Apenas recuerdo nebulosamente la trama, pero se sobreponen las impactantes escenas de personas sufriendo todo tipo de tortura en el afán por escapar de la prisión en la que se encuentran, una prisión con forma de cubo rubik.
La cabeza de Foucault explotaría si hubiera vivido para ver esta película canadiense, al alcance de todo cliente de Blockbuster. ¿Quién no sostuvo el enigmático VHS en sus manos juveniles movido por la curiosidad? La película fue estrenada en 1997 y su director es Vincenzo Natali, quien estrenaba una prolífica carrera. ‘The cube’ es su ópera prima y tuvo un éxito inmediato en todo el mundo, pero especialmente en Francia y japón.
Los personajes, enfrascados en encontrar una salida a las sucedidas habitaciones que resguardan todo tipo de torturas, se encontrarán con una verdad incómoda: no existe un panóptico, no hay salida, el juego no consiste en ponerlos a prueba, sino en exterminarlos.

El Cubo es una prisión. Los protagonistas representan instituciones disciplinarias particulares de la sociedad (la policía, los profesionales de la salud, el sistema académico, etc.). Operan dentro y bajo la influencia de un sistema panóptico en el que reproducen las cualidades violentas y opresivas de su entorno sin provocación. Aunque si encuentran que la filosofía de Foucault es limitante, la de Natali es más pesimista.
Las habitaciones atrapadas desmoralizan a los prisioneros mientras buscan una salida. Algunos son convertidos en sushi, otros tienen sus caras derretidas con detalles grotescos y sangrientos. En desesperación, los personajes intentan racionalizar cómo terminaron dentro del Cubo, quién lo construyó y, finalmente, por qué existe. El afán existencialista por encontrarle un sentido, un destino a la vida. Sin embargo, quizás solo estan atrapados y morirán tarde o temprano presa de los engaños de cada una de las salas del cubo. Holloway, el arquetipo del doomer, lanza un manifiesto nihilista: otro paradigma para las películas centradas, principalmente, en un poco delicado pero muy vertebrado filosóficamente, gore.

Esta película nos involucra en una experiencia inquietante y claustrofóbica que deja al público preguntándose si lo que han presenciado es simplemente otra película de terror común y corriente o algo completamente distinto. Una reflexión, algo innecesaria y extensa, sobre nuestra humanidad y la búsqueda de sentido; la idea de que podemos salir o escapar de nuestras circunstancias. La película Cube planteó muchas preguntas sobre la moralidad, la fe y la identidad en una narrativa única que lo mantuvo todo firmemente envuelto en un solo lugar.
"El Cubo" es una película que mezcla horror y ciencia ficción, junto con una crítica social nihilista que la convierte en una experiencia única, pero sin duda similar a un pastiche, un collage donde el buen gusto se pone en cuestión. El desafío de los personajes encerrados en este cubo es averiguar cómo opera el mecanismo que sala a sala los encierra en un cubo rubik y que parece presentar algún tipo de salida para quien es suficientemente inteligente. Esta obra que hace que reflexionemos sobre las estructuras de poder y la naturaleza de la sociedad, todo mientras ofrece una diversión grotesca y escalofriante. "El Cubo" es, en última instancia, una joya del cine de culto que merece ser vista, discutida y, como mínimo valorada en secreto, por su cadencia trash, su estética única y el intento de plantear un arquetipo diferente de sociedad.
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