"Relatos Salvajes": entre las garras de lo absurdo

Spoilers

El año pasado, participé en una clase de historia cinematográfica en la que el profesor Thierry Frémaux habló sobre su selección de las películas anuales de Cannes. De las quince películas, él siempre elige una combinación de películas tradicionales y experimentales, o aquellas que son únicas de alguna forma. "Relatos Salvajes", pertenece a esta última categoría. Cannes suele incluir una comedia cada año y esta película fue parte del festival de cine más importante del mundo. Artísticamente, la estética visual de la película y la narrativa están a la altura de dramas serios. En las entrevistas, los actores mencionaron que el director, Damián Szifron, suele tener expectativas precisas para cada toma y no se conformó con lograr un efecto cómico en la trama, sino que también se enfocó en refinar la presentación visual.

La duración de la película se alinea con la tendencia general del arte del cine moderno que prefiere duraciones más largas. El público parece haberse acostumbrado gradualmente a las películas que duran más de dos horas. Sin embargo, a diferencia de los ganadores de Cannes, como "Sueño de invierno" y "La vida de Adèle", "Relatos Salvajes" hace que no te des cuenta del paso del tiempo: es compacta, condensada y cautivadora. La narrativa de ritmo frenético captura al público completamente sin dejar lugar para las distracciones. Este ritmo puede relacionarse con la estructura segmentada de la película, ya que "Relatos Salvajes" se divide en seis partes: "Pasternak", "Las Ratas", "El más fuerte", "Bombita", "La Propuesta" y "Hasta que la muerte nos separe". Aunque hay un estilo visual constante, los temas y el contenido varían significativamente. El equipo también mencionó la cantidad de ideas que tuvo Szifron y que esta estructura le permitió incluir varios conceptos sin sacrificar ninguno.

【Maestros, visionarios y grandes artistas】

Antes de su nominación al Óscar, la película tenía dos grandes puntos a favor: estaba en la selección de Cannes para competir por la Palma de Oro y fue producida por los hermanos Almodóvar. Sí, el famoso Pedro Almodóvar. El hermano de Pedro fue el productor principal, por lo que no está muy claro qué tanto contribuyó Pedro a la película. Sin embargo, el estilo absurdo e imperturbable muestra la influencia de Almodóvar y de otros directores del sur de Europa, como Dino Risi.

La primera película de Szifron de 2003, "El fondo del mar", es un drama serio, casi un thriller, un tanto mediocre en cuanto a la historia y la narrativa en comparación con sus trabajos en televisión y cortometrajes. Su película de 2005, "Tiempo de valientes", que reexamina los temas de infidelidad y traición (también presentes en "Relatos Salvajes") continúa la historia de suspenso de "El fondo del mar". En cuanto a "Relatos Salvajes", el tono cambió completamente a la comedia, y se convirtió en la película más taquillera de Argentina.

Sin dudas, la mayor estrella en la película es la leyenda argentina del cine, Ricardo Darín. Ganó reconocimiento internacional con la película sobre la tragedia nacional argentina, "Kamchatka", en 2002 y después protagonizó "El secreto de sus ojos" que ganó el Óscar a la mejor película extranjera en 2009. Darín es un actor versátil y es reconocido por varios papeles, lo que incluye su actuación en "Un cuento chino" de 2011. A diferencia de la comedia de situación, "Relatos Salvajes" presenta el absurdo de la existencia y ofrece una experiencia agridulce. El papel de Darín como Simón es particularmente desafiante y dramático, mientras que otros personajes de la película pueden categorizarse como trágicos o cómicos. Retratar tristeza y humor mediante un personaje que se contiene es un desafío importante tanto para el director como para el actor.

【El absurdo del odio】

La primera parte, "Pasternak", es la más corta de las seis y está antes de los créditos de apertura. Condensa con eficacia el ritmo de cada parte y prepara a los espectadores para lo que viene. A medida que aumentan las interacciones, lo absurdo se despliega poco a poco y no solo lo vemos en una escena tranquila y cotidiana, sino también en la interacción entre los personajes. El caos incontrolable y las coincidencias increíbles antes del accidente aéreo hacen reír al público mientras se adentra en el mundo de los "Relatos Salvajes".

