Un Prometeo postmoderno
El pasado 18 de enero llegó finalmente a los cines argentinos, la esperadísima nueva película de Yorgos Lanthimos, cinta que viene cosechando premios y reconocimientos desde que estreno mundialmente en el festival de Venecia 2023. La película es una sátira fantástica con grandes cuotas de humor negro, una vuelta de tuerca al subgénero de la resurrección donde el mayor exponente sigue siendo la aclamada obra de Mary Shelley, Frankenstein. De ahí que se la presente como un Frankenstein moderno. La etiqueta no es para nada azarosa, los principales elementos están presentes; visionario científico con ética cuestionable (check), criatura que ha sido devuelta a la vida (check),
ayudante de laboratorio afable y leal (check) y por ultimo, un debate filosófico sobre qué significa estar vivo.
A diferencia de su contraparte literaria, en este nueva reversión hay mucho menos oscuridad y sed de venganza, la criatura no busca a su creador ya que sabe exactamente donde está y de hecho es ella la que ha escapado para explorar el mundo que tanto ansía conocer. Es el objeto de este artículo analizar los destinos que eligió Bella para su travesía/crecimiento personal que a la vez funcionan como título de los capítulos en los que se divide la película.
Londres (infancia)
El primer segmento, cuando se nos introduce a lo que esa magnifica creación como lo es Bella Baxter, está presentado en blanco y negro para homenajear al cine clásico. Una vez revelado el origen sobrenatural de Bella, somos testigos de sus primeros pasos, sus primeras palabras e incluso su primer paseo supervisado por el mundo exterior. Cada vez mas atraída a la idea de abandonar el nido, Godwin le pide a su ayudante que llegado el momento despose a su creación/hija para que pueda cuidarla en su ausencia. Práctica mas que común en el siglo XIX. Esta primera etapa culmina cuando ella descubre sus genitales y la masturbación, la pubertad ni mas ni menos.

Lisboa (adolescencia)
Cuando el descarado abogado Duncan Wedderburn tienta a Bella a escapar de la tutela de su creador, eligen como primer destino Lisboa, Portugal. La ciudad, famosa por su belleza arquitectónica, es el primer contacto que tiene el personaje de Emma Stone con el arte y la creación humana, es ahí donde ademas experimenta el sexo por primera vez, da sus primeros pasos en el mundo exterior por sí sola, deambula por las calles, degusta comida y encuentra su camino de vuelta al hotel (no sin pecar de inocente y dejarse toquetear por un extraño en la calle). La escena del baile junto a su co-prófugo es exquisita.
En el crucero y Alejandría (juventud temprana)
Ofuscado por su comportamiento lascivo, Wedderburn se lleva a la adolescente rebelde y ninfómana a un crucero por el Mediterráneo con destino a Grecia. Allí, su relación ya tensionada se resquebraja cada día un poco más. Bella hace sus primeras amistades, una simpática mujer mayor, Marta Von Kurtzroc y su acompañante, el cínico Harry Hastley. De la mano de este ultimo, Bella conoce la cruel naturaleza del ser humano cuando hacen una pequeña escala en Alejandría, Egipto. No es azaroso que sea en la ciudad que alguna vez albergó la Biblioteca mas grande del mundo donde Bella se hace adepta a la lectura y descubre su sed de conocimiento. Estos dos hallazgos, el conocimiento y la naturaleza del ser humano impulsan a Bella hacia la adultez temprana.

París (adultez temprana)
Sin dinero y varados en Francia (después de ser expulsados del Crucero por no poder pagar), Bella y Duncan terminan viviendo en las gélidas calles de París. Allí, la criatura conoce a una veterana prostituta que le ofrece trabajo vendiendo satisfacción sexual a su clientela. Ella que venía disfrutando del sexo con Wedderburn se maravilla al descubrir que hay gente dispuesta a pagarle por algo que ademas le encanta hacer. Su nuevo trabajo la aleja cada vez de su amante y termina por dejarlo. Un evidente signo de madurez, Bella sabe a qué tipo de hombre quiere a su lado; a uno que la quiera por sobre sus actividades laborales, seguro de sí mismo y que no intente oprimirla bajo un falso discurso de liberación. Con un cierto nivel intelectual adquirido durante el crucero, Baxter deslumbra a sus pares, empleadora y clientes con prácticas sexuales que para el contexto eran impensadas. Lejos de fingir interés por el sexo practicado, le dedica tiernas palabras a los hombres que compran sus servicios e incluso les escucha y cumple con una gran variedad de fantasías. No hay mejor destino para saciar su apetito sexual e intelectual que una Francia que parece estar en los albores de la insurrección que llevo a la constitución de la Comuna de Paris.

Londres (adultez)
Con su padre/creador en su lecho de muerte, Bella da por concluido su viaje y regresa a casa para cuidar de su padre y mostrarle lo lejos que ha llegado en su joven vida, teniendo en cuenta que todo esto se dio en apenas semanas. Al final vuelve a los brazos de su prometido y después de asegurarse que su relación no sufrirá por inseguridades, acepta casarse con Max.
Hasta acá este primer análisis, dejamos mil elementos afuera. No vamos a mencionar el conflicto final con el esposo de su cuerpo original, no entramos en la ética científica de Godwin Baxter y lo qué significa para él ser un experimento andante. Poor things es una película con abundantes aspectos para ver y rever, una verdadera joya del cine contemporáneo. Lanthimos se consolida como uno de los directores mas innovadores e interesantes.
Dato de color: durante la escena del crucero encontramos un par de guiños a la obra de un director alemán que inspiro parte de la estética que Lanthimos terminó usando en la cinta; hablamos de nada mas y nada menos que Rainer Fassbinder. Yorgos instruyó a su director de fotografía (con quien ya había trabajado en La favorita) a probar lentes y planos distintos, para eso le refirió a la obra del alemán. Además de castear a la mujer que protagonizó gran parte de su filmografía, Hanna Schygulla como la experimentada Marta Von Kurtzroc.
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