¡J.K. Rowling está (metafóricamente) muerta para mí!

"Harry Potter" siempre ha sido parte de mi vida. No fue amor a primera vista: durante mucho tiempo le guardé rencor a la franquicia porque mis padres me obligaban a escucharla durante horas en cada viaje. Cuando finalmente comencé a leer los libros en los días aburridos, mi vida cambió. Jugué Quidditch en el club de Harry Potter de mi escuela, estaba extrañamente orgulloso de haber probado la versión beta de Pottermore y cada Navidad veía maratones de sus películas en la televisión.

De repente, la autora me rompió el corazón con solo un tweet.

Antes de ser fan de Harry Potter, soy un firme defensor de los derechos queer, y muchos de los amigos que hice a través de la franquicia son personas queers, trans o sin identificación de género. Al leer el tuit, sentí una profunda traición. No puedo decir que J.K. Rowling sea transfóbica (la propia Rowling parece pensar lo contrario) y ni siquiera intentaré explicar por qué sus comentarios suelen ser ofensivos para mi y otros fans. En cambio, quiero discutir por qué tanta gente se siente culpable por participar en contenido creado por creadores "cancelados" y cómo podemos lidiar con su muerte (metafórica).

Una de las principales razones por las que no se siente bien involucrarse con las obras de Rowling es por los temas financieros. En un mundo ideal, habría un límite a la cantidad de dinero que una persona puede ganar. En cambio, tenemos celebridades ultra ricas como ella que difunden sus ideas a medias a una gran audiencia sin pensarlo dos veces. Después de todo, no les afecta de forma económica. Como vivimos en un entorno capitalista, la mejor manera de estar en desacuerdo con estas celebridades es a través del boicot, tratando al menos de evitar que aumenten su riqueza. Desafortunadamente, esto significa que no habrá más películas, libros o juegos de Harry Potter, ni siquiera en Navidad.

La otra preocupación es el contenido de los propios libros. Se vuelve bastante peligroso cuando un autor intenta agregar algo a un libro o compartir sus opiniones después de que se ha vuelto tan querido, porque esto casi siempre termina empañando nuestra experiencia. La primera vez que leí Harry Potter no noté nada demasiado desagradable. Después de eso, Rowling dijo que Dumbledore era gay, y ahora, cada vez que leo la novela, siento que es extraño que Rowling no haya hecho ningún esfuerzo por darle significado al hecho de que era gay. Realmente parece que esto fue dicho sólo para complacer a una parte del público. Si vuelvo a leer los libros hoy en día, ¿notaré algunos elementos transfóbicos que no noté antes? ¿Será Hogwarts un poco menos cálido y acogedor? Tengo miedo de descubrirlo.

Estos son los dos mayores problemas que dificultan la relación con Harry Potter en estos días, y puede parecer una tontería, pero para mí fue una gran pérdida. Es triste que perdamos la capacidad de sentir nostalgia por algo tan importante para nuestra infancia. También siento que perdimos un futuro. Tradiciones como ver a Harry Potter en Navidad ya no están tan bien vistas. Cuando pienso en criar a mis hijos, no me imagino dejándolos leer Harry Potter; y todos los nuevos medios de la franquicia me dejan un sabor amargo. Tal vez este realmente sea el final: Harry Potter estaba destinado no a desaparecer en la gloria, sino en una serie de tweets desagradables...

¿Pero realmente tiene que ser el final? Por suerte, los fanáticos se enamoraron de Harry Potter, no de la propia Rowling, así que todo lo que tenemos que hacer es dejar que se desvanezca en el olvido. ¿Cómo lo hacemos? Bueno, para solucionar el tema de darle dinero, buscando otras formas de disfrutar de Harry Potter gratis (no te digo que lo piratees, obvio...). Cuando seas Potterhead, finge que Rowling nunca existió. O mejor aún, lee cosas y completa los espacios en blanco para hacer de Harry Potter el universo amable que ya conoces. Incluso puedes tachar y reescribir frases si es necesario.

La realidad es que ya no hay lugar para la autora, y lo digo como alguien que también escribe. En el mundo moderno, los escritores hablan mucho sobre quiénes son y cómo quieren que entendamos sus obras. Ese poder sólo existe mientras se lo demos, y si bien los autores pueden crear las obras que conocemos y amamos, sólo nosotros podemos decidir por qué las amamos. Así que esta Navidad, OLVÍDATE de J.K. Rowling y de todos los demás creadores que ya no soportas: la tranquilidad que sentirás es el mejor regalo que podrás recibir.