Al interior de una fábula navideña moderna.

"Ah, Nochebuena…

ese momento del año

en que es un caos el baño,

y cada mundo en cada casa.

Todo hace ebullición,

Dey ante tremenda presión

ni un montón de tilo alcanza.

Al menos el contexto avala

ser ruidosos y ebrios con razón,

o incluso decirle a las gentes,

galantes y valientes,

de qué color es nuestra ropa interior.

Pues las gentes también

están presas de todo esto,

desde el abuelo/Papá Noel

y sus duendes/nietos,

hasta la vieja Krampus que sólo vieron una vez,

pero opina que sus modos

deberían seguir todos,

en sus hogares y con sus bebés."

Ah, Nochebuena... El momento ideal para juntarse en familia y poner una película navideña de fondo. Una de esas cintas queridas, llenas de escenas reconocibles y cómodas para escuchar mientras se hace la ensalada, o mirar de reojo entre que se decora el arbolito.

Las opciones son variadas: "Duro de matar" ("Die Hard" 1988), "Batman regresa" ("Batman returns" 1992), o "El día de la bestia" (1995). Sin embargo, por su mensaje enfocado a revalorizar las viejas costumbres, este año mi recomendación para ustedes es "À l'intérieur" ("Al interior" 2007).

En esta cinta seguimos los pasos de Sarah, y los no pasos de su hijo, pues todavía no ha nacido. Pero viendo un poco de lo que le espera fuera... tampoco es cosa de apurar al feto.

Plena época festiva. Nos acercamos a la puerta de la casa de nuestra protagonista, y ni una hoja de muérdago se asoma desde la madera, ¿es que no sabe el efecto de protección que esto garantiza? Un recurso tan rigurosamente estudiado por expertos cinéfilos, cineastas, cinematógrafos y cinéticos, usando de base la progresión de los acontecimientos en "Mi pobre angelito" ("Home Alone" 1990) y ligando el éxito del héroe de esta cinta precisamente a la presencia de esa decoración en su puerta ¿Puede una mujer con tan poca previsibilidad estar apta para ser madre?

No me malinterpreten, conozco la negligencia paterna, por eso sé que es algo que estoy dispuesto a dejar pasar, en tanto suponga una retribución material con vacías promesas de cambio cada vez que pierda la esperanza, y es por eso también que una alerta aún mayor se dispara en mi cerebro cuando, yendo al interior del lugar, descubrimos la nula presencia de luces que rodeen un árbol inexistente donde reposen regalos que no están.

Estamos hablando de un típico tropo de personaje "Scrooge", en una típica odisea navideña que comienza tras un acto egoísta (como lo es negarle ayuda a una mujer mayor), y se desarrolla con bases profundamente arraigadas a la tradición navideña.

La propuesta de guion y fotografía confluyen en una fiesta de acertadas decisiones técnicas, donde destacan simbolismos contundentes como el apartado del baño, una alegoría que realza la importancia de brindar siempre con la mano derecha bien alta a medianoche, o la secuencia final que culmina con una entrañable representación del pesebre. Todo, inundado por un color rojo que remite siempre a la calidez propia de las fiestas.

Por esto y muchas cosas más, no puedo hacer otra cosa que volver a recomendar "À l'intérieur" ("Al interior" 2007) para que este 24 de diciembre sea la estrella en el arbolito de una noche de paz perfecta junto a sus seres queridos.