En la noche del 25 de mayo, en Cannes, Francia, se anunciaron a los ganadores del 77º Festival Internacional de Cine de Cannes en la ceremonia de clausura. La Palma de Oro finalmente fue para Anora, del director independiente estadounidense, Sean Baker.

Antes de analizar minuciosamente los resultados de los premios, revisé la página oficial del festival para obtener un número aproximado de las películas que fueron seleccionadas este año. Tenía la impresión de que los comunicados de prensa oficiales no nos brindaron cifras concretas. En las 9 secciones oficiales, hubo 57 largometrajes y 11 cortometrajes. En otras secciones paralelas a las proyecciones oficiales, hubo 68 largometrajes y numerosos cortometrajes. Así que, además de las proyecciones privadas con fines comerciales, hubo un total de 125 largometrajes y posiblemente más de 30 cortometrajes proyectados formalmente en los diversos cines de Cannes durante 12 días. Si contamos aproximadamente 5 cortometrajes como un largometraje, entonces se proyectaron 131 cortometrajes en esta edición de Cannes. Suponiendo que cada película dure 2 horas, nos llevaría 262 horas verlas todas, que son alrededor de 11 días: casi los 12 días que dura el Festival de Cine de Cannes.
Esta vez, un amigo mío vio un total de 50 largometrajes y una colección de cortometrajes de competición, promediando casi 5 películas por día, lo cual fue más de lo que había planeado. En cuanto a mí, vi un total de 35 largometrajes.
Si uno solamente se enfocara en ver películas en el festival, pasar 10 horas en el cine viendo 5 películas por día no sería un exceso para un aficionado empedernido a los festivales. Sin embargo, para alguien que tiene que escribir artículos, grabar pódcasts y asistir a eventos sociales, planear un itinerario de visualización se vuelve algo más meticuloso, por lo que quizás uno apartaría solo cuatro o cinco horas de sueño por día. Si uno vive de esta forma durante 12 días mientras está rodeado de la atmósfera mentalmente agotadora de las pesadas películas independientes, es casi inevitable quedarse dormido en el cine.
Por lo tanto, necesitaba hacer una "desintoxicación cinematográfica" para experimentar la realidad de los alrededores de Cannes, que es más hermosa que los mundos ficticios que se muestran en la pantalla. Una mañana, invité a un amigo a tomarnos un ferry hasta la Isla Saint-Honorat que quedaba cerca. En el documental de 1958, Du côté de la côte (A lo largo de la costa), de Agnès Varda, la abuela de la Nueva Ola francesa manifestó su resistencia a la atmósfera social ruidosa del festival de cine y también decidió tomarse un ferry a las islas pequeñas cerca de la costa. Sesenta y seis años después, el festival de cine sigue siendo igual de bullicioso y la isla que está a solo 20 minutos en ferry sigue siendo increíblemente silenciosa. Los invitados ocupados de la industria, los críticos ambiciosos y periodistas no suelen abandonan la alfombra roja y la pantalla grande para hacer una breve "desintoxicación cinematográfica".

Me sumergí en el mar Mediterráneo azulado y nadé durante media hora. Después de tomar una siesta en el ferry de regreso, regresé al Palacio de Festivales y Congresos de Cannes. Luego de haber descansado, las historias y los personajes de la pantalla recobraron su atractivo. Esa tarde, la sala Bazin del Palacio proyectó Emilia Perez de Jacques Audiard.
Tanto en la película Del crepúsculo al amanecer (1996) como en la serie de Netflix Narcos: México(2018-2021), solemos ver sicarios que rezan a la Virgen María mientras cometen asesinatos atroces. En Latinoamérica, una región cuya trayectoria está pavimentada con la plata, la espada y la piedra, esta no es ninguna sorpresa. La plata representa los recursos minerales abundantes, la espada simboliza la violencia, y las piedras, la fe. Desde la época de los pueblos indígenas al periodo colonial, hasta el tiempo presente donde el panorama político está en constante cambio, la dicotomía de la oración y la violencia personificada por México no ha cambiado en Latinoamérica. Pero, ¿qué pasaría si, un día, los jefes de los carteles y sus sicarios fueran golpeados por una epifanía repentina y quisieran hacer borrón y cuenta nueva genuinamente? ¿Realmente dejarían sus espadas para tomar las piedras de la oración?
Jacques Audiard, que se destaca tanto en películas comerciales como en las artísticas, le dio vida a esta visión aparentemente fantástica en el mundo ficticio de la pantalla. Contó una historia brillantemente imaginativa y emocionante en formato de musical. Desde las bandas callejeras de mariachis más típicas de México hasta las baladas románticas y los temas electrónicos bailables, la película presenta interpretaciones que nos recuerdan al estilo de Michael Jackson en "Smooth Criminal". Al transformar la cruda realidad en una fantasía alegre, todo se vuelve entretenido y emocionante a la vez.

