"Baby: el aprendiz del crimen" (2017): Todo lo que necesitas es una canción que te mate

Dirigida magistralmente por Edgar Wright, "Baby: el aprendiz del crimen" es un thriller de acción que ha dejado una marca indeleble en el cine contemporáneo. La película sigue la vida de Baby (interpretado brillantemente por Ansel Elgort), un conductor de huida con habilidades extraordinarias que se ve atrapado en el oscuro mundo del crimen organizado debido a una deuda con Doc (interpretado por Kevin Spacey), un jefe del crimen sin escrúpulos pero con un extraño sentido del honor.

La trama se desarrolla con una mezcla única de acción trepidante, comedia sutil y una banda sonora excepcionalmente curada que se convierte en parte integral de la narrativa. La música no es solo un acompañamiento, sino un personaje por derecho propio en la historia de Baby. Con un zumbido constante en sus oídos debido al tinnitus, Baby se aferra a la música como una tabla de salvación, utilizando diferentes pistas para canalizar su estado emocional y sincronizar sus habilidades de conducción con precisión milimétrica.

Las escenas icónicas de "Baby: el aprendiz del crimen" son un festín visual y auditivo. Desde las persecuciones de autos perfectamente coreografiadas hasta los momentos de calma tensa entre atracos, cada escena está imbuida de la energía característica de Wright y su habilidad para fusionar imágenes y música de una manera que eleva la experiencia cinematográfica a nuevas alturas. La secuencia inicial, con Baby deslizándose a través de las calles de Atlanta al ritmo de "Bellbottoms" de The Jon Spencer Blues Explosión, establece de inmediato el tono vibrante y frenético de la película.

Las actuaciones son otro punto destacado de la película. Ansel Elgort ofrece una interpretación carismática y emotiva como Baby, capturando tanto su vulnerabilidad debido a su pasado turbulento como su habilidad innata al volante. Kevin Spacey aporta su habitual presencia autoritaria y calculadora como Doc, el manipulador maestro detrás de los atracos. Jon Hamm y Jamie Foxx brillan como Buddy y Bats respectivamente, dos criminales con personalidades opuestas pero igualmente peligrosas que ponen a prueba la lealtad y la astucia de Baby.

Las frases memorables también abundan en la película, cada una resonando con un significado más profundo en el contexto de la historia. "La música es mi escape" encapsula perfectamente la relación de Baby con el mundo exterior, donde la música no solo lo protege del zumbido constante en sus oídos, sino que también sirve como un ancla emocional en medio del caos que lo rodea.

"Baby: el aprendiz del crimen" fue aclamada por la crítica por su dirección innovadora y su capacidad para subvertir las convenciones del género de acción. Edgar Wright no solo entrega una película llena de adrenalina y momentos de suspenso, sino que también profundiza en los temas de redención, lealtad y el precio del crimen. La cinematografía dinámica y la edición precisa hacen de cada escena una obra maestra visual, mientras que la narrativa cautiva desde el primer momento hasta el último.

En conclusión, "Baby: el aprendiz del crimen" es un testimonio del poder del cine para emocionar y entretener al mismo tiempo. Con su combinación única de acción vertiginosa, personajes complejos y una banda sonora cautivadora, la película se destaca como una joya del cine contemporáneo que merece ser vista una y otra vez.

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