El absurdo como cotidianeidad: análisis del estilo de Yorgos Lanthimos

Conociendo el cine de Yorgos Lanthimos - Algo más que cine

El absurdo como cotidianeidad: análisis del estilo de Yorgos Lanthimos

Faltando menos de un mes para la ceremonia de los Oscars, cualquier predicción sobre los posibles ganadores de cada categoría podría resultar tanto acertada como errada. Este año, todas las ternas ostentan películas, actores y directores excelsos, por lo que se vuelve sumamente complejo argumentar a favor de tal o cual producción en detrimento de otra.

La única certeza es que Yorgos Lanthimos y su Poor Things están convirtiéndose en el gran objeto de discusión de la temporada de premios. Y no es para menos: si la historia del director griego se lleva el premio mayor, ello significaría un cambio rotundo en las predilecciones de La Academia, que estaría galardonando a una clase de narrativa cinematográfica que suele observar con cierto recelo.

En cada una de sus películas, Lanthimos exhibe un estilo de cine moderno a lo Buñuel que hace tiempo llamó la atención de los votantes del gran galardón cinematográfico. Sin ir más lejos, su primera gran producción, The Lobster, recibió una nominación a mejor guion original y, solo tres años después, The Favourite participó en todas las ternas importantes, llevándose el Oscar a mejor actriz por la interpretación de Olivia Colman. Pero, a pesar de la importancia que representan aquellos logros, es claro que se trata de “nominaciones consuelo”, detrás de las cuales hay un pedido de mayor esfuerzo en el quehacer cinematográfico por parte de La Academia.

Si la suerte acompaña a Yorgos, puede que Poor Things sea la obra culmine de aquella persistencia, y que el 10 de marzo se lleve dos o más premios bajo su brazo. Para apaciguar los nervios de la espera, revisemos las características centrales del cine del autor griego que da que hablar cada vez que retorna a la pantalla grande.

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El absurdo

Aunque muchos cineastas se jactan de realizar cine absurdo, lo cierto es que pocos lo aplican correctamente. Para la mayoría, dicho lenguaje cinematográfico se consigue con la mera creación de tramas erráticas que no responden al sentido común y carecen de significado real. La concepción no está del todo errada, pero sí incompleta. El absurdo no solo trabaja al nivel de la historia, sino que también se complementa con las actuaciones, los diálogos, la música, las locaciones, el montaje, y todo el resto de los aspectos técnicos que construyen una película.

Bien lo sabe Lanthimos, para quien este tipo de narrativa constituye el eje central de cada uno de sus relatos. Desde Dogtooth hasta Poor Things, los personajes se ven insertos en historias que abandonan la coherencia normativa del cine clásico y se dejan llevar por los instintos más primitivos del ser humano. A partir de esta formulación creativa, Yorgos opera con varios motivos recurrentes: conversaciones sin sentido, descomposición y análisis de temáticas prototípicas de la existencia (el amor, la familia, la educación), el impulso como guía absoluta de la acción, música estrambótica, ambientes estériles, entre otros.

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Personajes aniñados

En la mayoría de sus producciones, el director griego confecciona individuos con lógica infantil. No se trata de protagonistas que se comportan como pequeños, sino que razonan como tales. En otras palabras, es su parte racional la que se equipara a la de un menor de edad. Así, Bella Baxter de Poor Things, Martin de Killing of a Sacred Deer o los hijos de la familia sin nombre en Dogtooth están guiados por una curiosidad infinita y un desconocimiento de los límites que los involucra en varios conflictos.

Mediante esta infantilización de los personajes, Lanthimos lleva a cabo la reflexión de la sociedad tradicional cruzada por el absurdo. Las personas que integran sus historias observan el mundo con la mente de alguien que aún no descubrió todo lo que la vida tiene para ofrecer, e interactúan crudamente con ella. Así, revelan facetas de la cotidianeidad que nuestras mentes acostumbradas a la percepción prototípica del existir jamás podrían imaginar.

Canino (2009) | MUBI

Vendas en los ojos

Si bien el motivo de los ojos vendados tiene antecedentes que datan de los comienzos del cine mismo, el tropo se renueva constantemente bajo la mirada artística de cada director. En la filmografía de Yorgos, los ojos tapados representan el ocultamiento de la verdad por parte de una fuerza mayor, a la vez que invitan al descubrimiento del mundo mediante el tacto, el olfato, el gusto y el oído. Además, instauran una dinámica impredecible entre la persona o la situación que pone la venda sobre los ojos y la que se ve forzada a existir a ciegas.

Esta marca de autor aparece en cada una de sus creaciones, pero nunca de la misma manera. Mientras los hermanos de Dogtooth son forzados a utilizar una venda en los ojos para someterse a extraños adiestramientos domésticos, el padre de familia de Killing of a Sacred Deer se venda a sí mismo para tomar una trágica decisión y poner la culpa en las manos del azar. Otra vez, Lanthimos posiciona a la naturaleza espontánea de las cosas como organizadora de la acción, y le da total libertad para guiar a los personajes a través de la oscuridad que arribará en un destino tan perturbador como divino.

Are the hills going to march off: Dogtooth (2010) A Film by Giorgos  Lanthimos

Cabezas recortadas del encuadre

Otro rasgo distintivo del cine de Lanthimos es la abundancia de escenas en las que la cámara enfoca a los personajes del cuello para abajo durante varios minutos. Así, sitúa el protagonismo de sus películas en el cuerpo de los protagonistas, y no en la cabeza y su mente arquetípica. Incita a que la piel y sus deseos conduzcan el desarrollo de las historias, y prohíbe a toda costa que se orienten usando la razón instaurada por las normas societales.

Por eso, no es de extrañar que los relatos de Yorgos rebosen de placer carnal. Este aspecto fue apareciendo con más y más insistencia a lo largo de su proceso creativo como director y encontró su mayor expresión en Poor Things, una producción que muchos rechazaron asqueados, justamente, por acentuar las aventuras y desventuras de la líbido por sobre todos los temas que la historia trata.

Puede que se haya excedido en la cantidad de importancia que le proporcionó al carácter lujurioso de Bella Baxter, pero lo cierto es que sería imposible contar la historia de un símil Frankenstein omitiendo este aspecto tan trascendental de la vida humana. En todo caso, Lanthimos seguirá siendo el penoso ganador de las ya mencionadas “nominaciones consuelo” por su dirección controversial, pero no le habrá fallado a su cosmovisión del mundo y del cine.

Yorgos Lanthimos:

Un estilo centrado en lo humano

En síntesis, la narrativa de Yorgos Lanthimos se centra única y exclusivamente en el devenir de las personas cuando dejan que sus instintos tomen las riendas de su vida. Cada elemento de sus películas, desde la escenografía hasta el montaje, apunta a explorar este concepto hasta las últimas consecuencias. De esta forma, el director se erige como el heredero del cine moderno ortodoxo, que tanto le otorgó a la historia del séptimo arte y que el cine contemporáneo evita a toda costa.

Si Poor Things gana alguna o varias de las categorías importantes de los Oscars, ello representaría el inicio de un quiebre en la creación audiovisual. La narrativa clásica, aquella que consumimos en la gran mayoría de los casos, comenzaría a retroceder muy paulatinamente para darle lugar al cine de los instintos más guturales y de la condición humana como una de experimento, prueba y error.

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