"El origen": ¿un rompecabezas que vale la pena armar?

Hace poco leí un libro de psicología social llamado "Wanting: The Power of Mimetic Desire in Everyday Life" que influyó en mi perspectiva sobre el aclamado trabajo de Christopher Nolan, "El origen".

La película cuenta la historia de un equipo que roba información confidencial dentro del subconsciente de las personas al entrar en sus sueños y lleva a cabo emocionantes misiones para implantar ideas en sus mentes. Su director llama a este método "inducción". Esta película de ciencia ficción narra la historia de Cobb, quien forma un equipo para implantar la idea de "abandonar la empresa familiar y volverse independiente" en el cerebro de Robert Fischer, el heredero de un magnate de los negocios.

En este artículo cuestiono la necesidad de implantar "el origen". Para explicar por qué creo que no es necesario, primero debemos tratar de entender sobre qué trata "Wanting: The Power of Mimetic Desire in Everyday Life". Este libro describe la "Teoría Mimética" propuesta por el reconocido filósofo y antropólogo francés René Girard.

Girard cree que los humanos son criaturas inherentemente imitativas. Empezamos a imitar a los demás desde la infancia y seguimos haciéndolo de adultos, pero de forma más sutil. Nuestras aspiraciones de asistir a escuelas prestigiosas, trabajar en grandes empresas, comprar artículos de lujo y lucirnos en las redes sociales surgen de nuestros deseos miméticos. Esto me hizo dar cuenta de que aprovechando los deseos miméticos de las personas, podemos realizar la inducción sin esfuerzo.

"El origen" en 1929

En 1929, aunque los científicos no habían descubierto que fumar fuera perjudicial para la salud, lograr que las mujeres fumaran no era una tarea fácil. Esto se debía a que la sociedad les prohibía fumar en público y los hombres incluso humillaban en privado a las mujeres que fumaban.

En un artículo del "The New York Times" se afirmaba que la cantidad de humo exhalado por una mujer que fuma un cigarrillo en la mesa del comedor sería mayor que la de toda una multitud de hombres. Añadía que las mujeres no sabían cómo manejar el humo o sostener correctamente un cigarrillo, y que lo arruinaban todo. En otras palabras, en aquella época parecía una creencia inquebrantable que las mujeres no podían fumar.

Sin embargo, una empresa tabacalera estadounidense derribó esta mentalidad obstinada con sólo unas pocas fotografías. Durante el lanzamiento del movimiento de mujeres en Estados Unidos, esta empresa vio una oportunidad. Dio su paso durante el desfile de Pascua en marzo de 1929, convenciendo a un grupo de mujeres cuidadosamente seleccionadas para que encendieran cigarrillos durante el desfile. La compañía tabacalera se aseguró de que los fotógrafos y periodistas profesionales estuvieran en las posiciones correctas para capturar ese momento, e incluso les indicó que usaran la frase "fuego de libertad" en su cobertura. Después de todo, el desfile tuvo lugar poco después de la Primera Guerra Mundial, entonces, ¿quién, en este mundo de posguerra, estaría en contra de la libertad?

Al día siguiente, las portadas de los principales periódicos estadounidenses publicaron fotografías de mujeres inhalando el "fuego de la libertad". A los pocos días, las mujeres de Estados Unidos salieron a las calles y encendieron su propio "fuego de la libertad", y para Semana Santa, las ventas de cigarrillos se habían triplicado.

Esta fue una campaña ingeniosa porque hizo que la gente sintiera que todo sucedía de forma natural, porque así es como suele funcionar el deseo. El deseo mimético ejerce el efecto más fuerte cuando está oculto. Si querés que alguien se apasione muchísimo por algo, primero debes hacerle creer que el deseo se origina en su interior. La compañía tabacalera implantó en el subconsciente de las personas la idea de que las mujeres que fumaban representaban la libertad. Fue "la inducción" perfecta.

