Hacks y The Studio: comedias que revelan el lado B de Hollywood.

Hacks y The Studio son dos series de comedia norteamericanas que muestran el tras bambalinas de la industria hollywoodense: la lucha de egos, la frialdad, el despilfarro de dinero, las drogas y la pelea constante porque prevalezca la creatividad por sobre el producto. Ambos contenidos audiovisuales presentan una radiografía de la industria y el juego constante entre ceder la moral y valores propios para lograr obtener mayor audiencia y dinero.

Hacks va por su cuarta temporada, es una producción de HBO, la serie fue estrenada en el año 2021 y fue creada por Lucia Aniello, Paul W. Downs y Jen Statsky, es una comedia dramática sobre la comediante de stand up Deborah Vance (interpretada por Jean Smart) quien se encuentra en sus setenta años dando shows en Las Vegas con un repertorio que le piden que se renueve, para ello le presentan a Ava Daniels (Hannah Einbinder), una guionista con ideas progresistas en sus ventis. Entre las dos se irá formando un vínculo con continuos vaivenes emocionales. La diferencia generacional entre sus protagonistas juega a favor de la serie ya que Deborah representa una mirada que parece anticuada (especialmente en la época en la que la serie había sido estrenada) en contraste con el punto de vista de Ava.

Deborah y Ava en Hacks.

The Studio, por el otro lado, es una producción de Apple TV, recientemente estrenó su primera temporada y se focaliza en Continental Studios, una compañía cinematográfica de Los Ángeles que hace películas taquilleras y que tiene un cambio de director, Matt Remick (interpretado por Seth Rogen) estará a cargo de la compañía, un hombre con deseos de ser querido y con la incapacidad de tomar decisiones difíciles. The Studio tiene como creadores a Seth Rogen, Evan Goldberg, Peter Huyck, Alex Gregory y Frida Perez, una característica importante de la serie es que todos los capítulos están filmados con varios planos secuencia dándole un ritmo muy acelerado junto con diálogos rápidos transmitiendo el estrés que viven los protagonistas y el ambiente en general. The Studio es una comedia por completo y aparecen varios actores conocidos de la vida real que actúan de ellos mismos.

Matt y su equipo en The Studio.

Lo políticamente correcto.

En Hacks el personaje de Ava representa lo políticamente correcto, ella cree de verdad en sus valores y trata de explicarle a Deborah por qué están mal varios de sus chistes y forma de ser, sin embargo el personaje de Deborah es una persona maltratadora narcisista que en todas las temporadas traiciona a Ava y le hace la vida imposible de una forma u otra, Ava soportará ese trato en parte porque le cree a Deborah cuando le pide disculpas, pero también porque su objetivo es trabajar en la industria como guionista preservando su interés personal en su escalada dentro de Hollywood. The Studio aborda lo políticamente correcto especialmente en uno de sus mejores capítulos de la temporada que es el número siete, titulado “casting”, en el cual tienen que definir el casting de la película más taquillera que están produciendo sobre la bebida Kool Aid. Al momento de seleccionar el casting pasan por todas las dubitaciones posibles al temer que los cataloguen de racistas, por lo cual buscan un elenco diverso, pero no tan diverso que sea obvio ni que encasille sus decisiones en ciertos preconceptos sobre las comunidades. Por ejemplo, tienen el dilema de si el protagonista de la película Kool Aid fuese afroamericano, si eso implicaría que estén asociando a la bebida a esa comunidad en particular, otra duda que les surge es si el protagonista puede tener una esposa blanca o afroamericana y qué implicaciones tiene cada caso, entre muchos otros dilemas. En este caso muestran que la decisión del estudio de ser políticamente correctos es para cubrirse a ellos mismos, no por convicción propia. Por más que ninguno de los personajes sea abiertamente conservador, se muestra a personas en situaciones de poder que no están actualizadas con los debates públicos sobre inclusión y, que en su mayoría, son personas blancas privilegiadas y por eso mismo no saben por dónde encarar la toma de decisiones.

Los agentes en Hacks.

