer suele mantener el silencio de un político.

Un ejemplo se da cuando Oppenheimer intenta envenenar a su mentor. La película utiliza un primer plano de una manzana verde para resaltar el lado malo y oculto de su personalidad. Sin embargo, rápidamente se da cuenta de la maldad de sus acciones y hace todo lo posible para evitar que ocurra una tragedia.

La actitud de Oppenheimer hacia la bomba atómica y sus potenciales consecuencias catastróficas tiene dos expectativas. Por un lado, desea el éxito de su experimento. Por otro, espera que las cosas paren exactamente donde él lo anticipa, para evitar cualquier consecuencia trágica y cumplir con su responsabilidad moral de evitar que el mundo caiga en ese peligro.

Kitty, la esposa de Oppenheimer, entiende su personalidad. Luego del suicidio de su amante, Oppenheimer se sume en una culpa profunda, pero Kitty le recuerda enojada que no puede cometer actos indebidos y esperar que la gente empatice con él. El suicidio de Jane, junto con la personalidad contradictoria de Oppenheimer, llena de un cariño profundo y de una evasión desalmada, la convierte en la primera víctima de su personalidad.

¿Quiénes se convierten en la segunda y la tercera víctimas? La historia cuenta que luego de que las bombas atómicas fueran lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki sin previo aviso, más de cien mil personas murieron en el acto y las enfermedades causadas por la radiación nuclear se llevó la vida de más de 220 mil personas. Las bombas fueron producidas bajo el liderazgo de Oppenheimer en el Proyecto Manhattan en el desierto de Los Álamos, donde siguió su ambición y obtuvo consecuencias catastróficas.

Algunos pueden afirmar que solo quiere desarrollar la bomba atómica, pero no usarla. Así se revela la complejidad de la naturaleza humana. Oppenheimer desea que sus logros sean reconocidos por el mundo, por lo que no se opone a las decisiones del gobierno de Estados Unidos, pero no puede interferir. Sin embargo, una vez que sus logros son reconocidos, se arrepiente e intenta compensar los desastres causados por sus logros personales a través del arrepentimiento y el castigo.

Robert Downey Jr. interpreta al político Strauss, quien al final expone la hipocresía de Oppenheimer. De cierta manera, la hipocresía y la ingenuidad conviven en Oppenheimer. Él quiere que la ciencia llegue a la cima sin importar las consecuencias y espera que la responsabilidad no recaiga sobre él. Como resultado, se convierte en el glorioso padre de la bomba atómica, mientras que las muertes las asumen los políticos, lo que le permite mantener una imagen pura desde otra perspectiva.

Como protagonista, Cillian Murphy brinda una actuación excepcional y brillante en la película. Permanece reservado la mayor parte del tiempo y retrata las reacciones complejas a través de diferentes sucesos. Por momentos, parece maníaco, malvado y conflictivo, en otros momentos, es amable y amistoso. A veces muestra arrogancia, rudeza y frialdad extremas, mientras que en otros momentos, parece humilde y trascendental, semejante a un filósofo con mucha experiencia.

Estas emociones complejas se muestran en el rostro de Murphy como una serie de paisajes. Cuando se ve a través de la versión en película de 35 mm, los primeros planos de su rostro se asemejan a observar los pensamientos más íntimos de una persona a través de un microscopio. Cada molécula y átomo en su rostro se magnifica: las pupilas azul profundo brillan con ambición, los finos vasos sanguíneos rojos están llenos de preocupación e inquietud y bajo el icónico sombrero, siempre hay una sombra, que simboliza un carácter firme y un misterio profundo. Oppenheimer era conocido por usar un sombrero fedora y una pipa. La interpretación de Murphy profundiza su atractivo visual: un científico compacto, comedido y con emociones intensas, un tecnócrata caprichoso, carismático y misterioso, un amante astuto, apasionado y despiadado. Todos ellos son Oppenheimer.

En los años tumultuosos en los que termina la Segunda Guerra Mundial y está por empezar la Guerra Fría, muchos científicos y políticos se ven involucrados en la agitación histórica y contribuyen con su comprensión de la paz y la justicia de diferentes formas. En Oppenheimer, el elenco en su conjunto es tan cautivador como las actuaciones individuales. Se puede sentir a cada actor representar a sus personajes con habilidad, al igual que Cillian Murphy, irradian una energía asombrosa a través de la fisión y la fusión.

Entre ellos, el papel secundario que más asombra es el de Emily Blunt, quien interpreta a la esposa de Oppenheimer. Como la esposa de un famoso científico, ella misma es una intelectual destacada. Vive con un esposo complejo, disfruta de sus logros, pero también soporta el dolor de su infidelidad. La vida privada esquiva de Oppenheimer es una gran humillación para ella. Sus celos, contención e ira coexisten con determinación, resistencia y resolución. Por momentos, incluso guía al hombre que la lastima y lo ayuda a superar y vencer las fuerzas dispersas en su corazón. Emily Blunt retrata a un personaje femenino tan complejo como Oppenheimer y demuestra que solo con sabiduría y perseverancia puede vivir con una persona como él.

Además, la interpretación de Robert Downey Jr. del político Strauss también es impresionante. Está lleno de odio hacia Oppenheimer y al final conspira en su contra. Oculto bajo un rostro sonriente, se encuentra una figura política astuta.

Las complejas interpretaciones de científicos y políticos crean el magnífico paisaje humano de Oppenheimer. En la versión IMAX, estos personajes históricos te llevan a sus respectivos lados. Algunos argumentan que las bombas atómicas no deben ser lanzadas sobre civiles, otros creen que la creación de bombas de hidrógeno traerá la paz mundial, algunos celebran la devastación de Japón y otros sufren por la culpa de su participación en la creación del desastre.

Luego de años de experiencia, Nolan ha adquirido un poder más maduro. No solo puede representar escenas grandiosas y emocionantes junto con narrativas entrelazadas, sino que también tiene la capacidad de mostrar la profundidad de la psiquis humana. El elenco en conjunto ha dado un paso adelante después de la película Dunkerque, sobre la Segunda Guerra Mundial. Nolan sabe aprovechar la energía de Cillian Murphy y hace que su personaje frío se destaque entre el gran elenco, con el fin de que los espectadores comprendan en profundidad a Oppenheimer.

Si vas al cine con la expectativa de ver cómo se desarrolló la bomba atómica, puedes sentirte decepcionado, ya que la trama principal de esta historia no se centra en cómo la bomba atómica se vuelve el pico más alto del desarrollo de la física durante tres siglos. El número de diálogos y los debates pueden poner a prueba la paciencia de los espectadores convencionales y los puede dejar con ganas de un resultado victorioso o de una conclusión trágica.

Sin embargo, si crees que nadie se convierte en una figura mítica o genial, que cada figura histórica destacada puede ser solo una persona común que comete errores, se comporta de forma despreciable y luego llora, entonces encontrarás una resonancia emocional en Oppenheimer. A veces, pensamos que somos importantes y capaces de lograr grandes cosas, pero solemos tomar decisiones llenos de dudas y pagamos las consecuencias de llenar vacíos causados por un mal momento.

Para el ambicioso Nolan, las emociones personales se vuelven conceptos ideológicos. Cuando analizamos las tragedias de la historia y los destinos individuales, llegamos a comprender que podrían repetirse. Quizás la ambición de Oppenheimer consiste en que los sueños de las personas pueden convertirse en tragedia. Cuando la ciencia es controlada y luego liberada, también surge el mal. ¿Cómo podemos enfrentarlo? No es un problema solo de Oppenheimer, es una cuestión que nos involucra a todos.

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