Oppenheimer ha sido muy elogiada por el público desde su estreno. Su fuerza radica en su trama compacta y sus feroces conflictos. Quien no haya visto la película puede preguntarse cómo puede haber conflicto, si Oppenheimer crea la bomba atómica durante la II Guerra Mundial, lo que en realidad aceleró el final de la guerra más trágica y fatal.
Sin embargo, si la película contara la historia de cómo Oppenheimer superó el cuello de botella técnico que suponía fabricar bombas atómicas, no se habría catalogado como película dramática, sino más bien como documental. En cambio, en Oppenheimer, Nolan se centra en la "guerra" entre políticos y científicos. La película se desarrolla de forma natural en torno a dos audiencias, que tuvieron lugar en épocas y situaciones diferentes, pero que están estrechamente relacionadas en la película, gracias al diseño y la disposición de Nolan.

¿Cómo utiliza exactamente Nolan los diálogos de los personajes para acelerar el proceso de los acontecimientos y atraer al público?
En realidad, lo que mantiene al espectador atento es el hecho de que estas dos audiencias aportan historias cada vez más interesantes y conflictos cada vez más agudos, lo que hace que el público se emocione más. En una de las audiencias, sentado en un rincón, Oppenheimer escucha los elogios e insultos de sus familiares, amigos, superiores y colegas. Siente cara a cara la agresiva violencia verbal, que casi equivale al impacto de la explosión de una bomba atómica. Oppenheimer acaba perdiendo su licencia... sin embargo, a nivel narrativo, el retrato del "padre de la bomba atómica", como una persona común y corriente, consigue el reconocimiento del público. En otra vista, el ambicioso y pretencioso Strauss es castigado por su fracaso como miembro del gabinete. Por lo tanto, aunque la trama de la película gira principalmente en torno a la fabricación de bombas atómicas, presentando los genios de los científicos, sus dotes, sus interesantes historias vitales e incluso sus infidelidades matrimoniales y aventuras amorosas, las dos audiencias constituyen el marco de la historia, y el verdadero centro de atención se sitúa en los conflictos entre científicos y políticos.
Sin embargo, Nolan no se limita a poner como adversarios en la película a villanos despreciables como algunos políticos. En la mayoría de las películas occidentales, el mayor enemigo y obstáculo suele ser uno mismo, no los demás. Oppenheimer, como "padre de la bomba atómica", no es el tipo de persona que podría convertirse en un engreído arrogante. Al contrario, cuando se abre la "caja de Pandora", que tiene la capacidad para destruir a toda la humanidad, los científicos empiezan inevitablemente a dudar de sí mismos. Por lo tanto, después del final de la Segunda Guerra Mundial, Oppenheimer comenzó a emitir sus declaraciones en contra de la guerra, en contra de la bomba de hidrógeno y en contra de la competencia entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Todo ello no sólo mostraba su postura del lado de los pueblos del mundo amantes de la paz, sino que también ponía de manifiesto su dolor interior en el reflejo del éxito y el fracaso, la supervivencia y la destrucción. Así es como se retrata en la película una "subjetividad moderna" con carácter propio, emoción real, introspección racionaly autotrascendencia.

No caben dudas de que Oppenheimer establece su autoconciencia de introspección como un oponente interno, que encarna la visión moderna occidental de la naturaleza humana: un individuo debe experimentar un salto de la sensibilidad a la racionalidad, un sufrimiento del cuerpo al espíritu y un conflicto interior entre el bien y el mal, para convertirse en un sujeto moderno con autoconciencia de introspección. Aunque Nolan sea reconocido en el mundo como un gran narrador, capaz de crear un efecto narrativo estimulante y tenso, no tiene espacio para dejar que sus facultades se desplieguen ante las figuras históricas reales del "padre de la bomba atómica", los grandes acontecimientos históricos y la memoria colectiva del país.

Oppenheimer es una película biográfica estadounidense típica y estándar, que expresa un tema ideológico pautado e incluso rígido. Sin embargo, afortunadamente, Nolan ha implantado en ella diferentes formas de arte. Sin esas formas de arte que encarnan su estilo distintivo, como la narrativa no lineal, el diálogo entre personajes cuyo ritmo es demasiado rápido para ser entendido, el montaje imaginativo y los maravillosos efectos audiovisuales que nos dejan asombrados por momentos, Oppenheimer podría haber sido simplemente una película mediocre de Hollywood… ¡pero no lo fue!
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