Lisa Frankenstein | Lo siento cariño, te voy a matar

"Frankestein", derivada de la novela homónima de Mary Shelley, presenta una de las figuras de terror más emblemáticas de la historia del cine: un monstruo creado por un científico. Este ser, a pesar de ser temido, detestado y rechazado por su "novia", otra creación de "La novia de Frankenstein", finalmente encuentra un final trágico con ella. Ambos son marginados, anhelan amor pero no pueden recibirlo.

¿Podrán los monstruos encontrar el amor alguna vez?

Lisa, que hace poco se mudó a un nuevo lugar, es testigo de la trágica muerte de su madre, se vuelve retraída y especial. Tiene un padre que descuida los asuntos domésticos, una madrastra que la cuida emocionalmente, y una hermanastra, Taffy, que se preocupa por ella genuinamente.

El personaje de Taffy es intrigante y contradictorio:

Primero, ella no es la típica "chica mala". Es una animadora alegre, encantadora e inofensiva, trata a Lisa con sinceridad, la defiende y trata de ayudarla a encajar. A pesar de su franqueza, sus intenciones no tienen maldad. Se toma las cosas en serio, siguiendo la enseñanza de su madre de que "el esfuerzo es recompensa". En apariencia, parece una "chica mala", pero al crecer como "la animadora que da volteretas hacia atrás" conoce sus limitaciones y comprende las intenciones de los muchachos que se acercan a ella, pero desea aceptación por su singularidad.

Estos dos aspectos contribuyen a la ambigüedad de su traición a Lisa, aparentemente poco ética pero racional, ya que parece ser simplemente una adolescente inocente que se enamora de un "chico malo".

Michael, que aparentemente existe para brindarle a Lisa consuelo físico y psicológico, necesita ser más fundamental. La aceptación de Lisa de su singularidad y pertenencia la vuelve emocionalmente independiente, dejando sólo las necesidades físicas.

La tercera parte en discordia es asesinada, lo que pone fin al triángulo amoroso. Lisa asesina a la madre de Taffy, y la audiencia y Lisa sin darse cuenta conspiran para ocultar los asesinatos, eclipsando cualquier resentimiento hacia la "traición" de Taffy. Naturalmente, Taffy permanece ilesa. Así, Lisa, empuñando el hacha, acepta el amor de Taffy. Sólo cuando los monstruos se aman a sí mismos pueden recibir el amor de los demás.

¿Los monstruos son perpetradores o víctimas?

Los oídos de Janet no están para escuchar sino para adoctrinar. Por lo tanto, están aislados. A Doug le cortan las manos, no por ayudar a sus compañeros de clase sino por acosarlo. A Michael, le cortan los genitales.

Para Lisa y la criatura, estas personas son marginadas, sus acciones son monstruosas y, por lo tanto, merecen su destino; Lisa y la criatura son verdugos justificados de sus frustraciones. Por el contrario, para estas personas, Lisa y la criatura son monstruos, marginados en una sociedad que sólo acepta la norma, rechazando lo ajeno. Lisa y la criatura, empuñando hachas y cometiendo asesinatos, violan las normas sociales y convierten a sus víctimas en las merecidas. Entonces, ¿de qué lado están los monstruos? ¿O cualquier persona, cualquier pensamiento o cualquier acción puede ser monstruosa?

Las huellas del "monstruo"

Aparte de los relatos de Lisa, Michael aparece sólo cuatro veces: en la fiesta, cuando toma las notas prestadas, durante el examen y en su cama. Cada interacción influye significativamente en Lisa, la criatura y Taffy, alterando incluso el juicio de la audiencia.

Su primera aparición cataliza la transformación de la criatura después de escuchar el deseo de Lisa de "lugar de descanso final". La segunda, la interrupción de Taffy, provoca que Michael cite a Oscar Wilde, lo que indica su cambio.

El cambio más significativo ocurre durante el tercer encuentro, un intercambio aparentemente íntimo entre Michael y Lisa durante una prueba, donde la audiencia se inclina a interpretar la nota de amor de Lisa como destinada a Michael hasta que aparece Doug, revelando el objetivo real de Lisa. Marca el primer acto deliberado de violencia de Lisa.

El cuarto caso abarca la transformación de todos (la "traición" de Taffy, la ira de Lisa y la revelación de la criatura) junto con el cambio de Michael de estar vivo a estar sin vida. Sin embargo, el personaje de Michael sigue siendo ambiguo, lo que deja desconocida su personalidad fuera de la pantalla.

Aunque Michael interactúa y coquetea con Lisa, nunca expresa explícitamente un interés romántico. Por tanto, su relación carece de significado romántico. La conexión de Michael con Taffy se juzga moralmente, y carece de una alineación completa con la representación típica de un "chico malo", un playboy con historia, popularidad y atletismo.

Taffy cose las orejas, las manos y los genitales masculinos de la criatura, lo que simboliza el empoderamiento femenino. Muestra un método de parto alternativo, lo que da un enfoque refrescante pero lógico.

Más allá de la narrativa, elementos como el cartel de "A trip to the moon", las fantasías expresionistas, la vida cotidiana neorrealista y los ecos de la guerra de Vietnam añaden capas de intriga similares al descubrimiento de los easter eggs. Rostros familiares resurgen, en particular el comportamiento despiadado de Lisa que recuerda a "Freaky: este cuerpo está para matar".

“Lo siento, cariño, te voy a matar”

"Freaky: este cuerpo está para matar"

Esta frase de la película "El vampiro negro" de Fritz Lang de 1931 describe una sociedad que da a luz a un asesino trastornado en condiciones extremas: un criminal patológico impulsado por instintos incontrolables. En un contexto de crisis económicas anteriores a la guerra, todos sufren en el fondo.

Hoy, en nuestro mundo en rápida evolución, que lucha contra crisis mentales y existenciales, todo el mundo es un paria. Entonces, ¿dónde está el camino para nosotros, los marginados? ¿O al final todos nos resignamos a decir: "Lo siento, cariño, te voy a matar"?

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