6 cosas que tenés que saber al ver Oppenheimer 

1. Esta película de tres horas explora las luchas internas de un individuo cuando descubre que puede influir en la historia y la forma en la que el mundo lo percibe.

2. Los personajes femeninos están escasamente representados. Los dos papeles secundarios femeninos tienen poco margen de desarrollo. Emily Blunt interpreta a Kitty, la esposa que engañó a su marido con Oppenheimer y quedó embarazada, haciendo que tengan que casarse a las apuradas. Esto no es sorprendente porque ella sabe lo que quiere y porque está dispuesta a afrontar todas las dificultades con su nuevo marido. Florence Pugh interpreta a Jean, la ex novia y amante de Oppenheimer, que tiene más cosas en común con él. Ella conoce su Bhagavad Gita e incluso es quien sirvió de inspiración con el nombre "Trinity" en el experimento de la bomba atómica.

3. La edición y los efectos de sonido contribuyen significativamente a lograr un impacto poderoso. Esto sucede especialmente en la escena de la explosión de la bomba atómica: la combinación de imágenes y sonidos ofrece un efecto sorprendente.

4. Truman, quien es el presidente en la película, tiene una declaración que deja un punto muy en claro. Durante una reunión con Oppenheimer, Truman elogia sus contribuciones. Sin embargo, el físico accidentalmente dice lo que piensa y expresa: "Siento como si tuviera sangre en las manos". Truman inmediatamente cambia de actitud y le dice: "No les importa quién hizo la bomba. Les importa quién la lanzó. Y esa persona fui yo".

5. Cillian Murphy interpretó el papel principal en la película de Nolan. No sé por qué el director no eligió a Matthew McConaughey esta vez, quizás porque este actor representa el encanto sureño, mientras que el rostro de Murphy logra representar sentimientos complejos. Seguramente Cillian reciba una nominación al Oscar el próximo año.

6. Tanto los actores como los personajes que ellos representan, son muy conocidos. Aparecen figuras de la última era dorada de la física y la química como Einstein, Bohr, Heisenberg y Feynman.

Ahora, vayamos a la cuestión principal. ¿Qué quiere decir la película?

Oppenheimer, el padre de la bomba atómica, se muestra como una figura contradictoria. Nació en una familia adinerada, era encantador y talentoso, y tenía un don con las mujeres. Pero al mismo tiempo, era beligerante y arrogante, ya que había intentado envenenar a su profesor cuando era joven. Era patriota e hizo todos los esfuerzos posibles para fabricar armas nucleares, pero también estaba influenciado por el budismo indio y sentía que tenía las manos manchadas de sangre. En su amado Bhagavad Gita, la destrucción, la creación y el renacimiento son manifestaciones del tiempo y de la inevitabilidad de la historia.

Nolan es un maestro, y creo que nadie podría haber captado mejor que él la escena del experimento de la bomba atómica: en vísperas de Potsdam, un equipo bajo una tremenda presión, en la oscuridad de la madrugada en Nuevo México... una llama nunca antes vista por la humanidad salta hacia el cielo después de un aguacero. A su alrededor reina el silencio infinito, sólo se oye la respiración agitada de los humanos detrás de gafas de sol con protección ultravioleta. Pronto, un rugido estruendoso resuena en los oídos de los observadores que se encuentran a distintas distancias del lugar. Algunos ríen, otros lloran y muchos quedan desconcertados. Más tarde, Oppenheimer describe en público sus sentimientos más íntimos, citando el Bhagavad Gita: "Ahora me he convertido en la Muerte, el destructor de mundos".

Le resulta imposible no conocer las consecuencias de la creación de la bomba atómica. Fue un invento innovador, pero lamentablemente también un arma innovadora de destrucción masiva. Su autojustificación fue que no sabía si sus acciones eran correctas, pero sabía que no podía dejar que los nazis lo hicieran primero. Este razonamiento es comprensible tanto de manera lógica como emocional. Sin embargo, en realidad, creo que estaba fascinado por la posición de estar al borde de la historia: sabía que sus manos habían empujado a la humanidad a la depravación y que había abierto la caja de Pandora. Quizás, incluso hubo un atisbo de fascinación en la culpa porque ésta representaba que él era el elegido por la historia.

Otro punto crucial de la película fue la celebración en la que Oppenheimer participó el día en que se lanzó la primera bomba sobre Hiroshima. Vítores ensordecedores llenaron el aire con mujeres eufóricas alrededor. En su mente, aparecían gritos, la luz cegadora de la explosión y la piel se desprendía por la radiación. Estas dos imágenes se fusionaron: esta es la escena después de que la Caja de Pandora se abriera.

Las contradicciones y complejidades de Oppenheimer, combinadas con la influencia de las ideas de izquierda de su esposa y su novia, lo convirtieron en el blanco de la persecución del macartismo de posguerra. Truman buscaba una imagen patriótica, McCarthy perseguía los intereses de la Guerra Fría; y Oppenheimer se opuso a ambos. La película hace todo lo posible para retratar las incesantes investigaciones del presidente de la Comisión de Energía Atómica, Levis Strauss, y la revocación de la autorización de seguridad nacional de Oppenheimer.

Esta es una de las mayores contradicciones de la época y es la muestra del camino que eligió cuando decidió liderar el Proyecto Manhattan. Oppenheimer le pregunta a Einstein la segunda vez que aparece en la película: "¿Recuerdas la primera vez que vine a verte? Hablamos de nuestra fórmula y de cómo nos decía que teníamos pocas posibilidades de destruir el mundo". Einstein le responde: "Lo recuerdo". Entonces Oppenheimer le dice: "Ya lo hemos destruido".

La película me recuerda a la obra Copenhague que vi hace varios años, que cuenta el otro lado de la historia de la bomba: una conversación crucial entre Heisenberg, el jefe de la investigación alemana sobre la bomba atómica, y su maestro Bohr, en Copenhague. La conexión entre Copenhague y Oppenheimer es Bohr.

En la película, Bohr es rescatado por los aliados de Dinamarca y le dice a Oppenheimer que no puede ayudarlo a fabricar la bomba atómica. Heisenberg y Oppenheimer, ambos profundamente involucrados en asuntos mundanos, se ubicaron en los extremos opuestos del asunto y escribieron la historia que vemos hoy, mientras que Bohr observó al mundo como un dios indio en el Bhagavad Gita.

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