En 2013, la película japonesa "De tal palo, tal hijo" fue nombrada una de las diez mejores películas del año por Kinema Junpo, la revista de cine de Japón. Como uno de los directores de generación media más representativos de Japón, las películas de Hirokazu Kore-eda siempre han atraído a los fanáticos chinos con su estilo accesible y su genuina expresión emocional.
Hirokazu Kore-eda reunió un elenco puramente literario y verdaderamente artístico para esta película, fusionando la sensación cinematográfica de directores como Ryosuke Hashiguchi y Naomi Kawase. En general, la película sigue siendo un trabajo por excelencia de Kore-eda y sigue un hilo creativo que se remonta a su trabajo anterior "Milagro", caracterizado por imágenes serenas y emociones suaves. Transmite sutilmente una verdad profunda que toca el corazón.
A primera vista, la historia de "De tal palo, tal hijo" puede parecer melodramática, ya que se centra en la confusión de los bebés al nacer. Sin embargo, el director explora oscuramente las razones detrás de esta confusión sin detenerse en juicios morales o críticas sociales. En cambio, después de que ocurre la tragedia, busca mitigar su impacto, cambiando el enfoque de la frialdad de la sociedad, como se ve en su película "Nadie sabe", a los vínculos emocionales dentro de miles de familias japonesas.
La película muestra a una familia de clase media en un ambiente estéril y restringido, enfatizando la falta de calidez de la familia y su comunicación demasiado restringida. Ryota Nonomiya, con el objetivo de convertir a su hijo en una élite empresarial como él, se enfrenta al descubrimiento de que su hijo Keita no es la persona que esperaba que fuera. Por el contrario, la familia Saiki, a pesar de vivir en un hogar estrecho y con menos seguridad material, disfruta de una relación estrecha y alegre entre padre e hijo.
"De tal palo, tal hijo" no trata simplemente de la confusión de un niño sobre los padres intercambiados, como podría sugerir "Milagro". En cambio, el personaje de Masaharu Fukuyama, Ryota Nonomiya, es el verdadero protagonista, cuya confianza se ve destrozada por la situación inesperada, lo que lleva a los espectadores a reflexionar sobre lo que significa ser un buen padre.
La película profundiza en la introspección de Ryota; amplia su personaje a través de visitas inesperadas a sus padres y el impacto de la partida de su hijo. Un momento de revelación llega cuando otro padre le dice que no necesita ser como su propio padre ni replicar su vida familiar actual. Por lo tanto, "De tal palo, tal hijo" es más una película sobre las relaciones entre padres e hijos que un simple drama familiar, lo que sugiere que ser un buen padre es más valioso que la riqueza.
La película captura bellamente a dos familias mientras se reúnen, comparten comidas al aire libre y toman fotografías, y la reconciliación entre Ryota y su hijo, simbolizada por sus caminos paralelos que finalmente se fusionan.
Esta obra explora delicadamente la brecha en las relaciones padre-hijo, sugiriendo que estos vínculos pueden trascender los vínculos biológicos. Retrata una visión de la paternidad definida no por la destreza financiera sino por el cuidado genuino y la conexión emocional, insinuando la posibilidad de comprensión y amor más allá de los límites de las estructuras familiares tradicionales.
Kore-eda también reflexiona sobre su propio papel como padre a lo largo de la película, desafiando la noción de que uno automáticamente se convierte en un buen padre tras el nacimiento de un hijo. Es una relación que evoluciona a lo largo de los años, lo que sugiere un viaje de toda la vida hacia la comprensión de lo que significa ser "de tal padre, tal hijo".
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