"Manodrome": la deconstrucción del mito del hermano

Fui a ver Manodrome gracias a Jesse Eisenberg y Adrien Brody. Sabía que la película había recibido un montón de malas críticas después de su estreno en el Festival Internacional de Cine de Berlín, pero aun así para mí valía la pena intentar ver las actuaciones de Brody, el actor ganador del Oscar, y Eisenberg, nominado al Oscar. Después de ver esta película, me quedé sin palabras por la enorme brecha entre su enorme ambición y el pésimo resultado, así como por su narrativa social alegórica. Como espectadora no heterosexual, realmente siento las críticas de la película a la masculinidad tóxica, pero también puedo captar con claridad la actitud ambigua sobre si los hombres son solo víctimas de la masculinidad tóxica. Hasta cierto punto, es precisamente esta ambigüedad la que impide que la película profundice en la reflexión sobre la masculinidad tóxica.

Manodrome es la primera película en inglés dirigida por el cineasta sudafricano John Trengove. Su película anterior, La herida, explora las relaciones entre hombres dentro del contexto del ritual de iniciación xhosa de Ulwaluko en África. Con Manodrome, el director explora otro aspecto de las historias sobre hombres y sus relaciones, cambiando su enfoque de las relaciones homosexuales masculinas al deseo homosocial masculino.

En la película, lo que más le importa al personaje principal Ralphie, interpretado por Eisenberg, es su vínculo con el grupo Manodrome liderado por Dad Dan (Adrien Brody). Esta relación no sexual, conocida como homosocialidad, se basa en el deseo homosocial masculino de las sociedades patriarcales donde la subjetividad de un hombre está determinada por el reconocimiento y la aprobación de otros hombres. Los hombres en tales sistemas tienen mucho miedo de perder su subjetividad y de ser cosificados como mujeres, lo que explica por qué el deseo homosocial masculino coexiste con el rechazo de la homosexualidad.

Manodrome explora tanto el aspecto positivo (los hombres que buscan la validación mutua) como el aspecto negativo (homofobia) de dicho deseo. Cuando la novia de Ralphie está a punto de dar a luz, las duras realidades de la vida amenazan con abrumar al futuro padre. Ganarse la vida conduciendo Uber aparentemente no puede aliviar la carga. El grupo masculino de papá Dan, en ese momento, se convierte en el colmo de Ralphie. Los miembros de este grupo están luchando en la vida como lo hace Ralphie, y él comienza a recibir atención, reconocimiento e incluso elogios de su parte. Lo que mantiene fuerte su vínculo es la ira y el resentimiento compartidos hacia los demás (especialmente a las mujeres) y al mundo.

Me hace acordar a otra película sobre grupos masculinos: El club de la pelea. En mi opinión, en esta película, el club de boxeo clandestino está lleno de cuerpos hormonales y musculosos de hombres (apenas aparecen algunos hombres con sobrepeso). Las peleas sangrientas crean una estética de violencia visualmente impactante en torno al cambio de milenio. No importa a dónde conduzca su final, El club de la pelea envía claramente el mensaje de que estos hombres en clubes clandestinos son geniales y atractivos. Manodrome, por otro lado, no sólo cuenta la historia de un grupo masculino desde la perspectiva de un miembro común y corriente, sino que también deconstruye, hasta cierto punto, el deseo homosocial oculto entre los grupos masculinos y critica la masculinidad tóxica. Lo más admirable de esta película es que destruye todas las ilusiones sobre estos grupos masculinos impulsados por la ira y el odio, sin escatimar piedad en mostrar lo absurdos, ridículos, infantiles e hipócritas que son.

