James Hunt, nació el 29 de agosto de 1947 en Surrey, Inglaterra y provenía de una familia adinerada. Era audaz, rápido, imprudente y no sabía trabajar en equipo. Max Mosley, expresidente de la FIA, lo llamaba "el choque", porque generaba conflictos en todos los lugares a los que iba y tenía problemas con todo el mundo. Su lema era "Sexo, desayuno de Campeones". Se decía que había estado con más de cinco mil mujeres, incluidas 33 asistentes de vuelo. El número 33 era su número de habitación en el Hilton de Tokyo en 1976, donde recibió a 33 asistentes de vuelo de British Airways en menos de dos semanas. Según su director de equipo Alastair Caldwell, Hunt saludaba invitaba a las asistentes de vuelo a unirse a las fiestas interminables de que organizaba. Hunt murió de un fallo cardíaco el 15 de junio de 1993, a la edad de 45 años. Su estilo de vida era comparable al de su compatriota George Best, quien dijo famosamente: "Gasté mucho dinero en bebida, mujeres y autos rápidos. El resto lo desperdicié".
Niki Lauda, nació el 22 de febrero de 1949 en Viena, Austria, en una familia prominente. Su abuelo era un empresario conocido. Desde temprana edad, Lauda fue un apasionado por las carreras y a pesar de la oposición de otros, pidió un préstamo bancario para financiar su patrocinio y unirse al equipo de Fórmula 2. Comenzó en las carreras con gran riesgo, pobreza y distanciado de su familia. En 1975 ganó su primer Campeonato del Mundo para Ferrari. A diferencia de la pasión de Hunt por las mujeres, Lauda se dedicaba a las carreras. Una vez regaló sus trofeos a un taller de automóviles a cambio de mantener su coche más limpio y en mejor estado. Recientemente, Lauda vivió una situación cómica en una entrevista en Nürburgring, donde sufrió un accidente en el año 1976. La periodista que lo entrevistó lo llevó a la curva donde ocurrió el accidente, con el fin de hacerlo emocionar. Lauda respondió con un comentario sorprendente: "¡Mis orejas todavía están aquí!" La periodista sorprendida comenzó a llorar y la entrevista debió interrumpirse. Se trataba de una galleta que Lauda había tirado en el suelo con anterioridad.
Uno de los pilotos vive como una estrella de rock y el otro es un heroico corredor de carreras. Ambos son los protagonistas de esta película. Luego de ganar un Campeonato Mundial de Fórmula Uno, Hunt disfrutó de una vida de excesos, mientras que Lauda se enfocó en desafiar los límites. En una escena de la película, durante la luna de miel de Lauda y su esposa, tienen una conversación profunda. Lauda se siente perdido. Su esposa le pregunta por qué y él explica que teme que esa felicidad no lo motive para correr. En la película, los subtítulos traducen la palabra "glück" como "felicidad". Sin embargo, la palabra alemana "glück" representa una sensación trascendente de tranquilidad y satisfacción que dura para siempre. Sugiere que incluso la felicidad eterna puede hacer sentir incómodo a Lauda porque perturba su propósito original y claro: las carreras. El guión magnifica las diferencias entre los personajes.
Aunque la película podría mostrar a Hunt como un genio y arrojar sospechas sobre Lauda como una figura envidiosa, solo se mencionan las diferencias entre ambos una sola vez. Como película comercial presenta un guión comprensible, para no decepcionar a los espectadores.
Otro punto destacado explora la conexión emocional entre rivales, que en el mundo de la Fórmula 1 es casi inexistente. Ejemplos como Vettel y Webber muestran la hostilidad entre competidores. Sin embargo, la relación entre Lauda y Hunt trasciende esta hostilidad, supera el miedo, el odio y la envidia. Un documental de la BBC titulado Hunt vs Lauda: F1 Greatest Racing Rivals incluye un extracto de una entrevista a Lauda, en la que afirma: "Nos cuidamos el uno al otro". También declaró en otras entrevistas: "No admiro a muchas personas en mi vida, pero Hunt es una de ellas". La película de Howard utiliza diálogos cautivadores y una narración tradicional para representar la amistad entre los rivales.
Finalmente, las interpretaciones de los actores también son imperdibles. La imagen de Chris Hemsworth puede no ajustarse al perfil de un corredor de carreras, pero se parece a Hunt. Su actuación es fluida y muestra algunos rasgos de la personalidad de Hunt.
La interpretación de Daniel Brühl es asombrosa. Desde su apariencia, su mirada, su tono de voz y hasta las pausas en su discurso se asemejan a Lauda. Es evidente que estudió y practicó mucho para lograr una semejanza tan sorprendente. Una nominación al Oscar es lo mínimo que puede merecerse por una actuación así.
Rush: pasión y gloria (2013) es una película que vale la pena ver. Para los aficionados a las carreras, podría existir un sesgo subjetivo, pero revivir las antiguas carreras enciende la pasión. Para los amantes del cine y las carreras esta podría ser la mejor película dramática de 2013.
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