Los personajes de soporte como los managers de Deborah y Ava en Hacks que son Jimmy (Paul W. Downs) y Kayla (Megan Stalter) y el equipo de trabajo que rodea a Matt en The Studio que son Sal (Ike Barinholtz), Maya (Kathryn Hahn) y Quinn (Chase Sui Wonders) son claves para generar las situaciones de mayor comicidad en ambas series, con muy buenas actuaciones y timing.

Metarrefencias.

La protagonista de Hacks es Jean Smart, una actriz con gran renombre en Hollywood en el ámbito de la comedia. Jean interpreta a Deborah, una mujer de setenta años aproximadamente a quien la industria empieza a relegarla por su edad, a través de ella se crea un personaje con gran vitalidad y deseo de seguir presente en la industria, el trabajo es su vida y quiere demostrar que por más que traten de “jubilarla”, ella sigue siendo relevante y tiene cosas para decir. Gracias a la mirada de Ava y su visión del mundo, Deborah irá aprendiendo y revisionando varios de sus chistes del pasado que en su mayoría era machistas, tomará consciencia y expondrá las dificultades extra que tuvo en el medio por ser mujer y, a través de su obra, podrá hacer catarsis. Deborah es un personaje ambivalente que toma nuevas ideas, pero al mismo tiempo está en constante lucha con los preconceptos que lleva en su personalidad, también tiene muy instaurado el funcionamiento de la industria y los sacrificios que hay que hacer para permanecer dentro de la misma. De la misma forma que Deborah se mantiene en la conversación por medio de la renovación de su repertorio, también la actriz Jean Smart lo hace a través de su gran actuación en la serie Hacks. La coprotagonista de Hacks es Hannah Einbinder quien interpreta a Ava, quien hace los guiones junto con Deborah para sus shows de stand up, del mismo modo Hannah es comediante y hace shows de stand up en la vida real.

Bryan Cranston interpretando al jefe de Continental Studios.

The Studio también es bastante meta ya que muestra de una forma bastante realista cómo funciona el detrás de escena de las películas más taquilleras a nivel internacional, con el agregado que cuenta con actores de alto reconocimiento que hacen de ellos mismos o, en otros casos, interpretan a otras personas. Entre estos actores y actrices, se lleva una mención especial Zoë Kravitz y Dave Franco, si bien cada uno hace de sí mismo, interpretan situaciones ficticias. La serie también cuenta con la presencia de Bryan Cranston quien hace de Griffin Mill, el dueño de Continental Studios. The Studio en algunos capítulos toma estéticamente y narrativamente un género cinematográfico en particular para la realización del mismo, como es el caso del capítulo cuatro titulado “The missing reel” en el que Matt tiene que investigar cuál es el paradero de una bobina perdida, para este episodio se usan recursos del cine noir, de investigación detectivesca. Técnicamente The Studio tiene un gran despliegue que aporta a la narrativa de adrenalina y estrés con planos secuencia con grandes movimientos de cámara y traslados de los personajes a lo largo de espacios grandes que hablan constantemente y que tienen que tomar decisiones rápidas.

Es curioso que tanto en Hacks como en The Studio salieron dos capítulos la misma semana, en el caso de Hacks el S04E09 y en The Studio el S01E10, que ante una situación donde tiene que salir en vivo un personaje (en un show de televisión y en una presentación), deciden darle cocaína al personaje para que salga de su estado de embriaguez y efectos por otros tipos de drogas que había consumido previamente. Una casualidad que denota las similitudes de los ambientes que retratan ambas series y la idea aceptada de que el show tiene que continuar a cualquier costo.

The Studio y Hacks son dos muy buenas series de comedia que satirizan a Hollywood, a la industria audiovisual y a las personas que lo habitan siendo The Studio más absurda que Hacks ya que en esta última hay un arco dramático de la protagonista Deborah en un intento de transformación y crecimiento de su lado, no obstante en The Studio no se espera una evolución por parte del protagonista, sino que su necesidad de ser querido es parte del avance de la trama de cada capítulo, el espectador ya sabe que de alguna forma u otra va a arruinar sus propios objetivos, pero es tan absurdo Hollywood que quizás la personalidad de Matt no sea un impedimento para que se cumplan sus metas.

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