"El legado del diablo" vino a cambiar las películas de terror

Spoilers

"El legado del diablo" se estrenó en el Festival de Cine de Sundance, ¡y dejó atónita a la audiencia! A pesar de ser el debut como director (Ari Aster) del cineasta, la película no tenía esa sensación de producción barata que se suele asociar con las películas independientes de bajo presupuesto. No se basó en derrame desmedido de sangre ni en los típicos sustos inesperado comunes de las películas de terror (conocidos como "jump scares"). En cambio, se apoyó en una narrativa sólida y constante, cinematografía de gran nivel, una composición inteligente de luces y sombras, un manejo notable de detalles aterradores y actuaciones excepcionales por parte de los actores para contar la trágica historia de una familia manipulada y condenada.

La película comienza con un funeral extraño. Luego de la muerte de la abuela de la familia, la madre, Annie, comenzó a ver con frecuencia el fantasma de su madre vagando por la casa. Al mismo tiempo, el comportamiento de su hija empezó a volverse cada vez más extraño.

Por desgracia, al poco tiempo, la familia sufre una desgracia más, un accidente repentino y aterrador resulta en la muerte espeluznante de Charlie, la hija de Annie, frente a su hermano. El hijo, cargado de una profunda culpa, enfrenta un colapso mental. Las relaciones familiares caen a su punto más bajo, empujando la resistencia psicológica de Annie al límite. Comienzan a manifestarse síntomas de trastorno de identidad disociativo, sonambulismo y suicidio, revelando las diversas maldiciones que afligen a esta familia. Queda claro que esta familia está siendo consumida gradualmente por fuerzas malignas, y sus vidas se desmoronan paso a paso.

Con la aparición del culto de adoradores de demonios, descubrimos que la familia de Annie no está simplemente afectada por una enfermedad mental, sino que es el objetivo de una maldición calculada. Esta maldición proviene de un culto que era dirigido por la abuela, y tenían el objetivo de sacrificar a toda la familia para resucitar a un demonio del infierno llamado Paimon. En una carta enviada a Annie, ella escribe: "Al final, sabrás que todos los sacrificios valieron la pena y nuestras pérdidas se sentirán como nada en comparación con las recompensas que hemos obtenido".

Paimon, también conocido como Paymon, es el noveno demonio en la lista de setenta y dos demonios del "Lesser Key of Solomon". Es uno de los ocho Grandes Reyes del Infierno y gobierna sobre las regiones occidentales. Paimon se considera uno de los seguidores más leales de Lucifer. Se le representa con un rostro femenino y un cuerpo masculino, montando un dromedario, llevando una corona y posee un gran conocimiento sobre las artes, las ciencias y la cultura. Irradia un aura de misterio y autoridad.

Las misteriosas conexiones de sangre hacen que Annie herede parte de la personalidad del culto de su abuela. En su personalidad de culto, trabaja para mantener a su familia, pero aleja a su madre de su hijo mientras descuida a su hija, lo que lleva a que Charlie se convierta en la recipiente perfecta para Paimon. Sin embargo, el culto aún codicia el cuerpo masculino de Peter, y para facilitar la posesión de su cuerpo, planean un accidente para destrozar las últimas defensas de la familia, dejándolos con traumas indelebles y cicatrices psicológicas.

Después de soportar la aparentemente lenta y meticulosa construcción en la primera mitad de la película, la segunda mitad está llena de elementos como sesiones espiritistas, invocación de espíritus, posesiones y rituales de sacrificio, todos entrelazados en una narrativa vívida e intensa.

Cuando la madre intenta quemar el grimorio demoníaco para romper la maldición de su línea de sangre, sin querer se prende fuego a sí misma. Suplica a su esposo que la ayude a completar este acto en un intento de desentrañar la maldición, pero termina causando su muerte de inmediato. En este momento, por fin se da cuenta de que todo en esta familia está ligado por un pacto con Paimon y su propia madre. Abrumada por el miedo, se queda indefensa y su última creencia se desmorona, dejándola completamente poseída por la personalidad del culto.

