Imagina que estás viajando por el espacio, pero tu nave se estrella en un helado planeta desconocido. Tú y tu nave quedan sepultados bajo el hielo hasta que un grupo de lugareños los encuentran y deciden estudiarte. Cuando por fin escapas, otro grupo de lugareños te captura y te encierra con un grupo de animales feroces que te gruñen y muestran sus dientes afilados. ¿Qué harías?
Puede que el argumento te resulte familiar, ya que es el comienzo de La Cosa (1982), pero sólo desde el punto de vista del antagonista, la criatura alienígena. La película está ampliamente considerada como una de las mejores películas de terror de ciencia ficción y a suele ser recomendada por los aficionados al terror lovecraftiano.
¡ADVERTENCIA! Las imágenes de ejemplo dentro del siguiente artículo contienen gore y violencia fuerte
La Cosa... nunca es un simple monstruo
Cabe destacar que, en la interpretación de John Carpenter, "la cosa" es más compleja que un simple monstruo. Su maldad revelada, en el fondo, proviene del instinto natural de sobrevivir, por cualquier medio necesario. Hay una escena en la que a la cabeza de Norris le crecen piernas e intenta escapar, a lo que Palmer reacciona con total incredulidad, exclamando: "¡Tienes que estar bromeando!". Esta escena transmite eficazmente la conmoción de los personajes ante la extraña y alienígena forma de vida, a la vez que expresa visualmente la retirada estratégica del monstruo y la espera de un mejor momento para volver y seguir matando.
En este punto, Carpenter nos atrapó, y nos atrapó tan bien que nosotros, al igual que el equipo de investigación, no teníamos otro lugar donde escondernos que acabar con "la cosa" para siempre. En el espacio confinado, el terror se ve obligado a transformarse en locura. La gente lucha y gime desesperada, pero cuando por fin se dan cuenta de que no lo conseguirán, los miembros del equipo que quedan prefieren enterrar a la criatura con ellos antes que morir por nada. La gloria de la naturaleza humana salta a la vista y, al mismo tiempo, nos preocupamos profundamente por los personajes y deseamos que sobrevivan, preocupándonos y especulando sobre quién de ellos podría estar ya infectado, mientras tememos a la criatura como ellos.
¿Qué hay más horrible que una araña? ---- una araña desaparecida
La trama es simple, pero eficaz
La Cosa ofrece una historia muy simple. Los personajes sólo se presentan con unos pocos momentos privados, y sin embargo la historia es fácil de seguir. La trama es tan sencilla que te aseguro que la sinopsis es más o menos todo lo que ocurre en la película. Sin embargo, aún así querrás ver la película desde el principio hasta el final, hasta que terminen de rodar los créditos, porque Carpenter no sólo presenta una historia de terror, sino también su aguda visión de cómo una criatura así, si existiese, podría destruir a la humanidad.
Cuando demasiados críticos atribuyen la excelencia de La Cosa a su visceral efecto práctico, puede que hayan pasado por alto el truco de Carpenter sobre el timing, que es su más grande truco de magia para dirigirte a sentir lo mismo que los personajes. Si la ves, observa cómo Carpenter se toma su tiempo en estas tomas entre la cosa y otros personajes: el momento antes de que la criatura se revele o esté fuera de su vista, el momento en que está en su campo de visión, y el momento posterior cuando la cosa se retira o "se va". Puedes observar los detalles menores, como el contacto visual, la pose, la velocidad de movimiento, que cambian constantemente y hacen referencia a la incertidumbre del statu quo. No hay planos redundantes ni actuaciones quisquillosas, se ve que todos los personajes ansían ayuda, pero están condenados a perderse en la búsqueda.
