Todos hemos tenido o tenemos un grupo de amigos (o quizás varios) en los cuales uno de los temas de conversación seguramente ha sido: ¿Volverías al pasado a cambiar algo? ¿Si pudieses viajar al pasado, te hubiese gustado no conocer a tu ex? Y un sin fin de probabilidades que cualquiera podría analizar si tuviese la posibilidad de viajar en el tiempo solos o con nuestros amigos. ¿Te imaginás viajar al pasado para averiguar los números de la lotería, volver, participar, ganar y llevarte a tu grupo de amigos al Caribe? Sería una locura épica.
Bien, la película Bienvenidos al Ayer (o Proyecto Almanaque/Proyecto Alamanac, dependiendo del país) es un claro ejemplo de que viajar al pasado es mala idea, y si viajás con amigos, mucho peor.
Bienvenidos al Ayer es una película estadounidense de ciencia ficción y viajes en el tiempo dirigida por Dean Israelite y escrita por Jason Harry Pagan y Andrew Deutschman. El elenco está conformado por Jonny Weston, Sofia Black-D'Elia, Amy Landecker, Allen Evangelista, Virginia Gardner y Sam Lerner.
El principal protagonista de esta historia es David Raskin (Jonny Weston), quien buscando entre unas cosas de su fallecido padre en el ático, encuentra una grabación de su séptimo cumpleaños y al visualizarla encuentra algo raro: él mismo aparece durante unos segundos en la grabación, pero no solo con 7 años, sino con su edad actual. Esto obviamente le llama la atención y le avisa a su grupo de amigos para que le ayuden a descifrar el misterio. Entre idas y vueltas, terminan descubriendo que las pistas de ese video desembocaban en algún artefacto que podría estar en el sótano. David y sus amigos finalmente descubren un laboratorio secreto del difunto padre de David, y dentro del mismo terminan encontrando planos e ideas de una máquina del tiempo. Así empieza Bienvenidos al Ayer.
Sin entrar en spoilers y ya teniendo conocimiento del inicio de esta película, es cuando esta historia nos demuestra que viajar al pasado y cambiar ciertos sucesos de nuestra vida puede tener consecuencias desastrosas para el presente. Imagínense un grupo de adolescentes que logran construir una máquina del tiempo y empiezan a usarla para arreglar sus problemas y obtener beneficios personales, obviamente parece una buena idea al principio, pero con el paso del tiempo (valga la redundancia) y con el uso, las cosas se ponen muy muy complicadas.
Bienvenidos al Ayer busca dejar un mensaje claro en sus 106 minutos de duración, toda modificación en el pasado tiene su reacción en el presente y futuro, por momentos puede que salga bien, pero por otros momentos saldrá muy mal. La película se mete de lleno con David, mostrando como poco a poco se va obsesionando con esta máquina a tal punto de no darse cuenta los problemas que van creciendo entre él, sus amigos y la reacción en cadena que genera en el mundo, generando que David tenga que decidir entre volver todo atrás o enfrentarse a las consecuencias de sus actos.
En mi opinión, el film maneja de gran manera la trama que previamente les describí. Los protagonistas son adolescentes, es obvio que entre su floja madurez y razonamiento, al tener en su poder un objeto tan poderoso como lo es una máquina del tiempo, aprovecharán para exprimirla al máximo y convertirse en lo que siempre soñaron ser o conseguir las cosas que quizás sin la máquina no podrían tener. Pero eso no es todo, ya que Bienvenidos al Ayer también se encarga de demostrarles uno a uno, sobre todo a David, que al cambiar ciertos eventos de su vida en el pasado, el futuro cambia completamente y junto a sus seres más queridos se dará cuenta que no todo es color de rosas.
Además, un aspecto positivo de Bienvenidos al Ayer es el estilo found footage que presenta, otorgándole más realismo a la situación y a cada una de las problemáticas que se van presentando con el correr de los minutos. Gracias a este estilo de cine, varios momentos en la trama terminan sintiéndose con mucha tensión, que es efectivamente lo que busca originalmente en el espectador.
El mensaje es claro: si uno de tus amigos o vos mismo construís una máquina del tiempo, no te quieras hacer millonario o aprobar tu examen de química, directamente no la uses o destruíla antes de causar múltiples paradojas temporales o problemas a gran escala que claramente no vas a poder solucionar.
El pasado es lo que nos ayuda a ser mejores personas el día de mañana, seguramente si hubiese una posibilidad de cambiar cosas del pasado sin afectar al presente y/o futuro todos cambiarían algo, pero no sería lo mismo. Las cosas que nos pasan, los problemas que atravesamos, las personas que llegan a nuestra vida y se van, todo eso nos ayuda o nos tiene que ayudar a ser mejores el día de mañana y así sucesivamente. Piensen que si cambiamos todas esas cuestiones, quizás no tendríamos la madurez ni la sensatez que hemos ido construyendo en nuestra vida y personalidad con el paso del tiempo. Las malas situaciones las atravesaremos siempre, simplemente tenemos que asegurarnos de estar listos para recibir el próximo golpe y encontrar la manera de solucionarlo.
|| Por Federico Martín Vargas
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