Eisenberg y Brody realmente me dejaron boquiabierto; sus actuaciones no sólo son uno de los aspectos más destacados de esta película, sino que también reflejan perfectamente el tema de la deconstrucción del deseo homosocial masculino. La sutil deliberación de ira y dolor que hábilmente representaron disuelve la seriedad de su existencia como miembros del grupo. Quizás en caso de que el público no lo entendiera, el director diseñó una trama a propósito que muestra directamente cuán ridículos se ven esta asociación y sus miembros desde el punto de vista de un extraño. En una escena, un miembro del equipo se topa con su exnovia en un centro comercial. La conmoción y la tristeza de la exnovia al ver a su exnovio y al miembro del equipo enloquecer, hacen que Ralphie, que se ha rendido por completo al equipo, de repente se derrumbe y no quiera nada más que huir. En ese momento, puede ver totalmente su vida futura como miembro. Sin embargo, no puede resistir la tentación de una satisfacción inmediata y efímera: abandona a su novia embarazada y se une frenéticamente a Manodrome.

Eisenberg siempre ha sido muy bueno mostrando vulnerabilidad y complejidad en sus personajes, y puede crear una conexión emocional genuina entre la audiencia y los personajes. Sin embargo, en Mandrome, Eisenberg parece mantener intencionalmente cierta distancia del personaje que interpreta. Esto no significa que su actuación sea mala, pero hace que sea un poco difícil entender y de relacionarse con las acciones y experiencias de Ralphie, aunque pensé que el personaje era real y creíble. Incluso parece que él mismo se trae sus problemas. Esta es una gran diferencia entre Manodrome y El club de la pelea. Mientras que este último critica la cultura del éxito y el consumismo, el primero analiza los problemas internos de los hombres como individuos y como grupo. A través de las experiencias de Ralphie antes y después de unirse a al grupo, la película plantea una serie de preguntas. Por ejemplo, ¿por qué tipos como Ralphie anteponen su dignidad a la supervivencia práctica en una situación económica difícil? ¿Por qué Ralphie evita convertirse en padre y se resiente de su propio padre irresponsable y al mismo tiempo quiere orientación y protección de su figura paterna (papá Dan)? ¿Y por qué se siente atraído y lleno de ira y odio hacia los tipos negros en el gimnasio?

Algunas de las preguntas ya están respondidas en la película, mientras que otras quedan para que el público reflexione. Aquí voy a intentar explicar la compleja relación entre Ralphie y el hombre negro con el concepto de deseo homosocial masculino. Ralphie se une a al grupo debido a los desafíos para establecer su propia subjetividad, buscando reconocimiento y afirmación de otros hombres. Sin embargo, la vacilante subjetividad colapsa por completo cuando participa en actividades homosexuales con el hombre negro en el gimnasio. Como se mencionó anteriormente, el deseo homosocial masculino excluye la cosificación sexual de los hombres, pero lo que él hace desafía este principio. Incapaz de soportarlo, lo único que puede hacer es matar a quien amenaza su subjetividad. El peligro del deseo homosocial masculino, por tanto, queda demostrado a través del asesinato aparentemente abrupto.

Lo que me molesta de Manodrome es que reconoce claramente la existencia del deseo homosocial masculino y su impacto, pero todavía culpa de los problemas y desafíos de Ralphie a la ausencia de su padre. Es más o menos como si la humanidad hubiera descubierto la inmensidad del universo, pero algunos todavía pensaran que el sol es el centro del mismo. Al convertir al padre de Ralphie en la raíz del problema, mientras una figura paterna sabia y cariñosa salva el día, Ralphie elude la responsabilidad por sus acciones. Se convierte en un hijo herido por una figura de "padre" y protegido por otra, en lugar de un agente que daña a otros. Es precisamente la postura poco clara de Manodrome sobre Ralphie lo que impide que la película critique y exponga por completo el deseo homosocial masculino y la masculinidad tóxica. Como Manodrome se niega a hacer del deseo homosocial masculino la causa principal de las luchas de Ralphie y minimiza los errores que comete influenciado por él, cambia el foco de la crítica y la resistencia del patriarcado a un padre no apto. Es una lástima la brecha entre lo que se podría haber logrado y lo que realmente resulta.