Fuegos de verano (1966)

En un pueblo francés, Manou es un maderero italiano, viril, de amplia risa. No puede decir que no a las invitaciones sexuales de las mujeres, y los celosos aldeanos lo culpan por los recientes incendios y una inundación. El es inocente; la culpable es "Mademoiselle", maestra de escuela de la ciudad, una recién llegada admirada por todos, pero sexualmente reprimida y obsesionada con Manou. Ella prende el primer fuego accidentalmente y palpita al ver a Manou sin camisa realizar actos heroicos. Las catástrofes posteriores no son accidentales y expresan su loca pasión por él. Además, después de hacerse amiga del hijo de Manou, se vuelve contra el muchacho, haciéndolo sentir miserable y levantando sus sospechas. Sus diseños, la franca inocencia de Manou y la xenofobia del pueblo se mezclan explosivamente.