"El origen " en la vida cotidiana

Si creés que el ejemplo anterior sucedió hace demasiado tiempo, ahora voy a retratar una inducción cotidiana (la distorsión de las cosas objetivas que tenemos justo frente a nosotros) que probablemente todos hayamos experimentado. Imaginemos la siguiente situación: vos y tu amigo Ken entran a una tienda y ven estantes llenos de cientos de camisas. Al principio, no te interesan. Pero a Ken le encanta una camisa en particular. De repente, ya no es sólo una camisa en el estante. Se convierte en la camisa elegida por tu amigo, que, por cierto, es asistente de diseño de vestuario para una película de moda. En el momento en que él le presta atención a esa camisa, la camisa se distingue de todas las demás. La situación ahora es completamente diferente a la que era hace apenas 5 segundos, cuando no había pensado en comprarla. Y así, se completa una pequeña "inducción". Esta camisa común y corriente se ha convertido en algo especial tanto en tu mente como en la de Ken.

Aparte de esto, "la inducción" se realiza de manera constante e intencional o no en los usuarios mediante algoritmos de aplicaciones móviles que permiten notificaciones automáticas y promueven actividades de líderes de opinión clave.

Analizando "El origen"

Cuando comencé a notar referencias a "El origen" en todos los aspectos de mi vida, no pude evitar encontrar los grandes y emocionantes robos llevados a cabo por Cobb y su equipo un poco absurdos. Es como gastar 10.000 dólares para lograr algo que potencialmente podría hacerse con sólo 1 dólar de una manera mucho menos compleja y peligrosa. Mientras miraba la película, mi mente tendía a alejarse de la espectacular ilusión creada en la película y no podía evitar preguntarme si el arriesgado enfoque de Cobb con respecto al "origen" era la única manera o si había mejores alternativas.

Me parece que el problema puede radicar en la falta de una discusión profunda entre los personajes sobre las posibilidades antes de pasar a la acción. Cuando Saito le pide a Cobb que realice una "inducción", Cobb rechaza su pedido. Lo considera demasiado peligroso y dice que aceptará la misión sólo cuando sus circunstancias lo requieran. Cobb se obsesiona con entrar en el sueño de su enemigo y hace caso omiso de todas las demás soluciones potenciales. Dada su experiencia e inteligencia, debería haber explorado otras ideas en lugar de saltar directamente al enfoque más arriesgado.

Las películas de suspenso mal ejecutadas a menudo se basan en elementos artificiales e innecesarios que reflejan un "alto coeficiente intelectual". Los asesinos frecuentemente emplean métodos demasiado complejos para matar a sus víctimas o llevar a cabo sus acciones. Inicialmente, el público puede pensar que hay muchos acertijos que resolver, pero termina dándose cuenta de que las complejas tramas se desmoronan bajo un análisis detallado y sólo sirven para hacer que las películas parezcan sofisticadas. Algunos ejemplos clásicos incluyen los asesinatos "inteligentes " que comienzan de una forma desconcertante pero terminan abruptamente en "Detective VS. Sleuths", así como los giros deliberados de la trama en la novena entrega de la serie "El juego del miedo", criticada por los expertos. Si bien "El origen" sobresale en muchos aspectos, tras entender la "Teoría Mimética" su prestigio ha disminuído ante mis ojos.

En realidad, la solución es bastante simple: racionalizar estas acciones de "inteligentes". En lugar de rechazar a Saito, Cobb podría haberse tomado un tiempo para considerarlo antes de concluir que ningún otro método funcionaría. La inviabilidad de estos métodos podría atribuirse a factores pasivos por parte de su adversario Fischer, como el aislamiento hacia los demás o su obstinación mental, que la película no menciona. Alternativamente, podría deberse a factores activos dentro del equipo de Cobb, como el tiempo limitado de Cobb o la interferencia de su enemigo, que la película tampoco aborda.

Después de todo, "El origen" sigue siendo una gran película. Nadie es perfecto y no es realista esperar que todos los creadores estén familiarizados con todas las teorías al elaborar sus obras. No culpo a Nolan por ello, ya que es posible que no conozca la "Teoría Mimética".

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