LOS HORIZONTES LATINOS DE LA 71ª EDICIÓN DEL SSIFF 

Porque en un festival, el cine se comparte. El cine se vuelve parte de uno y constituyente de una identidad hasta no caber nada más en lo que dura el mismo. Y algunos días más, diría yo.

Cada festival de cine está compuesto por varias secciones. Cada sección está llena de largometrajes, de historias, de guiones que un día fueron proyecto y letras amontonadas en libretas. Hay palabras que tienen la suerte de convertirse en películas, y hay películas que tienen la suerte de ser presentadas en un festival de cine. Y ser vistas por miles de ojos que no saben qué esperar. Dispuestos a juzgar en un primer visionado y puntuar, si llega el caso, en una escala del 1 al 10 cuál es el valor de lo que acabamos de ver. Esta es precisamente mi tarea dentro del Festival Internacional de Cine de San Sebastián como miembro del Jurado Joven.

Desde hace cuatro años, tengo la suerte de formar parte de esta mágica celebración y oda al cine internacional. Una media de 140 jóvenes de todo el mundo, nos reunimos durante una semana en una misma sala de cine para ver y juzgar, nada menos que, una veintena de películas a lo largo de los siete días que dura el festival. Como es lógico, vemos, reímos y lloramos películas de categorías, duraciones y lenguajes audiovisuales infinitamente diversos. En el caso del SSIFF, el Jurado Joven es el encargado de visionar las secciones de Horizontes Latinos y New Directors. Y teniendo en cuenta la procedencia de esta plataforma, nada me podía hacer más ilusión que presentaros de primera mano la 71ª edición de los Horizontes Latinos en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

* Los requisitos para formar parte de la sección son haber sido producidas total o parcialmente en América Latina, haber sido dirigidas por cineastas de origen latino, o tratar un tema referente a las comunidades latinas, y no haber sido estrenadas nunca antes en España.

El 22 de septiembre de este mismo año, 2023, se inauguraba la que probablemente ha sido una de las mejores ediciones, de entre las cuatro que yo he podido trabajar. 12 películas de diversos puntos de Latinoamérica entraban a formar parte del catálogo que tendríamos la suerte de visionar. Y solo una de ellas, se llevaría el Premio Horizontes, dotado con 35.000 euros para el director o directora y a su distribuidora en España. Todas ellas tendrían, a su vez, el privilegio de optar al premio Jurado de la Juventud, a competición con la sección New Directors. Lejos de pasar simplemente a contar cuál fue la película que se hizo con la cuantía, El castillo, voy a hacer un repaso por aquellas que considero deben ser vistas en cuanto lleguen a las salas de cine.

El viento que arrasa, Pedágio, Alemania, Blondi, Clara se pierde en el bosque, El castillo, El Eco, Estranho caminho, Heroico, Los colonos, Los impactados y Tótem, han sido las doce películas a competición de este año.

Fábulas historicistas, migrantes, hogareñas, configuraciones familiares diversas, imágenes analógicas, identidades de género y orientación sexual, lugares que conforman el centro del film, historias corales e individuales también, etc. Todas estas temáticas forman parte de la selección que el comité hizo para la categoría. Diré que todas ellas comparten el viaje como centro de la trama. El viaje, que es a su vez elemento constitutivo de una construcción fabular, es literalmente lo que las películas de esta edición nos presentan. Un viaje de autoconocimiento y lucha por la afirmación de la propia identidad en Pedágio. Un viaje, como su propio nombre indica, con el objetivo final de llegar a Alemania. Un viaje que, tras haberse perdido, los personajes tratan de encontrarse a través de lenguajes directamente audiovisuales, como es el caso de Clara se pierde en el bosque. O legados familiares, en el caso de Blondi, Heroico o Tótem. Estos son los largos que, a mis ojos, no pueden faltar en la lista de ver próximamente.

Recuerdo concretamente el día que se proyectó Blondi, estreno con coloquio brillante de la directora, guionista y actriz protagonista, Dolores Fonzi. La emoción del patio de butacas, los aplausos en los créditos finales al son de la música que los protagonistas, hijo y madre, cantan y bailan dentro del coche. ¿Saben cuando toda la sala se contagia de una misma energía? De una energía que proviene de lo que esconde la pantalla, de lo que un plano estático, en silencio, de lo que una mirada guarda. Y sucede en los festivales, como en ningún otro lugar en el mundo, que la gente se mira. Los asistentes cruzan los ojos buscando una opinión fugaz sobre lo que están compartiendo. Porque en un festival, el cine se comparte. El cine se vuelve parte de uno y constituyente de una identidad hasta no caber nada más en lo que dura. Y algunos días más, diría yo. Resaca cinematográfica emocional.

Blondi consiguió que los ojos se cruzasen en el patio de butacas y que todos pensásemos a la vez: ¿esto que estamos viendo, te está pareciendo igual de bueno que a mí? Debo decir, que era quizás el cuarto día del festival. Supone esto que el Jurado Joven llevaba una media de nueve, diez, películas vistas, y esta fue un soplo de aire fresco a lo que llevábamos visto. Una alegría, al mismo tiempo que una caricia al corazón. Una historia entre una madre y un hijo que parecen casi compartir la edad, y por ese mismo motivo, la vivencia y la herida.

Heroico no se queda atrás y, sin embargo, no tiene nada que ver con la frescura de la anterior. Una historia que acoge el viaje de un joven que se inscribe en las fuerzas armadas de México, no tanto por una vocación propia, sino más bien por la necesidad de ayudar económicamente a la familia. La realidad de las vivencias internas, narradas con una brutalidad que conmociona, hacen que sea imprescindible ver esta película. La interpretación de Santiago Sandoval no se queda atrás, brillante, mesurada. Diría que dentro del código absolutamente realista que nos presenta, Heroico entremezcla con absoluta maestría planos simbólicos que sugieren y ahondan más allá en las sensaciones del protagonista. Así, el director compone una historia global que apela directamente a todos y cada uno de los sentidos del espectador. Brutal, es creo, el adjetivo que mejor define esta película.

Fotograma de Heroico (2023)

Para finalizar, me gustaría hacer especial mención a dos de los largometrajes que mejor resumen el concepto del viaje en el cuerpo del personaje protagónico: Pedágio y Alemania. Estas dos historias, la primera de ellas abarcando la orientación sexual, y la segunda, la necesidad de autoconocimiento y los trastornos mentales dentro de la configuración familiar, reflejan, de manera clara y profunda, cuál es el impacto del viaje personal, del camino que uno trata de hacer, y los impedimentos que el exterior puede poner sobre uno mismo.

Mientras esperamos a que llegue la próxima oleada de cine Latinoamericano a la 72ª edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, no se pierdan los estrenos de todas las que han formado parte de esta.

Nahia Sillero.

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