Mientras el tema candente en Peliplat gira en torno a la carrera por los Premios Óscar 2024, me gustaría debatir sobre una película que me gusta pero que no ganó ningún premio.
El amor entre un adulto y un menor es muy delicado, en especial cuando ese menor se trata de una mujer. El atractivo de Priscilla, la última película de Sofia Coppola, está en su exploración de los territorios morales ambiguos. La película, desde la perspectiva de una directora, despliega la narrativa del viaje de más de 13 años de Priscilla, de 14 años, con Elvis Presley, quien es mayor de edad, desde que se conocen y se enamoran hasta su matrimonio y separación. Lo que más admiro de la película es su hábil crítica de las desiguales dinámicas de poder en tal relación y la obsesión de los hombres mayores por las chicas menores, todo ello sin negar el afecto compartido entre ambos.
¿Quién es Priscilla? Priscilla es el personaje principal de la historia y surge de los rumores sobre los romances pasados de Elvis con tres mil mujeres, destacándose como su única esposa. ¿Priscilla vive una vida dichosa? Nada más lejos de la realidad.
Sus destinos se cruzan en 1959 cuando Priscilla tiene solo 14 años, mientras Elvis es un soldado estadounidense destinado en Alemania. Su historia de amor permanece clandestina hasta su adultez, cuando elige convivir con él. Sin embargo, esta unión marital no le da felicidad. Elvis tiene un círculo social exclusivo y lucha por aceptarla en su vida. Ella solo encuentra consuelo en las actividades aprobadas por él, como ver sus queridas películas y escuchar su música preferida. Como mujer joven, Priscilla siente que el sentido de sí misma se desvanece y se transforma en una sombra de la vida de Elvis, lo que la somete a un tormento inmenso. Durante este período, Elvis continúa con otras mujeres, un comportamiento que persiste incluso después del nacimiento de su hija. Finalmente, Priscilla toma la dolorosa decisión de dejarlo.
La historia adquiere una cualidad conmovedora y elegante a través del diseño de detalles de Coppola en la película.
¿Cómo se muestra el mundo interior de Priscilla? La película Priscilla profundiza en el mundo interior de su protagonista, Priscilla. Al inicio, los planos frontales que la presentan se desarrollan en una cafetería, donde bebe Coca-Cola y trabaja en sus tareas. Un oficial militar, quien le presenta a Elvis, se acerca repentinamente. En esta secuencia, se nos presenta a Priscilla, vestida de rosa e irradiando inocencia. Posteriormente, el oficial, con un uniforme militar oscuro, entra en el encuadre, parado mientras ella está sentada, creando una disonancia visual en color y altura que insinúa una disparidad de poder.
Otra escena impactante ocurre durante el primer encuentro de Priscilla y Elvis. Ella está sola en un sofá, aparenta vulnerabilidad, mientras él toca el piano de espaldas a ella, bajo la mirada de los observadores. El contraste entre la soledad y la vitalidad en estos dos planos refleja los diferentes estados mentales de los dos.
Aunque se emplearon técnicas cinematográficas convencionales para retratar el amor entre Priscilla y Elvis, siempre sentí algo inusual entre ellos la primera vez que vi la película. En mi segunda visualización, me di cuenta de que la directora enfatiza la diferencia de altura para resaltar la estatura pequeña de Priscilla, destacar la mirada inquietante del adulto famoso sobre la joven y objetivarla como una belleza sin cerebro.
Representar los aspectos ocultos detrás de la opulencia es la fortaleza de Coppola. Cuando está sola en casa, aunque está rodeada de lujosos muebles y su vida es tan elegante como un cuadro al óleo, es difícil ocultar el aburrimiento en la vida de Priscilla. Por eso amo las películas de Coppola: tiene la habilidad de capturar con precisión la soledad oculta de los ricos, al provocar una reflexión continua sobre el vacío detrás de la riqueza.
Cuando Priscilla decide dejar a Elvis, Coppola opta por una narrativa visual en lugar de una exposición explícita. En una conmovedora escena en la que Elvis parte para una extensa gira de actuaciones, Priscilla y su hija le dan el adiós. La directora presenta a la madre e hija despidiéndolo, momento en el que noté un cambio en la mirada de Priscilla. En lugar de perplejidad en el pasado, ahora veo determinación en sus ojos. El plano siguiente muestra la perspectiva de Elvis en el coche, mientras observa a Priscilla y su hija alejarse cada vez más de él, insinuando su eventual separación.
La película elabora la representación del medio de transporte de Priscilla. A lo largo de la película, ella es solo una pasajera, ya sea en el coche de su padre, en el coche de Elvis o conducida por un chófer, excepto en su última partida, donde es ella quien conduce el coche. Esto sirve como una metáfora que simboliza su viaje transformador de ser un accesorio para Elvis a encontrar su verdadero yo.
Desde cierta perspectiva, Priscilla funciona tanto como una obra biográfica como una película de iniciación. Priscilla tiene un arco de personaje claro. Primero, se fascina con la glamorosa vida de celebridad y tiene una admiración ciega por Elvis. Luego, se da cuenta del vacío de un estilo de vida extravagante y del lado frágil e hipócrita de Elvis. Finalmente, reúne el coraje para dejarlo.
Un elemento notable de la película es el uso de las canciones de Elvis como su banda sonora, excepto al final, donde se escucha I Will Always Love You de Whitney Houston cuando Priscilla se va. Aprecio la elección de Coppola, ya que transmite con precisión los sentimientos de Priscilla al dejar a Elvis. Por un lado, muestra su autonomía al tomar su propia decisión de liberarse de su control. Por otro lado, no niega su amor por él. Indudablemente, los años pasados con Elvis son infelices para Priscilla, dadas sus insoportables y constantes complicaciones. Sin embargo, esto no niega el amor que siente por él.
El amor es complejo, al igual que la vida.
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