Ciencia ficción blanda de bajo presupuesto centrada en la humanidad y la ética: el estilo característico de Duncan Jones

Spoilers

Fue el director quien despertó mi interés y me introdujo en el mundo del cine. La primera película de Duncan Jones, En la luna, fue uno de los temas de un examen que rendí en un curso de cine. Tuve una nota decente por ese trabajo y me hizo recordar a este director que se especializa en ciencia ficción blanda de bajo presupuesto.

Mientras veía esta película, no pude evitar compararla con En la luna. La sensación general de ambas películas es similar: un protagonista masculino desinformado, una asistente atenta, un ambiente cerrado y un número limitado de escenas. Estas características garantizan un costo bajo, pero esto no impide que el director desarrolle la trama y se adentre en los temas de la película. El argumento básico sigue a un ex capitán del Ejército de EE.UU. que participa en un proyecto llamado Código Fuente. Él revive los últimos ocho minutos de la vida de un profesor de historia llamado Sean con el fin de identificar a un terrorista que provocó un atentado a un tren, y así evitar más ataques. El capitán "viaja" varias veces y finalmente identifica al culpable, pero también descubre la verdad sobre el proyecto Código Fuente. Al final, pide no regresar y disfrutar sus últimos ocho minutos de vida. De todas formas, nunca se imaginó que iba a seguir con vida después de esos ocho minutos. La trama es más o menos así, pero la profundidad de la película va más allá de esto. Estos son algunos de los mejores momentos que me llamaron la atención.

En primer lugar, los "viajes" repetidos me dieron la sensación de que eran los puntos de partida guardada de un juego y puede que los jugadores de videojuegos me entiendan. La inmersión es excelente y te hace sentir que estás en una cabina de simulación grande mientras estás sentado en el cine. Cada misión fallida lleva a una recarga y a varios intentos de completar la tarea, mientras se resuelven misiones secundarias de relaciones familiares y románticas en el camino. Acá es donde creo que el modo narrativo de esta película sobrepasa al de En la luna. Si En la luna trata sobre descubrir accidentalmente los secretos mientras se salta levemente en la luna, entonces esta película trata sobre un jugador que se esfuerza por completar un juego.

Aunque las tramas tensas e inmersivas son adecuadas para las películas de ciencia ficción, este enfoque no necesariamente hace que la película sea buena, mucho menos en una película de ciencia ficción blanda que nos hace reflexionar profundamente. La clave no es la trama, las visuales, las estrellas o la escala, sino el toque humano. En En la luna, toda la Tierra ignora la vida de los clones en la luna, pero por suerte, hay un robot que siempre cuida al protagonista. La máquina más fría termina siendo el personaje más cálido de la película. La era postindustrial convierte a las máquinas en humanos y a los humanos en máquinas, creando un contraste absurdo. Esta película también retiene el elemento de la humanidad, representado por la capitana Goodwin. Mientras todos los demás usan al piloto como una herramienta para el proyecto, Goodwin lo ve como un alma independiente con pensamientos, emociones y un mundo propio. De todas formas, ¿quién más valoraría esto? El científico y otros miembros del proyecto podrían pensar que están siendo misericordiosos al liberar al piloto de la muerte y usar la mitad de su cuerpo y los tres cuartos de su cerebro para servir al país. Pero los humanos no son ratas de laboratorio: aunque solo quede una parte de su cuerpo, el espíritu permanece íntegro. Esto también determina que cualquier película de ciencia ficción que incluya la transferencia de la memoria o alteración física debe garantizar la integridad del cerebro. El trabajo de Goodwin es simular y asignarle tareas al piloto, pero su consciencia o humanidad respeta los deseos del piloto. Me conmoví cuando aprieta el botón de apagado. Al igual que el protagonista de En la luna, el piloto representa la humanidad. Además del amor familiar y romántico, él tiene una responsabilidad hacia los demás y logra identificar al culpable, pero no desactiva la bomba. Aunque alcanza el objetivo de Código Fuente, quiere asegurarse de que su esfuerzo no sea en vano y salvar a los pasajeros del tren y a los ciudadanos de Chicago. Esto refleja a los utilitaristas del mundo real: pretenden ser altruistas, pero sacrifican a algunos por el colectivo o se benefician a sí mismos bajo la apariencia de un salvador. La humanidad de la película brilla a través del contraste.

Hablar de la humanidad es hablar de la ética. En la luna aborda principalmente los derechos de la clonación, mientras que esta película puede ser vista como un abordaje sobre los derechos de las personas que están en coma. Cuando una persona pierde su función física normal, ¿debe seguir siendo respetada? Respetamos los derechos humanos, pero ¿qué respetamos de los derechos "humanos"? El piloto, gravemente herido, todavía tiene algunas funciones cerebrales y puede pensar plenamente. En este caso, usar máquinas que preserven la vida para colaborar con el proyecto Código Fuente trata al piloto como ¿qué? ¿Una rata de laboratorio o un implante mental en una máquina? Yo veo al piloto como una computadora humana que completa objetivos en este juego realista. Después de identificar al culpable, le borran los recuerdos al piloto, como cuando se elimina un juego después de haberlo completado para poder comenzar otro nuevo. Él es el primer participante del proyecto porque había entrado en coma debido a la guerra. Pero, ¿quién garantiza que no van a reescribir los recuerdos de los futuros participantes? El piloto podría ser reprogramado para realizar tareas en lugar de investigar sus orígenes y esto me recuerda a Matrix. La mayor diferencia es que el piloto es el ordenador central, y qué jugar y cómo lo deciden las figuras divinas que no tienen en cuenta sus sentimientos. En la civilización moderna, la libertad de pensamiento es crucial y en el marco de los derechos humanos, la libertad mental de los ciudadanos es sagrada. Cuando el cuerpo de una persona no está disponible, ¿se debe seguir respetando su libertad mental? Puede que la tecnología actual no pase por alto el cuerpo para controlar la mente, pero ¿qué pasará en el futuro? El director aboga por respetar la libertad mental en cualquier condición, algo con lo que estoy de acuerdo.

Por último, en cuanto a los elementos de ciencia ficción blanda, muchos dicen que la película debería haber terminado con ese beso. Pero yo creo que el final le aportó profundidad. Si terminara con el beso, sería una película de ciencia: el cuerpo del piloto y el cadáver de Sean estarían conectados y el piloto manipularía los últimos ocho minutos de Sean. Misión cumplida, la máquina se apaga y todos siguen adelante. No hay problemas de universos paralelos. Pero el final lo convierte en una película de ciencia ficción. Si la teoría del universo paralelo se aplica, cada "viaje" crea un mundo paralelo. Si no, el último "viaje" hubiera convertido al Código Fuente en una máquina del tiempo y un dispositivo de transferencia mental. El piloto, como Sean, regresó y lo cambió todo, pero esto aplicaría la "paradoja del abuelo". Así, la teoría del universo paralelo es más verosímil. El director deja la teoría ambigua, dejando que el público especule y el final revela un universo paralelo, lo que nos intriga. La frase del científico, "no estamos cambiando el pasado, estamos haciendo el futuro", sería correcta si terminara con el beso. Sin embargo, el final muestra cómo el protagonista salva el futuro al cambiar el pasado, refutando al científico. Se desconoce si el científico sabía que el proyecto Código Fuente podría crear mundos paralelos o si engañó al piloto para mantenerlo concentrado. Pero el piloto lo consiguió, y todos los personajes humanos tuvieron un final feliz.

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