Durante ese tiempo, Carpenter construye la tensión de una manera tan metódica como cuando buscamos hervir agua en una pava, lento pero seguro. Crea eficazmente el ambiente de terror dentro de un espacio confinado, permitiendo al espectador anticipar que algo va a suceder sin revelarlo hasta que la repentina liberación de vapor hace que la pava comience a silbar. El agua ya hirvió y la audiencia ya está muerta de miedo.
Este enfoque también tiene un poderoso regusto persistente, que puede dejarte preguntándote dónde podría estar acechando la cosa, o entre quién podría estar escondiéndose…
Muchos monstruos en las películas parecen tontos porque sus motivos son tan simples como matar a todos los humanos, aunque el precio pueda ser autodestructivo. En La Cosa, el monstruo quiere vivir. Ese deseo lo lleva a la sabiduría, y la sabiduría lo hace más temible
¡La Cosa asusta tu alma!
El monstruo en La Cosa de Carpenter puede considerarse un depredador a nivel microscópico. Puede funcionar independientemente como una sola célula o infectar y combinarse con nueva materia orgánica para convertirse en un monstruo gigante. Para una criatura así, no hay palabras que puedan describirla con precisión, dejándonos sin palabras.
Esta cosa indescriptible es temible, no sólo porque su forma de vida escapa a nuestra comprensión actual, sino también porque su parasitismo imprevisible aumenta la inquietud. Lo primero destruye nuestra cordura, mientras que lo segundo puede acabar con nuestra unidad.
Viviendo como el depredador más importante de la Tierra, estamos muy acostumbrados a autocomplacernos con ser los dueños de nuestra vida. Sin embargo, Carpenter nos muestra otra realidad, nos dice que existe la posibilidad de que seamos reemplazados, de una célula a otra, y luego, con el tiempo, de todo nuestro cuerpo. Mientras que la adaptación original, El enigma de otro mundo (1950), cuestiona la naturaleza biológica del ser humano, Carpenter cuestiona el aspecto espiritual de la humanidad. En el fondo, plantea la preocupación de si, cuando un alienígena copia cada célula de un hombre, éste sigue siendo la persona que era.
Se preguntarán, ¿qué es esto? Y lo que es más importante, ¿QUIÉN ES?
El "hombre" copiado no es necesariamente un clon, y tampoco es completamente el alienígena. Hay un periodo en el que la criatura coexiste con su huésped. La cuestión es, ¿qué le ocurre al alma antes y después de que el cuerpo original haya sido completamente reemplazado? Difícil, ¿verdad? Cuando se oye hablar de un fantasma que posee un alma humana, es fácil consolarse con explicaciones científicas. Sin embargo, cuando descubres que hay una bacteria alienígena capaz de poseer tu cerebro de forma encubierta, no es tan fácil escapar, ¿no?
Los personajes no tienen que hablar de alma, ya que la idea del alma ya está podrida... Esencialmente son cadáveres andantes desde el momento en que se enteran de lo que es capaz el alienígena. No se enfrentan necesariamente a la presencia del monstruo, sino que niegan desesperadamente la posibilidad de que ellos, como individuos, hayan sido tomados por otros. Aunque siempre existe la posibilidad de quemar al monstruo o tirar abajo todo el lugar, es más urgente para ellos identificar quién está infectado, para poder confirmar que siguen siendo "libres". Mientras el alien esté ahí fuera, su existencia está en duda.
En definitiva, el miedo no es al extraterrestre, sino a la hipótesis de que todos estos pobres personajes llevan infectados desde quién sabe cuándo.
_______
Los fanáticos de cine de terror saben muy bien que no es habitual que una película de terror reciba una calificación superior a 7,0 en IMDb o Peliplat. Sin embargo, La Cosa en particular tiene una impresionante puntuación de 8,2, y sin duda merece todos los elogios que recibe. Si aún no la has visto, hazlo ahora para vivir una experiencia emocionante e inolvidable. ¡Te impactará y te encantará el efecto que deja en ti!
¡Comparte lo que piensas!
Sé la primera persona en comenzar una conversación.