Emma Stone es Poor Things. Poor Things es Emma Stone. La actriz nos trae un icónico personaje, uno con un arco narrativo que lleva su actuación al límite: performando a un mismo personaje, pero no a una misma persona, que cambia a medida que conoce el mundo. Su actuación es tan delicada y minuciosa, que nos permite no solo empatizar con los rasgos más impulsivos y primitivos del personaje, sino también con su fragilidad en el mundo y cuerpo que habita.
Este mundo es adaptado de la obra homónima, que Yorgos Lanthimos dirige para traer a la pantalla un universo de cuestionamientos sociales evocados no sólo desde la trama en sí misma, sino también desde la construcción de la imagen y el sonido que conforman la película. El director se caracteriza fuertemente por crear sus propios lenguajes estéticos en cada proyecto que encara. Y Poor Things no ha sido la excepción. Para sumergirnos en este universo, aceptamos las reglas del lenguaje estilístico que nos plantea. La delicadeza es una característica fundamental de esta pieza: desde las actuaciones, hasta el guión y el apartado visual y sonoro conforman una obra atrevida y crítica.
En este universo vamos a conocer, entre tantos personajes histriónicos, al Dr. Godwin Baxter, un excéntrico cirujano que, con el fin de brindar un aporte científico a la sociedad, pero también con el anhelo de demostrarle al fantasma de su padre sus capacidades, ha dado vida a una criatura humana muy particular: Bella.
Bella Baxter es una mujer con una mentalidad muy primitiva e infantil, ya que, en un cuerpo adulto ha sido colocado su cerebro de bebé. El cuerpo proviene de su madre, quien se ha suicidado, y el cerebro del feto que ella portaba en su embarazo al momento de su suicidio. A esta mujer la vemos actuar como un bebé: en su caminar, su hablar, sus procesos mentales, su razón y sus pensamientos, que se anclan en la precariedad, la ingenuidad y la desfachatez. Y, a través de su crecimiento y descubrimiento personal, podemos caminar con ella en su proceso de socialización. Por lo tanto, centraremos el eje de la película en recapacitar qué sucede cuando los impulsos y necesidades físicas de un cuerpo adulto no han sido todavía moldeadas por las líneas que traza la sociedad en nuestros comportamientos.
También conoceremos a Duncan, uno de los tantos hombres que nos presentará esta historia, quién será el encargado de acompañar a Bella al mundo exterior por fuera de su hogar. El viaje funciona en dos planos: el viaje en sí mismo, durante el cual conoce diferentes culturas desde su ignorancia más absoluta incluso sobre su propia cultura, pero a su vez, el viaje personal que ella va a recorrer y la llevará a su autodescubrimiento.
A lo largo de este viaje, veremos cómo se enfrenta al mundo y a las reglas de la sociedad, cómo el juicio moral que se ha pactado convencionalmente atraviesa el comportamiento humano, y cómo, indefectiblemente, ella debe someterse para poder seguir viviendo de manera más o menos llevadera.
El machismo en la película se aborda desde una postura compleja. Una mirada que le permite al espectador pensar por sí mismo, y no busca aleccionar, sino invitar a un debate. Poor Things crítica a los hombres desde la sátira. Durante toda la película podremos ver cómo todos estos, de alguna u otra manera, van a querer tomar algo de Bella. Pero lo importante de este apartado radica en la tridimensionalidad de los hombres que se nos presentan, que no son encasillados en meros estereotipos. La obra no nos presenta una forma heterogénea del comportamiento masculino, sino que, cada uno de ellos, además de estar moldeados por las convenciones sociales, tiene su propio arco narrativo que lo lleva hasta el punto dónde lo encontramos. El Dr. Godwin tiene su propia historia con el adoctrinamiento patriarcal que ha recibido por parte su particular padre; Duncan es un hombre de espíritu libre que busca una compañera similar pero que no acepta las libertades que Bella le brinda para su relación y lo eso lo lleva a develar partes de sí mismo que no sabía que podía tener; Alfie es un opresor total que ha llevado a la madre de nuestra protagonista al suicidio; pero también tenemos a Max, que si bien tiene sobre sus hombros y atravesado en su cuerpo todo lo que la sociedad le ha impuesto para constituir el hombre que es, no por ello deja de ser un hombre dulce, que intenta actuar de manera honorable en su vida y es consecuente con ello. Y si bien, a la hora de introducir una mujer machista y sumamente opresora en la película, al decidir que este personaje sea el de una proxeneta, la cinta no cae en lo caricaturesco, sino que funciona orgánicamente y logra plantear este punto eficazmente.
Con nuestra protagonista vamos a atravesar un camino que nos llevará recorrer los deseos más primitivos, irracionales e “inmorales”, hasta su punto más racional, intelectual y empático. Durante su experiencia con el sexo, pasa desde el punto de vista más carnal, sin tabú y con el fin de satisfacerse a un sexo civilizado, atravesado por la mirada y el juicio moral. Bella atraviesa una deriva experimental con el mundo, una que le permite conocerse, pero también conocer cuáles son las estructuras más densas que mueven el mundo y cómo puede construir un posicionamiento personal más interesante desde las posibilidades dadas. Esto, solo logra conseguirlo desde su experiencia como trabajadora sexual, pero incluso más desde su experiencia como trabajadora en sí. La película deja en claro que ella se convierte en un sujeto político formado y que comienza a interpretar el mundo desde ese punto de vista. Ella llega a comprender que su cuerpo es su propio medio de producción; es en este punto, dónde el personaje llega a su lugar más maduro y reflexivo dentro la película.
Bella Baxter es un personaje hermoso, lleno de particularidades y carisma, cómo Emma Stone. Para ella todo es nuevo, diferente e impactante. Lo mismo que pasa con nosotros cuando nos sentamos en la butaca del cine o en el sillón de nuestra casa a ver esta película. El diseño gótico-futurista-victoriano nos sumerge en un universo completamente paralelo, pero que nos permite refrescar la dura crítica que se nos está planteando, nos plantea nuestro Dr. Experimental Yorgos.
Bella es nuestro espejo de los deseos que ocultamos por lo que la sociedad nos exige. El director se burla de las convenciones sociales y de la hipocresía de nuestras sociedades. Es así que la mejor manera de plasmarlo es mostrando un proceso de socialización por el cual vemos una persona desde su inserción en la sociedad, hasta que comienza a educarse y “hacer lo que hay que hacer” según las convenciones. Es un personaje que encuentra maneras de hackear esa opresión y sentirse en libertad tan solo por momentos con las posibilidades que la experimentación y el conocimiento autogestionado le han brindado.
¡Comparte lo que piensas!
Sé la primera persona en comenzar una conversación.