Esta es posiblemente la película más exasperante que he visto en mi vida. Crecí leyendo cuentos de hadas noruegos, y por lo tanto, supe que tenía que mirar Trol tan pronto como vi su trailer. El problema fue que no me tomó mucho tiempo darme cuenta de que iba a ser una película de desastres naturales muy decepcionante. Pero no quise arrancarme los pelos al observar la aburrida previsibilidad de toda la historia. No. Lo que más me molestó es lo cerca que estuvo de explorar temas fascinantes que no había visto en otras películas, sólo para desviarse por completo de ellos en el último segundo y perder el punto en su totalidad.
Desde el despertar del monstruo al comienzo de la película, Trol ya establece el mensaje al que está a punto de no hacerle justicia. Vemos a activistas medioambientales protestando contra la destrucción de una montaña. No se menciona la razón exacta por la que se está destruyendo la montaña, y no es muy importante. Lo importante es que vemos una caricatura hilarante de una malvada empresa capitalista que está detrás de todo este desastre. Sin embargo, después de hacer estallar sus explosivos, algo en lo profundo de la montaña despierta y posteriormente aparece: el trol del título.

Ya existe un claro potencial para un mensaje ambiental, pero eso por sí solo no constituiría una historia terriblemente única o convincente. En cambio, la ventaja de Trol es que está limitada por el monstruo del mito a rocas y montañas. Si bien muchas películas ambientalistas utilizan la destrucción de los bosques o la contaminación de los ríos para comunicar su mensaje, la piedra agrega una capa de significado muy diferente a la historia por su propia naturaleza: inmutable y eterna. Combinada con la presencia de una criatura folclórica, la película no solo provoca reflexión sobre cuestiones ambientales, sino que la combina con la idea de los antiguos, las personas que nos precedieron y las historias que tomaron como verdaderas.
Una verdad que la película deja en claro hace tiempo que perdió lugar en la sociedad. Quienes creen en los trols resultan estar locos y, a pesar de ser la explicación más lógica, quienes están en el poder se niegan siquiera a escucharla. Después de todo, esas son sólo viejas historias, ¿no? Pero es, por supuesto, un trol, y por eso, al descartar la posibilidad de que las historias populares puedan contener algunas respuestas, los funcionarios del gobierno que intentan lidiar con la crisis simplemente cavan sus tumbas. Tal vez sea porque soy un fanático de la filosofía perenne, pero a pesar de la mediocre a débil escritura y actuación, todavía sentí algo de entusiasmo ante la idea de que esta película podría explorar el concepto de que el conocimiento espiritual o místico puede tener alguna verdad oculta; en este caso, los “trols” de leyendas pasadas serían una historia utilizada en tiempos antiguos para transmitir los peligros de vivir en conflicto con nuestro entorno.

Sin embargo, en un giro de los acontecimientos absolutamente alucinante, Trol ignora por completo esta configuración obvia para contar otra historia básica de "tal vez seamos los malos, pero al final del día, salvamos el mundo". Fundamentalmente, esta película debería haber comenzado a adoptar un enfoque diferente tan pronto como los personajes comenzaron su investigación.
En primer lugar, la película necesita expandirse más allá del simple ambientalismo hacia los males mayores de la forma en que la humanidad interactúa con el mundo. Los trols representan bastante bien los peligros de la destrucción ambiental, pero me resulta absolutamente alucinante que nadie se pregunte lo que pasó con todas las demás criaturas míticas. Tomemos como ejemplo a los nisser, criaturas gnomas que viven en granjas y ayudan o dañan en función de la dedicación del granjero a su trabajo. ¿Cómo les ha afectado la agricultura industrial? ¿Han desarrollado una cultura laboral brutal para mantener el ritmo? ¿Provocan brotes por el maltrato a los animales? O huldra, hermosos espíritus que seducían a los hombres, a veces sólo por diversión y otras veces volviéndose asesinas cuando los hombres se negaban a casarse con ellas. ¿Cuál es el cambio de enfoque en las citas modernas? ¿Tienen más éxito o asesinan a más personas? Había innumerables oportunidades para explorar otras criaturas míticas y problemas sociales mientras intentaban aprender a lidiar con el trol.

La mejor parte de hacer esto, entonces, es que conduce naturalmente a un tema más importante que está listo para ser explorado: el efecto de la colonización. A lo largo de Trol, los personajes hacen referencia al cristianismo y a la cristianización de Noruega, pero nunca exploran en profundidad cuán traumático es realmente ese cambio cultural. La cultura y las historias de sus antepasados han cambiado fundamentalmente e incluso han sido borradas debido a la influencia cristiana. Esto no sólo afectaría su capacidad para comprender y tratar con el trol, sino que también pone de relieve cuánto se ha perdido debido a esta colonización. Al encontrarse con otras criaturas se darían cuenta de lo poco que les queda y de lo mucho que les han quitado. La película no sólo podría explorar los impactos de la colonización, sino que también podría analizar más de cerca la relación entre los humanos, nuestras historias y nuestra tierra, así como lo que sucede cuando esa relación se rompe. También se podrían explorar otras culturas colonizadas, como las de las tribus nativas americanas o los aborígenes australianos, para explorar la perspectiva de los pueblos colonizados más recientemente que están perdiendo sus tierras y aún conocen íntimamente los peligros de faltarles el respeto, fortaleciendo el tema subyacente, expandiéndolo más allá del contexto noruego.

La película podría haber tomado tantas direcciones originales y reflexivas... y al final, todas fueron descartadas por la opción más aburrida posible. No culparía al equipo creativo, ya que es más probable que los ejecutivos del estudio fueran la fuerza impulsora detrás de hacer una película de acción insulsa. Es simplemente doloroso ver el producto final dado que la película tuvo la oportunidad de ser una película de terror existencial única sobre la pérdida de la cultura. En definitiva, después de ver la película, sólo hay tres circunstancias en las que te la recomendaría ver: si sos fan de las películas de acción completamente poco originales; si sólo querés algo poco interesante en segundo plano mientras hacés otra cosa; o si deseás una lección viva sobre cómo escribir una historia casi asombrosa pero, en última instancia, desgarradoramente horrible. De lo contrario, ahorrate el problema y evitá esta película. Me lo vas a agradecer.
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