Los dramas coreanos se están apoderando del mercado televisivo mundial a través de plataformas de streaming. Como complemento al discurso cultural de Hollywood, la "Ola Coreana" ha encontrado un camino para su expansión al someterse y adaptarse de forma inteligente a la cultura tradicional estadounidense.
Por eso, en los últimos años, los dramas coreanos populares comenzaron a presentar algunas características de las series de televisión estadounidenses: abordan temas polémicos actuales. Sirven como instrumentos de catarsis y cuestionan o desafian la moral y la ética en áreas que van más allá de escenas sexuales. Las plataformas de streaming representadas por Netflix deberían atribuirse el mérito. Utilizando algoritmos patentados, estos servicios incursionan en mercados extranjero de todo el mundo y distribuyen lanzamientos que combinan exotismo con temas culturales populares entre el público estadounidense y europeo.
El juego del calamar (2021), por ejemplo, utiliza la narrativa de la "batalla real" para proporcionar una forma de "postratamiento emocional" hacia aquellas personas que sobrevivieron a la pandemia. De manera similar, el tema de la "contraviolencia" en La gloria (2022) encaja en cierto modo con el placer interior que reside en toda la humanidad pero que siempre se ha mantenido en silencio.

Y ahora también podemos hablar de La chica enmascarada (2023), que se estrenó en Netflix en agosto. Este drama retrata la cultura de las cirugías plásticas en Corea en el contexto de la creciente importancia que se le otorga a la apariencia física en la sociedad actual. Cuenta la historia de Kim Mo-mi, una trabajadora administrativa que se siente inferior por su apariencia y que se convierte en una celebridad enmascarada por streaming. Después de matar accidentalmente a alguien, vuelve a comenzar su vida mediante una cirugía plástica.

Curiosamente, este drama se siente como una representación de la respuesta psicológica cuando las personas enfrentan anomalías y los “otros” los cuestionan e intentan comprenderlos antes de internalizar su impacto.
Cuestionar la belleza: ¿La fealdad es un pecado?
Todo comienza con la pregunta. Al igual que Kim Mo-mi y este drama.
Si hay una cadena de desprecio por las miradas, desde la belleza hasta la fealdad (que, de hecho, existe), entonces nadie sabe mejor que Kim Mo-mi quién está en el fondo de ella. La vergüenza visible es evidente: incluso su propia madre le lanza una mirada desdeñosa diciéndole: "¡Despierta! ¡Mírate! ¿Cómo vas a ser una estrella?". Aún más intolerable es lo que se esconde bajo la superficie: la discriminación invisible y la violencia silenciosa que prevalece en las escuelas, los lugares de trabajo y la sociedad.
¿Ser feo es un pecado? La pregunta, el mayor atractivo del drama, es exactamente lo que sirve como punto de partida para el desarrollo.
Entendiendo la belleza: la fealdad en sí misma no es un pecado, es la mirada masculina detrás de la fealdad.
A través de tres representaciones masculinas típicas queda claro que los sufrimientos de Kim no tienen nada que ver con la fealdad.
Uno de ellos es el jefe, un pseudo caballero hipócrita. Otro, es uno de los fanáticos de su streaming y el tercero es el novio de su mejor amiga.

Estos tres hombres son ilustraciones perfectas del hecho de que la llamada estética dominante en realidad está determinada por la hegemonía bajo la mirada masculina y funciona de la siguiente manera:
1) si sos fea, entonces tu capacidad laboral debe ser decepcionante, pero si sos hermosa, ¡ni siquiera necesitas trabajar (ya sabes a lo que me refiero)!
2) ahora que ambos estamos marginados (aunque sea por diferentes razones), debemos permanecer unidos y vos tenés que aceptar mi amor de manera obediente.
3) ya que me amas y sos tan hermosa, es natural que cambies tu belleza para apoyarme.
Convertirse en una belleza: combatir la violencia con más violencia
La influencia de la mirada masculina en la sociedad es tan profunda que las propias mujeres la toman como estándar para evaluarse a sí mismas y a otras personas de manera inconsciente. Como sugiere John Berger en "Modos de ver", el propio sentido de ser mujer está dictado por la observación masculina y por lo que ella siente que los observadores masculinos piensan de ella.
Por lo tanto, incluso si entendemos la lógica de la estética dominante, eso no significa que podamos evitar su daño. Por el contrario, todavía caemos fácilmente en su trampa aunque mantengamos una postura opuesta contra ella.
Kim Mo-mi se rebela contra la mirada masculina subiendo a lo más alto de la cadena de desprecio de la belleza. Después de someterse a una cirugía plástica, continúa matando a varios hombres, aunque no intencionalmente. Sin embargo, su belleza hace que sus asesinatos pasen de ser "shockeantes" a "sorpresivos". Por un lado, completa el "desencanto" de la estética dominada por los hombres matando a hombres específicos uno por uno; por otro, el público refuerza el "encanto" de la estética al admirar la belleza de la sangre que salpica su bonito rostro durante cada asesinato.
El aprecio del público por el rostro de Kim Mo-mi es una manifestación de la inercia de la estética social.

¿Más allá de la belleza?
De hecho, después de cuestionar, comprender y probablemente internalizar inconscientemente los estándares estéticos convencionales, debería haber un último paso: trascender para explorar un paradigma estético innovador.
Lamentablemente, el drama no pretende ahondar en el vacío legal de la contraviolencia. En cambio, sirve sólo como una experiencia catártica con la narrativa convencional de “la niña fea se transforma en bella”. Por eso no sorprende que esta serie de 7 episodios tenga un "final apresurado", y que se convierta en un ciclo de farsa lleno de asesinatos y venganza. No tiene ningún sentido que termine en "amor maternal". De hehco, este tema podría ser abordable pero abandona por completo el punto de partida de la historia: la reflexión sobre la estética.
En comparación con El juego del calamar, que intenta explorar el juego entre el dinero y la humanidad, y La gloria, que expone la injusticia detrás del sistema de violencia, La chica enmascarada sólo genera una simple y cruda sensación de placer.
Aunque encabeza el Top 5 de Netflix, a juzgar por su popularidad y las opiniones surgidas en los últimos diez días desde su estreno, es probable que sólo llegue hasta ahí. No será comparable con El juego del calamar y La gloria.
Esta serie ejemplifica el problema común de la transmisión de medios representado por Netflix. Cuando un determinado modelo de negocios resulta exitoso, comienza la replicación masiva. Así es como se crea "La chica enmascarada".
¡Comparte lo que piensas!
Sé la primera persona en comenzar una conversación.