Entonces, la trama da un giro repentino, con la madre victimizada convirtiéndose en la última fuerza maligna, así, la película entra en su clímax y conclusión. Al final, el demonio "Paimon" al que adoran los sectarios, desciende con éxito y la película concluye con un pésimo final.

"El legado del diablo" se adhiere al concepto de que la cámara es el ojo del espectador, empleando un número significativo de planos largos y transiciones espeluznantes. Estas técnicas aumentan la incomodidad del público y crean una atmósfera de terror muy bien elaborada.

Para complementar esta atmósfera lenta y envolvente, la película emplea un enfoque narrativo lineal, revelando con inteligencia pistas que nos acercan a la verdad a través de escenas como la maqueta de la casa en miniatura. Cada dato se presenta de forma natural y deliberada, envolviendo la película en una perpetua sensación de misterio y despertando en el espectador el deseo de seguir explorando. Además, la película incluye detalles meticulosamente colocados, metáforas y presagios que contribuyen al tono general inquietante y siniestro.

La película comienza con un primer plano panorámico de la casa del árbol en miniatura, que sirve de escenario para el ritual de posesión. A continuación, la cámara retrocede lentamente, revelando la escena interior dentro del encuadre. A medida que avanza, la cámara pasa de la maqueta de la casa de juguete al escenario real, presagiando el destino de la familia, que será controlada, como lo es una miniatura…

A lo largo de la película, ya sea mediante planos largos que mezclan la casa en miniatura y escenas reales o transiciones rápidas entre exteriores diurnos y nocturnos de la casa, se crea un efecto interesante que hace difícil distinguir si estas escenas pertenecen al mundo real o a un modelo en miniatura.

Los talentos artísticos de la familia, demostrados por la habilidad de la madre para elaborar modelos en miniatura, las alfombras tejidas a mano por la abuela y la pasión de Charlie por los juguetes hechos a mano, parecen transmitirse de generación en generación, en consonancia con la formación artística de Paimon. Esta conexión refuerza la impresión de que la maldición demoníaca ha dejado huella en esta familia.

La casa del árbol, en lo alto del cielo, se convierte en otro símbolo. Cuando la cámara se desliza por la ventana del dormitorio por la noche, la inquietante luz roja que emana de ella es suficiente para infiltrarse en nuestras pesadillas más oscuras.

A excepción del final de la película, el demonio o las fuerzas sobrenaturales permanecen invisibles, siguiendo un enfoque de "menos es más" similar al de la saga de "Alien". El verdadero terror siempre reside en la misteriosa oscuridad, oculto a la vista.

Es cierto, la creación de la atmósfera depende en gran medida del uso de la iluminación y las sombras, y esta película se destaca en este aspecto. El uso experto de la iluminación, con una clara distinción entre fuentes primarias y secundarias, y el juego bien equilibrado de luces cálidas y frías aumentan sin duda la sensación de horror.

En los momentos finales de la película, mientras los devotos dan la bienvenida al rey demonio Paimon, la escena se congela dentro de la casa triangular del árbol, estableciendo una conexión con los misteriosos símbolos triangulares vistos a lo largo de toda la película. Esta imagen también se asemeja a una sala de maquetas en miniatura, haciéndose eco del comienzo de la película y enfatizando la naturaleza alegórica de la historia.

"El legado del diablo" recurre al misticismo antiguo para narrar una tragedia familiar ligada a una maldición de linaje. Desde el punto de vista narrativo, puede que no sea 100% original, pero la excepcional composición de escenas del director y su guion bien estructurado valen mucho más la pena que los momentos de suspenso. La continua maldición familiar, en la que el núcleo familiar más cerrado se convierte en marionetas del mal, evoca una sensación de impotencia que proviene del miedo en la vida real, que puede ser más escalofriante que los fenómenos sobrenaturales.

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