Muchos asistentes profesionales que participaron de esta edición de Cannes sintieron que el festival finalmente tenía algo para mostrar solo cuando se proyectó Emilia Perez. Antes de su estreno, hubo muchas quejas sobre las películas seleccionadas para la sección "En Competencia" por la Palma de Oro, ya que se consideraba que carecían de historias convincentes y expresión directoral. La nueva película de Audiard llevó a las cuatro actrices principales y secundarias a ganar colectivamente el premio a la mejor actriz.
Las dos películas de la sección "En Competencia" que se estrenaron al día siguiente, Limonov: The Ballad y The Substance, fueron de buena calidad, especialmente la última (que se proyectó a la noche). Al principio, estaba preocupado por mi falta de sueño y por estar ocupado todo el día ya que estaba seguro de que el ritmo lento de las películas artísticas me iba a adormecer. De todas formas, para mi sorpresa, resultó ser que el primer gran éxito de Cannes fue un éxito fenomenal lleno de terror, gritos, risas y aplausos. Los giros argumentales alucinantes y los efectos especiales desafiaron los sentidos del público, haciendo que esta película sobre la ansiedad de la apariencia y el terror corporal ahuyentara a los espectadores pusilánimes o retuviera a aquellos que podían soportarlo, completamente inconscientes de que habían pasado 140 minutos. La película ganó el premio al mejor guion. Aunque se reconocieron los escenarios reveladores de la película, muchos espectadores profesionales no valoraron plenamente el guion.

Sin duda, el festival de cine no son las Olimpiadas, y la calidad de las películas nunca se puede cuantificar de forma definitiva. Ya sea que se trate de las puntuaciones de los críticos individuales o de las selecciones que hace el jurado, todas reflejan preferencias estéticas subjetivas. Tanto los críticos como los miembros del jurado, al igual que nosotros, los espectadores experimentados, determinan si una película les agrada o no basándose principalmente en su estado de ánimo y en las circunstancias en las que la ven. Como dice el refrán: "la carne de un hombre es el veneno de otro hombre". Por ejemplo, la película de Mohammad Rasoulof, The Seed of the Sacred Fig, cuyo telón de fondo son las protestas por la muerte de Mahsa Amini, recibió la puntuación más alta de Screen Daily, una publicación prestigiosa, pero solo recibió un premio especial, es decir, un mero premio consuelo.

En la película, el contraste marcado entre el edificio de la judicatura de Teherán, las calles del distrito universitario y los andamios de hierro de Bam yuxtapuestos al desierto adyacente, tratan de describir las crudas diferencias entre el interior y el exterior del sistema político. Gracias a que salió a la luz que el director enfrentó amenazas políticas antes del estreno, cuando vimos en la película que la hija mayor le responde a su padre con la afirmación sencilla y profunda, "llevas demasiado tiempo en el sistema, lo único que haces es mantenerlo", los aplausos estruendosos y gritos del público fueron la reacción natural.
Al parecer, las proyecciones posteriores fueron mejores, como lo demostraron los premios del jurado. Miguel Gomes ganó el premio al mejor director por Grand Tour, el Gran Premio fue otorgado a Todo lo que imaginamos como luz y la Palma de Oro fue para Anora. Lo interesante es que estos tres grandes premios se otorgaron a películas que se estrenaron en los últimos tres días del festival.
Grand Tour es una adaptación del cuento de W. Somerset Maugham, Mabel. Este diario de 1918 sobre el escape del matrimonio se tradujo en una película psicológica, que, combinando la forma de los videoblogs de viajes contemporáneos, mezcla el pasado y el presente y desdibuja los límites de los sueños y la realidad. Aunque todos los personajes de la historia son británicos, el director portugués Miguel Gomes eligió actores de su propio país y la mayor parte del diálogo está en portugués. La voz en off incluye diversos idiomas, desde el birmano, el tailandés y el japonés al chino. Esto marca una rebelión contra las "incómodas películas europeas de habla inglesa" como Napoleón y Ferrari.
Todo lo que imaginamos como luz es una película india excepcional que se proyectó en los tres festivales principales de cine europeos. La directora Payal Kapadia describe diversos temas sociales serios y graves de una forma única y con un ritmo cómodo.
En cuanto a la película ganadora de la Palma de Oro, Anora, puede verse como una película con el encanto vintage de las fotos Polaroid, que nos recuerda a Mujer bonita. Sin embargo, Sean Baker presenta esta historia aparentemente increíble de romance y matrimonio entre una trabajadora sexual y un heredero rico con una cinematografía onírica, un ritmo de montaje de fácil inmersión y diálogos cotidianos y casuales. Hasta para los espectadores masculinos que no frecuentan los clubes de striptease o que nunca han estado en uno, la película es como un viaje que hacen con un viejo amigo al mundo del entretenimiento para adultos, un lugar aparentemente caótico pero ordenado que espera ser explorado. Desmantela la imposibilidad que hay entre las distintas clases sociales de los cuentos de hadas, algo que atrae fácilmente a los espectadores.

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Lista de ganadores del 77º Festival de Cannes (Largometrajes)
Palma de Oro
ANORA
Sean BAKER
Gran Premio
TODO LO QUE IMAGINAMOS COMO LUZ
Payal KAPADIA
Premio del Jurado
EMILIA PEREZ
Jacques AUDIARD
Mejor director
Miguel GOMES
por GRAND TOUR
Premio Especial del Jurado
MOHAMMAD RASOULOF
por THE SEED OF THE SACRED FIG
Mejor actor
Jesse PLEMONS
en KINDS OF KINDNESS dirigida por Yorgos LANTHIMOS
Mejor actriz
Adriana PAZ
Zoe SALDAÑA
Karla Sofía GASCÓN
Selena GOMEZ
en EMILIA PEREZ dirigida por Jacques AUDIARD
Mejor guion
Coralie FARGEAT
por THE SUBSTANCE
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