Scream 6 es una nueva entrega de la legendaria franquicia de terror originada por Wes Craven y Kevin Williamson. Está dirigida por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, escrita por James Vanderbilt y Guy Busick, y protagonizada por Melissa Barrera, Jenna Ortega y Courteney Cox.
En esta ocasión encontramos a los cuatro sobrevivientes de la última masacre de Woodsboro, ahora en Nueva York, buscando seguir con sus vidas pero la sombra Ghostface los sigue hasta la gran ciudad en la forma de un nuevo imitador.
Lo primero que se me ocurre es que esta película no debería ser tan buena como es. No es que no le tuviera fé, pensé que iba a funcionar teniendo en cuenta que los guionistas y directores de la última entrega vuelven, pero también tenía cosas en contra. No sólo Neve Campbell no vuelve a encarnar a la mítica protagonista Sidney Prescott, sino que es la sexta entrega de una franquicia slasher, y estas sagas suelen volverse repetitivas y estancadas mucho antes. Sumado a eso la base de Scream es la parodia, y lo que hizo después de la primera entrega no fue sólo parodiar al slasher sino también parodiarse a sí misma. La autoparodia suele ser la muerte de una saga; cuando un producto se parodia a sí mismo por lo general no puede venir nada más después, porque ya mostró sus hilos y hasta se burló de ellos, ¿cómo se sigue después de eso?
A pesar de esto, Scream se burla de sí misma, y después se ríe de cómo se burló de sí misma antes. Y contra todo pronóstico, haciendo la parodia de la parodia, ésta secuela siempre encuentra formas de mantener su frescura y su humor. Y, cómo si fuera poco, también logra que el espectador genuinamente se preocupe por los personajes y por su bienestar.
Esta mezcla entre humor y drama es un gran logro de ésta película. Porque si bien el misterio de quién es el asesino y las dificultades que atraviesan los personajes tienen su importancia y mantienen atento al espectador, no se pierde la diversión que uno espera: una buena dosis de humor autorreferencial acompañado de asesinatos y gore.
La forma en la que ésta saga se reinventa una y otra vez es admirable. El truco que encontraron para mantenerla vigente es no sólo parodiar al slasher sino simultáneamente hablar sobre otro tema: antes fueron las secuelas, después las franquicias, los reboots, los fandoms, y ahora le tocó a las teorías conspirativas de internet. Con esa habilidad de siempre saber qué tema actual tocar, nunca de ser interesante y entretenida. De hecho si bien el humor siempre fue parte de Scream, era un humor más sutil y no tanto para reírse. Scream 6 es una película que ofrece carcajadas.
Scream 6 lleva la franquicia a lugares nuevos tanto en tema como en escenario, trasladar la historia a una gran ciudad en vez de a un pueblo abre posibilidades que los guionistas y directores aprovechan muy bien. Es tal vez la mejor de toda la saga después de la primera. Se extiende un poco más de lo necesario, y algunos diálogos tanto para lo dramático como para el humor quedan fuera de lugar; pero Wes Craven puede descansar en paz sabiendo que esta saga está en buenas manos.
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