"Pasternak" se convierte en el Dios de todos los que están en el avión y tiene el poder de la vida y la muerte. Es una metáfora perfecta de la trama dramática de la película: los pequeños errores provocan un odio involuntario y la venganza obsesiva conduce a situaciones absurdas. Al igual que "Pasternak", el destino está escondido en las vidas de todos: se vislumbra fugazmente, pero desaparece cuando se mira de cerca.

Volviendo a la película, "Las Ratas" y "El más fuerte" muestran una crítica social concreta, aportando un sentido de gravedad. El primero aborda la corrupción y la justicia mientras que el segundo se burla a carcajadas de las relaciones de clase. El odio intenso se mantiene en el hilo narrativo, pero es más concreto que en "Pasternak" donde la muerte pasa de estar fuera de la pantalla a posicionarse en el centro del escenario (siguiendo las reglas de la tragedia griega). El público se ríe, aunque con dudas. En "El más fuerte", la película adopta otro formato: un llanto que expresa "no puedo más". "Las Ratas" representa a dos mujeres, una simboliza la moderación mientras que la otra, liberación. En cuanto a los personajes de las cuatro partes siguientes, ellos se esfuerzan mucho para controlarse, pero, finalmente, el enojo los derrota.

【El absurdo de la reconciliación】

Lo absurdo en "El más fuerte" es la consecuencia del enojo. En "Bombita", la naturaleza ilógica de la vida desencadena la explosión del personaje. La historia presenta coincidencias surrealistas o poco realistas y situaciones marginales, pero después muestra el mundo sofocante de la clase media urbana. Cada detalle de la burocracia que vemos en "Bombita" parece haber sido sacado de nuestras propias vidas y también vemos que la antigua lección sobre el peligro de difamar a otros se aplica en la vida urbana, donde estigmatizar a otros es una adicción. El director usa a su actor más destacado en la cuarta parte por una razón: "Bombita" es un punto de inflexión en la película, donde el odio intenso da lugar a los intentos fallidos de la reconciliación. El verdadero absurdo reside en nuestra incapacidad para controlar las consecuencias de la venganza o anticipar las consecuencias del perdón.

"Bombita" empieza con trivialidades y termina con una explosión. "La Propuesta" comienza con una situación de vida o muerte y nos arrastra a la indignación ante el desprecio por la vida. Después sigue una serie de negociaciones: la vida no es solo un sacrificio por la corrupción y el poder, sino también una moneda de cambio por la codicia y la vanidad. Los juegos de los vivos pisotean la dignidad de los que murieron. El encanto cómico de esta parte consiste en darles forma a las transacciones corruptas e intrigantes que quedan encubiertas en las tragedias y en estos detalles brutales prevalece lo absurdo. En la mansión, todos apuestan por el destino del criminal y ponen en juego sus propios intereses. Cuando el marido de la difunta ataca al chivo expiatorio en la puerta, la película nos recuerda que la víctima debe ser el centro de la tragedia.

En una entrevista, el director reveló que "Bombita" fue pensado originalmente como la parte final que funcionaría como síntesis y una forma de reconciliación, pero sintió que la escena de la boda judía de "Hasta que la muerte nos separe" era más apropiada. Esta parte también refleja el estilo del director más claramente. Las cinco partes muestran los aspectos ilógicos de este mundo absurdo y se burlan de ellos, mientras que la última parte disuelve toda lógica y las emociones e impulsos toman el control total de la trama. Resurgen las discusiones sobre errores, odio y venganza, pero, esta vez, no se asientan en un hilo social que culmina en una reconciliación fallida, sino que se disuelven en un frenesí dionisíaco. Las cinco partes, llenas de indignación justificada y sofocación por cuestiones sociales, se liberan en un final que es un carnaval totalmente incontrolable e irracional.

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