"Viernes negro" de Eli Roth: nostalgia llena de sangre, ironía y humor complejo

A principios de la década de 2000, el nombre Eli Roth era sinónimo de esperanza. Este director, que tenía apenas veintinueve años cuando debutó con "Fiebre en la cabaña" en 2002, se lanzó de cabeza al terror sangriento y causó sensación de inmediato; en 2005, siguió con "Hostel", subiéndose a la ola de películas como "El juego del miedo" y popularizando el género de la tortura. Con el paso de los años, Roth incursionó en diversas temáticas, profundizando incluso en la realización de documentales para la conservación animal. Este año, regresa a terreno conocido con "Viernes negro", una película de terror estándar. ¿Cómo le va? Sólo se puede decir que el amado Eli Roth de hace veinte años ha regresado, ¡con mucha sangre y humor retorcido!

Jessica, una chica de un pueblo pequeño, no puede olvidar la tragedia del Día de Acción de Gracias de hace un año: la megatienda de su padre organizó un evento empapado de sangre. La multitud enloquecida entró en estampida en la tienda, y sucedió una masacre. A pesar de las múltiples muertes, el suceso fue calificado de accidente e ignorado. Un año después, Jessica y sus amigas reciben etiquetas de una figura misteriosa en las redes sociales, invitándolas a la cena de Acción de Gracias de este año. Al mismo tiempo, los sobrevivientes de la tragedia del año pasado empiezan a ser víctimas de manera individual. Jessica se da cuenta de que esta inesperada cena de Acción de Gracias será su última cena.

Si quieres, mata, si quieres, ríe

La vuelta del director se siente intensa. En los últimos años, sus remakes como "Deseo de matar" o la increíble "La casa con un reloj en sus paredes" parecían un poco extrañas, carentes de la delicadeza de "Viernes negro". Eli Roth desata sus elementos dramáticos favoritos en esta nueva historia, acelerando el ritmo de la película. Mata si quiere, ríe si quiere. La duración de cien minutos resulta breve pero satisfactoria para el público.

Quizás deberíamos analizar primero lo que implica el "estilo de Eli Roth". Al igual que Quentin Tarantino y otros directores emergentes de Hollywood de los años 90, Roth creció admirando la ola del Nuevo Hollywood de los años 70. Estaban familiarizados con las fórmulas elaboradas por Spielberg, Donald Siegel o John Carpenter y buscaron subvertir o reorganizar estos elementos dramáticos, alguna vez innovadores y ahora clichés. Cada una de las películas de terror de Roth le rinde homenaje a un subgénero de terror particular del pasado; por ejemplo, "Hostel" le rinde homenaje a las películas de explotación que enfatizan el exotismo, mientras que "El infierno verde" es un guiño a las películas de caníbales italianas de los años 70, entre otras.

Un único día para matar

Como película de terror dedicada a una festividad, "Viernes negro" naturalmente le rinde homenaje al progenitor de las películas de terror de ese estilo, "Halloween", junto a otras como "El día de los inocentes", "Navidad sangrienta", "Sangriento Papá Noel" y otras películas de terror vinculadas con un día festivo. Estas películas, que evolucionan a lo largo de décadas, tienen una fórmula argumental familiar: una tragedia en un día festivo específico del pasado resurge años después. El culpable o los sobrevivientes del desastre inicial buscan venganza o se vuelven locos, con el objetivo de matar en este día único, celebrando la festividad con ketchup.

Sin embargo, esta estructura se ha utilizado innumerables veces en películas de serie B o estrenos directos. La singularidad de Eli Roth se encuentra en su humor retorcido, que es evidente a lo largo de “Viernes Negro”. Con un asesino de Acción de Gracias suelto, el humor retorcido de Roth se desarrolla de dos formas: los lamentables tienen sus lados despreciables y, desde la perspectiva de Roth, las víctimas suelen ser engañosamente inocentes. Las acciones del asesino no son meros movimientos de apuñalamiento, sino que implican actos de tortura divertidos. Al ver las obras slasher de Roth, el público a menudo no se preocupa por las víctimas, sino que se entrega a la curiosidad y observa cómo "se las juega hasta la muerte". Alternativamente, ver a las personas malas obtener lo que se merecen y observar cómo el asesino elimina a estos sinvergüenzas crea una sensación de disfrute.

La crítica del director a la sociedad moderna

Desde esta perspectiva, "Viernes negro" tiene éxito. Las "víctimas potenciales", que esperan su espantoso destino, están preparadas con sus pecados: algunas fueron perpetradoras de tragedias pasadas, otras hicieron la vista gorda y algunas incluso explotaron la tragedia para ganar fama en Internet. Roth caricaturiza deliberadamente a estas víctimas, mostrando rasgos que el público moderno detestaría. Desde personas influyentes que buscan atención hasta agitadores populistas, jefes corporativos insaciables o agentes de relaciones públicas posteriores a una tragedia, estos diseños de personajes exponen descaradamente el desdén y la crítica de Roth hacia la sociedad moderna.

Además, al adaptar el falso tráiler "Viernes negro" de la película de 2007 "Grindhouse" a un largometraje, Roth embellece los métodos de asesinato descritos hace dieciséis años con más detalles. Aunque objetivamente hablando, no se introdujeron nuevos métodos de matanza, algunas escenas tuvieron algunos ajustes con respecto a su intensidad y sangre. Sin embargo, no todos han visto "Viernes negro" y estas secuencias de asesinato reforzadas aún resultan impactantes, pervertidas y estimulantes.

¿De qué se ríe el público?

Por lo tanto, "Viernes negro" es una obra calificada; su gran cantidad de escenas violentas y sangrientas no sólo provocan suspiros sino risas. El público se ríe de lo absurdo de los asesinatos, de que estos personajes despreciables finalmente obtengan lo que les corresponde. La mayoría de las películas de Roth son comedias de terror, entre la que podemos incluir "Fiebre en la cabaña", donde los cuerpos se pudren hasta los huesos, o "El infierno verde", donde la gente civilizada se convierte en comida. Descriptas de esta forma, estas películas pueden no parecer cómicas, pero a menudo esconden numerosos momentos de humor negro, muy ambiguos desde el punto de vista moral, y estas características se repiten en "Viernes Negro".

Si bien la película permanece confinada al marco tradicional de una película de terror, el público familiarizado con este género anticipará rápidamente la progresión de la trama. Aunque probablemente "Viernes Negro" no llegue tan lejos como "Fiebre en la cabaña" en su estreno, seguro evoque con éxito las fortalezas que una vez cautivaron a la audiencia. Quizás Eli Roth necesite esta película más que nosotros porque "Viernes negro" demuestra que sus travesuras de terror siguen siendo intrigantes. Tal vez pueda convertir "Viernes negro" en su propio "Halloween" y luego proceder a hacer una secuela cada año.