Solo. Esta vez no estoy sin mis habituales y estúpidos compañeros de otras noches de chelas cinéfilas. La razón es que ellos no esperaron esta vez en venir hasta acá para exponer sus puntos de vista, sino que decidieron hacerlo a la salida de la sala donde fuimos a ver la película de turno. Pasó lo de costumbre: uno decía me gusto, el otro una porquería, comenzaron las palabras fuertes, luego los insultos y finalmente los golpes. A Dios gracias que no se apareció un policía, pero luego de una llamada de atención de los dueños del cine, en la que yo recibí mi porción de reprimenda (¡Si precisamente yo estaba tratando de separarlos!), nos separamos los tres por caminos distintos. Total, íbamos a vernos aquí, pero no, llegué, esperé y no se han aparecido. Se habrán ido a sus casas a olvidarse del rochazo de hace unas horas.
Bueno ¿Qué hago? Tampoco se aparecen los conocidos habituales, incluso al Barman le han dado la noche libre así que mejor tomo rápido mi trago y… y pido otro para acercarme a la guapa chica que está sentado a unos pasos de mi. Ya vino varias veces antes con unas amigas, pero ahora está sola, ahora es momento de ver si puede ligarme una, mas que sea.
-Hola ¿No han venido tus amigas?
-Tienen inventario. Tú también estás solo.
-Ah si, mis amigos están un poco misios.
-¿Qué no son uno que le gusta tomar y otro que viene bien arregladito?
-Si
-Ja – ríe – Ah ya, tú eres el que para con esos dos, si me acuerdo. ¿Se tienen bronca, no?
-No, es que son locos nomás – reímos – justo fuimos a ver una película, y de ahí nomás nos separamos.
-Si, si, ustedes van muchos a los cineclubs, se eso también. ¿Y que vieron?
Me alegró que me preguntara eso porque la película que vimos me gusto mucho. Le cuento entonces sobre el Festival Europeo, que ha tenido aceptación por parte del público. Y si bien no llegamos a ver todas las películas, disfrutamos las que si logramos verlas, bueno, casi: la comedia alemana SOUL KITCHEN, una de las más celebradas por el público; los filmes CHICO Y RITA y PAISITO, que pese a ser producciones españolas, abarcan historias ambientadas en Latinoamérica (Cuba y Uruguay respectivamente). La primera en una notable animación y la segunda de forma íntima y a la vez dramática. Otros dos filmes españoles, sin embargo, no estuvieron a la altura de las anteriores: LA MITAD DE OSCAR, de una lentitud alarmante y la no muy lograda TODO LO QUE TU QUIERAS. Mas interesante fue el documental GUEST, ambientada en varios festivales de cine recorridas por el director de la cinta. La cinta francesa JOUEUSE, tenía aciertos y desaciertos mientras que la comedia italiana BAR SPORT, aunque graciosa, no superaba a SOUL KITCHEN. El drama noruego LIMBO narraba una crisis familiar sin recurrir a tintes melodramáticos que fácilmente se prestaba la historia, logrando una narración fluida, interesante y sin que el tono decaiga en todo el film…
-Y finalmente – continúo hablando – la película que fuimos a ver, la producción rumana ADELA. Personalmente digo que fue una de las mejores, sino la mejor, que se ha visto en el Festival. Es una película que ya tiene décadas (es de 1985) y que lo hace muy oportuna este tardío estreno.
«La historia (basada de una novela del mismo titulo) está ambientada a fines del sigo XIX, donde un medico de cuarenta años viaja al campo para descansar, estableciéndose en la casa de una amiga. Allí se reencuentra con la hija de la amiga, al que corresponde el titulo, una joven bella y agraciada y recientemente divorciada. Ambos se habían conocido con anterioridad y ahora, muchos años después, el doctor comienza a amar en secreto a Adela, mientras ella no toma en serio los sentimientos de él, ignorando su propio corazón.»
«Pese a su final, la historia es mostrada con un fuerte ambiente romántico y poético, pero sin llegar a empalagarnos. El gran acierto de esta película es la sencillez en todo; historia, actuación y en la producción. La recreación de época se muestra solo en la casa de campo, un pequeño barco y unas cuantas escenas interiores, sin mencionar, obviamente, la vestimenta de los personajes. No se trata de problemas de presupuesto, simplemente no es necesario. Otro director hubiera reconstruido ciudades, recurrido a escenas de masas y poniendo el más mínimo detalle en los vestidos y objetos. El director Veroiu (1941 – 1997) se abstiene de una reconstrucción cuidadosa porque no quiere que el espectador se distraiga con la historia puesto que esta no pertenece exclusivamente al pasado. Es una historia de amor que bien puede ocurrir en nuestros días y de allí la economía en la producción. Lo mismo en los actores. No llegan a veinte, incluyendo los extras, lo que ayuda a lograr el ambiente íntimo y familiar de la historia.»
«Este cuento romántico, y esto es el principal merito, es mostrado más con la sugerencia. Aquí no interesa el cuerpo, sino el sentimiento, el corazón. Esa es la razón por la que no hay escenas de alcoba, desnudos ni nada por el estilo. El contacto físico se limita a caricias y besos de cortesía. Lo mismo podemos decir del elemento dramático. No hay escenas melodramáticas ni de tensiones, como otras historias; aquí todo es apacible, porque los choques aquí son psicológicos. Detrás de las frases educadas y el buen comportamiento, son en las miradas donde se manifiestan los conflictos. La escena final es donde llega a su máxima expresión. El clímax, simple e inesperado, hace que el espectador (el espectador, sensible y romántico, habría que aclarar) termine de ver la película con un gran aire de satisfacción.»
«¿Qué más habría que agregar? Una fotografía donde la luz solar es el factor dominante, una música relajadora y una narración limpia y de manera clásica, nos hace percatar de la manera en que se hacia cine a mitad de los ochentas, cuando la tecnología digital aún estaba en pañales y que ahora son muy recurridos incluso en filmes de autor.»
Me callo. Hablé tanto que en ningún momento tome un trago de mi vaso. Bebo un poco y luego me dirijo hacia mi amiga… para darme cuenta que la chica ya hacia rato que se había alejado de mí y que estaba conversando amenamente con un recién llegado.
Estuve a punto de gritarle algo pero no lo hice. No lo hice porque me di cuenta que la culpa fue mía. Me deje llevar, hable mas para mi que para ella además que en todo mi soliloquio estuve mirando mi trago y a nadie mas.
Idiota, me digo. Termino de beber y me retiro. Este incidente no quita de lo que hable de la película. Si revisan el titulo en el IMDB, verán que los datos son vagos, lo que significa que no ha sido muy visto fuera de su país. Su estreno en Lima dentro del festival no pudo ser más oportuno. El fallecido director tiene más películas en su haber por lo que de seguro nos estamos privando de obras maestras. Ojalá que los cineclubs puedan programar ADELA posteriormente y si se puede, los demás títulos del fallecido cineasta, porque es poco probable hallarlos en DVD, ni siquiera en polvos. Pero bueno, eso depende de la suerte. Hasta la próxima noche.
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