Un nuevo monstruo de ciencia ficción

No voy a mentir, el título de este texto es un poco engañoso: no estoy aquí para hablar de un nuevo monstruo, sino para presentar una idea mía. ¡Pero no te vayas todavía! Tómate un minuto para responder la pregunta: ¿quién es el “Godzilla” de nuestra generación? Según la cantidad de películas de Godzilla estrenadas recientemente, parece que el monstruo es todo lo que tenemos. ¿Pero lo es?

Le pido disculpas a los fans de Godzilla; si sirve de consuelo, aún pienso que es genial.

Más que nada, Godzilla representa el miedo a las armas nucleares; hay una razón por la que su primera película se estrenó en Japón en 1954 (si no sabes de qué estoy hablando, estudia un poco de historia). Fue “reiniciado” en 1984, lo que nuevamente tiene sentido ya que estábamos en plena Guerra Fría. Hubo otros reincios, que tienen un poco menos de sentido. Puedo justificar la versión de 1999 basándome en la nostalgia, en una época en la que no había grandes temores sociales a la creación de un nuevo monstruo; pero en 2014? Cincuenta años después, ya no nos preocupa la guerra nuclear: nos preocupa el calentamiento global.

Pero, ¿cómo se puede convertir el calentamiento global en un monstruo de ciencia ficción?

Es más fácil de lo que piensas. Si alguien quiere hacer una película de ciencia ficción con un monstruo, las dos preguntas principales que debe responder son “¿cómo es este monstruo?” y “¿qué hace este monstruo?”. Las respuestas a ambas preguntas deben estar relacionadas con el tema central –en nuestro caso, el calentamiento global– y luego nos queda el núcleo de la historia. Entonces, simplemente crea una historia para mostrar al monstruo.

Pero tratemos de no exagerar. Las metáforas exageradas son de mala educación y no queremos eso, ¿verdad?

Entonces, ¿cómo es un monstruo del calentamiento global? Bueno, el calentamiento global parece... nada. Suena a nada. Es algo que aparece tan lentamente que no nos damos cuenta de que está ahí; de hecho, simplemente sentimos que algo anda mal, como en un cálido día de invierno. El monstruo, entonces, debería ser también invisible y silencioso; la única forma en que sabemos que existe es a través de la paranoia de los personajes: ¿sus escalofríos son causados por una brisa o algo más siniestro? ¿Ese pájaro de la calle murió por causas naturales? A partir de esta caracterización básica llegamos entonces a nuestro subgénero: el terror psicológico.

Nuestra siguiente pregunta: ¿qué hace el monstruo del calentamiento global? Godzilla ya juega con la idea de una fuerza amoral de la naturaleza, pero el monstruo del calentamiento global podría ir un paso más allá al no matar a nadie… al menos no directamente. Quizás una noche cae una lluvia extraña y cuando el perro sale, regresa gimiendo con las patas cubiertas de ampollas; tal vez los personajes van a pescar y comienzan a sangrar por cortes en la boca mientras comen el pescado; tal vez haya una ola de calor que se vuelve cada vez más caliente, cocinando a la gente viva como langostas en una olla.

Si no está lo suficientemente claro, estos tres “poderes” son la lluvia ácida, los microplásticos y el aumento de las temperaturas.

Nunca antes se había hecho un monstruo que no sólo pasara desapercibido, sino que también cause daños de formas diferentes y aparentemente aleatorias, pero es absolutamente perfecto. Los personajes principales empezarían a atar cabos, pero nadie les creería; terminarían teniendo que crear un dispositivo para detectar la presencia del monstruo, e incluso así mucha gente pensaría que se trataba de un engaño bien elaborado. El concepto, por su naturaleza, tiene que relacionarse con la ignorancia y la negación –como ocurre con los negacionistas en la vida real– y podría incluso humanizar esta perspectiva, al mismo tiempo que condenarla.

Al menos creo que se podría hacer una trilogía. En la primera película, veríamos a los personajes lidiando con las cosas extrañas que les suceden y conectando los puntos. En el segundo, los personajes tendrían que descubrir cómo hacer que la gente se tomara en serio la amenaza, y tal vez entenderíamos cómo las acciones humanas terminaron creando al monstruo. Finalmente, en la última película, habría un movimiento para combatir al monstruo; mucha gente lo intentaría, y el éxito o no depende de las esperanzas que se tengan.

Personalmente, me gustaría un final feliz, después de todo, la gente ya se siente desesperada por la situación en la vida real.

Ese es sólo el concepto, por supuesto. Hay mucho que se puede agregar dependiendo de la atmósfera deseada. En cuanto al escenario, imaginé que la historia tendría lugar en la actualidad, ya que la brutal inmediatez parece apropiada; pero también podría ocurrir en un planeta alienígena o en el año 200 a.C.; su origen podría ser cualquier cosa, desde un elemento extraño liberado por el derretimiento del permafrost o un dios antiguo enojado por el desprecio humano por la naturaleza. La alegoría es el corazón de la historia, por lo que el resto de detalles pueden ser tan locos y creativos como quieras.

Y así es como lo tienen: el Godzilla de nuestra generación, un monstruo de ciencia ficción que sería culturalmente relevante y no sólo un cebo para la nostalgia. Sin embargo, queda una pregunta...

¿Cómo lo llamaríamos?

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